Stoichkov fue el protagonista de una primera acción clara de gol del Albacete, pero disparó fuera. Pero más peligrosa todavía fue una oportunidad que surgió tras un clamoroso error de Caballo que permitió a Aaron Rey plantarse ante Tomeu Nadal, aunque su tiro salió muy desviado. El fallo pareció estimular a un cuadro albaceteño que aumentó sus llegadas al área contraria con un fútbol muy elaborado en el que Zozulia se mostró muy activo en los primeros veinte minutos.

El equipo local sufrió en los contragolpes, como uno de Stoichkov pasada la media hora de juego en el que Adri Cuevas, en primera instancia, y Néstor en segunda, no pudieron batir a Tomeu. Cuando menos lo merecía el Albacete, marcó Arroyo, en el minuto 34, tras una falta lateral botada por Álvaro Jiménez que cabeceó muy bien Kecojevic y, tras tocar Mackay y dar el esférico en un poste, remachó en la línea de gol el lateral blanco. Una buena noticia para un cuadro blanco que lleva mucho sufrido en este inicio de campaña y que al menos veía cómo de una acción aislada el partido se le ponía de cara antes de entrar en los vestuarios.

Los jugadores visitantes mostraron las mismas carencias a la hora de rematar en el inicio del segundo acto y volvió a marcar el Albacete en una acción de Manu Fuster, que sirvió un pase dentro del área y Peña batió por arriba a Mackay (minuto 51). Este golpe resultó definitivo para una escuadra catalana que comenzó a cometer errores en la salida del balón y a conceder ocasiones, como la que capitanearon Álvaro Jiménez y Manu Fuster que provocó el penalti de Álex Coch a Fuster. Zozulia transformó la pena máxima y sentenció el duelo, dando un auténtico balón de oxígeno a los manchegos.