Tomelloso

“Cuando alguien sufre Daño Cerebral Adquirido, tú eres la voz de él”

Jesús Valentín, afectado de DCA, su mujer, Trini, y su hijo, Óscar ofrecen un valioso testimonio sobre la convivencia con la dura enfermedad

Carlos Moreno | Lunes, 2 de Noviembre del 2020
{{Imagen.Descripcion}} Jesús Valentín, su esposa Trini y su hijo Oscar, posan junto al panel de la exposición en el que aparece Jesús Valentín, su esposa Trini y su hijo Oscar, posan junto al panel de la exposición en el que aparece

En julio de 2017 Jesús Valentín sufrió un ictus provocado por una obstrucción en la carótida. En décimas de segundo cambió la vida de este conocido tomellosero y su familia que rememora aquella madrugada en toda su crudeza. Comenzaba una lucha titánica con un pronóstico inicial muy malo. “Me lo pusieron realmente feo. Nos dijeron que no iba a andar y me aconsejaron que lo llevara al Centro de Rehabilitación Intensiva de Guadalajara. Jesús permaneció allí seis meses, aunque los fines de semana estaba en casa con nosotros”, explica Trini, su mujer y enfermera del hospital, a la que en esta entrevista acompaña su hijo Óscar.

Días atrás, Ceres inauguraba una exposición de fotografía sobre el Daño Cerebral Adquirido en el Hospital y allí pudimos conocer las sobrecogedoras historias de los afectados, ejemplos de lucha, entrega y esfuerzo que tan magistralmente ha captado la cámara de Cuco Cuervo. Uno de los rostros que aparece es el de Jesús Valentín lo que nos dio pie a proponer a su familia que nos contarán con mayor profundidad como se vive con el DCA. Aceptaron sin problemas.

Hemos quedado precisamente en el lugar de la exposición. Trini es la primera en llegar, después lo hace el periodista y finalmente llegan Jesús y Óscar haciendo gala de ese espíritu campechano y jovial que siempre les acompaña. Trini contestará a la mayoría de las preguntas, pero Óscar apuntará interesantes detalles, mientras que Jesús, aún con las dificultades que tiene para hablar, también nos dirá cosas con su lenguaje gestual. 

“En el centro de Guadalajara recibimos un gran servicio y Jesús enseguida empezó a caminar. En la movilidad es donde más progresos empezamos a ver. Ingresó en julio y ya en octubre daba algunos paseíllos. Lo recuerdo bien, el Día de Acción de Gracias que fue cuando logró subir la escalera y nos dio un subidón”. El de Guadalajara es un centro exclusivo  para el daño cerebral, un centro que abarca tratamientos de psicología, fisiología, rehabilitación y logopedia. “Tuvimos una gran suerte que lo aceptaran porque deciden en función de una valoración que llevan a cabo”, asegura.

Trini se refiere al cambio de vida que supuso la nueva situación de Jesús. “Las expectativas de vida cambian totalmente, tienes que aprender a vivir de otra manera, porque el cambio es brutal. Tú eres la voz de él y tienes que estar pendiente en todo momento. En nuestro caso, Óscar nos ha prestado una ayuda esencial, muy valiosa”. La difícil situación vivida ha reactivado más si cabe la vitalidad de Trini que explica los tratamientos que recibe Jesús. “Hace mucha rehabilitación y también terapia cognitiva. Jesús no ha perdido ninguna facultad mental. Enseguida mejoró mucho en el ámbito cognitivo. El mayor problema que tiene es la dificultad para hablar y, sin duda, es lo que peor lleva. Tener una idea, una opinión o un sentimiento y no poder expresarlo es duro. Pero se defiende bien con los gestos y nos entendemos bien”.

Los progresos que ha ido experimentando Jesús son el fruto de mucho esfuerzo y trabajo; la mayoría de las veces para conseguir poco hay que hacer mucho y así lo corrobora su esposa. “Él ha afrontado la situación con mucha entereza. En Guadalajara, los profesionales me contaban que siempre quería hacer más de lo que podía hacer. Intentaba dar ese paso, aunque no pudiera. Ha puesto mucho de su parte, con muchas ganas y un encomiable afán de superación. No quiere apalancarse en un sillón, quiere salir, andar, estar en activo”. De hecho, cualquier semana de la vida cotidiana de Jesús Valentín está llena de actividades: los lunes y los viernes trabaja con la logopeda. Después, si hace buen díam se va a dar un paseo él solo. Los miércoles y viernes acude al centro de DCA de Ceres y los martes y jueves trabaja en la piscina con un grupo que lleva el fisioterapeuta, José María Belló. Tras conocer su apretada agenda, le digo en tono de broma, y conociendo su sensible fibra colchonera, que tiene más ocupaciones que el Cholo Simeone; Jesús suelta una espontánea carcajada. Esa pasión atlética tiene su origen en el siempre recordado Valentín Valentín, de la que han cogido el testigo el hijo y el nieto.

Aunque no todos los días son iguales, el ánimo de Jesús permanece más o menos constante. “Hay días en los que puede estar un poco más triste, pero siempre demuestra un buen ánimo; quiere salir, relacionarse con gente, le produce alegría que vaya gente a verle a casa. Se rie mucho. Han sido numerosas las personas que lo han visitado porque conocía a muchas gente.”, indica Trini.

No mantienen muchos contactos con otros afectados, a excepción de una mujer de Tomelloso que también sufrió DCA. “A veces he echado de menos la existencia de alguna asociación porque puede venir bien para muchas cosas, -dice Trini-. Pero estuve informándome e investigando y no apareció ninguna. Sobre el DCA hay mucho por descubrir e investigar. Lo que sí se ha demostrado es que cada paciente evoluciona de una manera; los que pueden hablar, los que no, hay diferencias de movilidad entre unos y otros…cada cerebro es un mundo y cada ictus es un mundo”, señala.

Agradecen, y mucho, el apoyo que han encontrado en Ceres. Oscar se enteró del servicio gracias a Patricia, una amiga de la piscina, “le pregunté y enseguida nos informamos y fuimos a hablar con ellos. Cuando Jesús regresó de Guadalajara, enseguida empezó a trabajar con ellos. El servicio está muy bien porque hay logopedas, una nueva fisio que se está implicando mucho con él. La gente de Ceres se está volcando y reconocen que Jesús es un ejemplo a la hora de luchar y la buena disposición que tiene siempre”.

Al final elogian la iniciativa de esta exposición de fotografía, “Miradas desde dentro y hacia fuera del Daño Cerebral Adquirido” de Cuco Cuervo al que tuvieron oportunidad de conocer. “Esta exposición nos ha brindado la oportunidad de conocer otros casos, las impresionantes historias de cada uno. Como la de una chica embarazada, que a punto de salir de cuentas, sufrió un ictus. Y que luego ha podido hacer una vida prácticamente normal. El fotógrafo nos impresionó por su cercanía, dando mucha confianza y demostrando que conoce muy bien este mundo porque su padre sufrió también daño cerebral”.

Toca despedirnos. Entre las bromas de Jesús y su gente que, entre sonrisa y sonrisa, poniendo siempre buena cara a la vida, van ganando batallas. Ha sido un placer departir con ellos. La lección de vida que nos han ofrecido no tiene precio.


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