Deporte

Marcelino Novillo: “El fútbol me ha dado alegrías, algún berrinche y muchos amigos”

El que será delegado del Atlético Tomelloso cuenta curiosas historias sobre su largo periplo en el fútbol local

Carlos Moreno | Miércoles, 12 de Agosto del 2020
{{Imagen.Descripcion}} Marcelino Novillo en la fachada del "Paco Gálvez" Marcelino Novillo en la fachada del "Paco Gálvez"

Marcelino Novillo Cano  es uno de los rostros más reconocibles del fútbol tomellosero. Su labor más discreta, ya sea de masajista, utillero o delegado, no resta mérito alguno a la dilatada trayectoria de un hombre que guarda en el cofre de su memoria muchas y curiosas anécdotas. Su cercanía con futbolistas de todo tipo y diversas épocas  daría casi para escribir un libro, aunque no todas las historias que conoce se pueden contar.

Si retrocedemos a sus primeros tiempos en el Club Polideportivo Tomelloso hasta su retorno al actual Atlético Tomelloso han pasado ya casi cuatro décadas. A Marcelino Novillo se le reconoce también por sus oficios en el sector del mueble, conduciendo de autobuses o su actual presencia en el Cuerpo de Protección Civil donde siempre ha dejado el sello de honestidad, entrega y cumplimiento del deber.  Esta entrevista se centra en su largo periplo futbolístico en Tomelloso y en ella deja  curiosas historias y reflexiones de alguien que conoce bien los entresijos del deporte.

-¿Cómo recuerda sus inicios en el fútbol de Tomelloso?

- Empecé en el Polideportivo, club de cantera tras la fusión de Educación y Descanso y la OJE. Allí estaban buenos amigos míos: Gálvez, José Andrés, Wenceslao Robla, José María Palacios, José Lara, Jesús Navarro y José Luis Zatón que era el entrenador…formábamos un buen grupo en una época bonita, en la que había una complicidad humana muy estrecha entre todos.  Más adelante trabajé con Jesús Úbeda en la cantera del Atlético Tomelloso y fue él quien tiró de mí para trabajar  en la primera plantilla del Atlético Tomelloso.

-Trabajó al lado de grandes instituciones de nuestro fútbol como Paco Gálvez y  José Ándrés López Vázquez , ¿qué nos puede decir de ellos?

-Paco Gálvez era ante todo un amigo, compartí partidos, veladas,  veraneos y muchas cosas con él. Las anécdotas con Paco eran frecuentes como aquella vez que lo llevamos a casa tras un entrenamiento y su mujer le echó la bronca por lo tardío de la hora. Gálvez le dijo que porque le regañaba solo a él y no a nosotros.  Otra vez que se le complicaron las cosas en un partido en San Martín de Valdeiglesias, con gente que le rodeó con afán de agredirle, y se hizo el desmayado. Empezó a pedir unas pastillas a su mujer que, claro, no entendía nada. Otra vez echó a un periodista del vestuario. Era una persona genial, un hombre con mucha personalidad y trabajador. Y luego estaba José Andrés que en los despachos era el número uno. Lo demostró en aquel recurso que hizo tras una dura sanción a tres juveniles nuestros. La Federación Castellana estaba entonces en Madrid y fuimos allí a llevar el recurso. Cuando el funcionario vio el tocho de folios del recurso, nos devolvió las fichas, y nos dijo vuelvan ustedes a Tomelloso y ya veremos cómo arreglamos esto. Era un hombre recto  que, a nosotros que éramos directivos, no nos dejaba pasar al campo cuando se nos olvidaba el pase.  

-Tras su trabajo con equipos de cantera llegó al primer equipo del Atlético Tomelloso y tuvo la suerte de vivir en primera persona una época maravillosa, sobre todo la primera etapa en 2ªB, ¿no es así?

-Sí. Empecé en la época de Gonzalo Hurtado, cuando estábamos en el grupo de Andalucía. Los fines de semana íbamos a Manzanares a esperar el autobús del equipo con la furgoneta de Alfonso Baños a llevar el material. Nos cambiaron de grupo varias veces y se puede decir que me he recorrido toda España con el equipo, a excepción del País Vasco. Aquellos partidos con el Sant Andreu, el Villarreal, el Getafe, el Madrileño, Gijon, Oviedo B, Betis Deportivo, Sevilla B, Cartagena, Castellón, Linense, Hércules, Toledo, Salamanca, Granada, Córdoba… 

-Vivió aquella famosa eliminatoria con el Celta de Vigo…

-Aquello fue inolvidable. En Balaidos, antes de cumplirse el primer minuto nos marcaron el primer gol. Juan Carlos Rodríguez se quedó mirándome como diciendo hoy nos llevamos un saco. Le dije, mister, tranquilo que acabamos de empezar. Luego eliminamos a aquel Celta que entrenaba Chechu Rojo, que rompió una puerta del vestuario cabreó que pilló. Nos recibió la Corporación en el Ayuntamiento.

-Un masajista trabaja cerca de entrenadores y usted conoció muchos y buenos:  Gonzalo Hurtado, Juan Carlos Rodríguez, Manolo Chico, Jesús Úbeda, Loren…

-Es cierto. Recuerdo a Juan Carlos Rodríguez que debutó cuando jugamos en el campo del Barcelona B de los Guardiola, Almagro, Carreras, Delfin Geli, Pinilla, Angoy…y ganamos 1-3. Juan Carlos era un hombre que sabía mucho de fútbol, muy duro en determinado momentos con los futbolistas, a los que exigía el máximo. De Manolo Chico guardo el recuerdo de la temporada en que estuvimos invictos. Chico era muy sicólogo con los jugadores, un andaluz muy listo que les comía el coco hasta los líneas. Con Gonzalo Hurtado también tuve una buena relación, a pesar de que el equipo entonces estaba en Madrid y había menos contacto. Jesús Úbeda era pura nobleza y pasión por el fútbol. Con él y Juan Carlos, tuvimos un grave accidente en aquella pretemporada que hicimos en el norte. Salimos vivos de milagro. Y años después coincidí con Loren con el que también me llevé fenomenal, otro técnico muy comprometido con el club.

-Y luego están los futbolistas con los que un masajista siempre hace un poco de psicólogo, ¿verdad?

-Tuve una buena amistad con todos, con Luismi, Dani Soria, Rey, Bolós, Navarrete…muchos y de todas las épocas. Hay muchos a los que sigo felicitando en Navidad, a los que llamo de vez en cuando y sé más o menos como les ha ido en la vida. La camilla es el santuario de los futbolistas ahí se dicen cosas que se quedan ahí. Ninguno podrá decir que yo le he dicho después las cosas al entrenador. El futbolista que no juega está mosqueado con el entrenador, el que se lesiona, el que no le salen bien las cosas…son muchas situaciones complicadas, pero que no tienen que salir de ahí.

-¿Qué futbolista de los que han pasado por Tomelloso le ha impactado más?

-Futbolísticamente los que más me han gustado han sido Santi Verdú y De Las Heras, dos centrocampistas con mucha clase, también Osa y Bolós que  eran unos defensas excepcionales.

-¿Qué anécdotas recuerda con más cariño?

-Hay muchas. Tengo una con Llorens, el lateral que luego jugó en el Rayo,Lleida y Atlético de Madrid y que antes estuvo con nosotros. Se le subió el gemelo y el árbitro me dio permiso para atenderle. Le pregunté que le pasaba y muchas veces me hablaba en valenciano. El me decía la rampa, la rampa, la rampa…y yo no lo entendía, pero se refería a los gemelos. Otra más desagradable fue el día que le partieron una pierna a Luismi en La Solana. No había medios y para salir del apuro le tuve que entablillar la pierna con las maderas de un palet que había detrás de una de las porterías. Una solución de emergencia hasta que lo llevamos al Hospital de Manzanares. En la época de Juan Carlos Rodríguez me pasaron también muchas cosas graciosas. Como cuando salimos a dar una vuelta los dos por el centro, a las tres de la tarde, y oímos una maquina tragaperras en un bar. Me dijo que pasáramos, seguro que es el bufalo, que no era otro que Ariño, aquel jugador de envergadura que tuvimos. Juan Carlos se puso detrás y le dijo, Ariño si quieres cambio llevó en el coche. Cuando se dio la vuelta y vio al entrenador se quedó a cuadros.  

-Hubo momentos complicados como aquella invasión de campo en Torrijos o aquellos incidentes de Hellín….

- En Hellín tuvimos que salir corriendo en el último partido. Yo me refugie detrás del capote de un guardia para llegar al  vestuario. Cuando llegamos a Tomelloso, la plaza estaba llena de aficionados esperando porque habíamos estado todo el campeonato sin perder.  Me pillaron aquellas encerronas de Torrijos, donde la gente la tomó con Rodero, y Guadix, en aquel fatídico partido que perdimos, el único en todo el año, y que sin embargo nos privó del ascenso. En esta época teníamos a Treviño que un día le dijo a  Gómez Mulas, que tenía unas molestias en la espalda y se lo dijo antes del partido. El central tardó solo cinco minutos en darle un recado a Treviño donde le dijo que le dolía.

-Recientemente han fallecido directivos con los que usted convivio mucho: Paco Izquierdo, Tomás Heredia, Tomás Izquierdo, ¿cómo los recuerda?

- Tomás Izquierdo desempeñaba su labor calladamente, siempre estaba ahí, un hombre de club. Paco Izquierdo, llegó con algo de desconocimiento de lo que era el fútbol, pero acabó desarrollando sus funciones de delegado a la perfección. Era riguroso en lo concerniente a las personas que podían estar o no estar en el túnel de vestuarios. Y Tomás Heredia  nunca decía no a nada y luego a lo mejor no podía cumplir lo que te había prometido. Pero su trabajo fue también incuestionable, siempre pendiente de que al equipo no le faltara de nada. 

-¿Con qué presidente y directivos se queda?

-Me quedo con Vicente García por muchas cosas. Es cierto que se le torcieron las cosas al final, pero fue un buen presidente. Aquella directiva que tenía era muy seria, cumplía bien. El brazo derecho de Vicente era Domingo Romero que logró establecer muy buenos contactos en Madrid para traer jugadores y acertaron con los Mauri, Ríos, Pancorbo, Arganda, Aguiar y compañía que formaron un equipo excepcional. Luego hay que destacar el trabajo de Ambrosio Armero, sobre todo con la cantera, el record de campeonatos que tiene Higinio Ponce o la labor de Laureano Olmedo, un hombre que ha trabajado mucho por el fútbol y  Alfonso Baños que  también se desvivó por el club. Ángel Sáez estuvo poco tiempo, en una época complicada que llevó como buenamente pudo.

-¿Cómo afronta este retorno al Atlético Tomelloso de Luis Parra?

- Voy a ejercer de delegado de equipo y también me encargaré del material. Luis me llamó, aunque inicialmente le dije que no. El fútbol me ha dado alegrías, algún berrinche y muchos amigos, pero estaba tranquilo sin fútbol.  Pero insistió y me convenció. Eso sí, le dije que con mis años y teniendo en cuenta que hay gente joven mejor preparada, de masajista no. Al final,  encajamos mis funciones en lo de delegado y encargado de material. El proyecto tiene buena pinta lo que hace falta es que nos digan cuando va arrancar el fútbol. Hay mucha incertidumbre.


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