Los locales saltaron al campo muy enchufados, se hicieron con el balón y se fueron en busca de la portería contraria. No tardaron en protagonizar sus primeros acercamientos al área contraria e, incluso, dispusieron de un par de buenas ocasiones para haberse adelantado en el marcador. La primera de Cielo, que, tras hacer lo más difícil y plantarse ante la meta contraria, enviaba el balón fuera por poco. Y la segunda, poco después, en botas de Pablo De Haro, que tampoco acertaba en última instancia a batir a Chema Navarro.

A partir de ahí, sin embargo, las cosas cambiaron. El Almansa fue creciendo y se sacudió el dominio local. El partido se igualó y los dos equipos se enzarzaron en una lucha sin tregua por hacerse con el control del balón. El toma y daca era constante y ambos probaban de adelantarse en el marcador, aunque apenas generaban ocasiones en lanzamientos lejanos que no llegaban a nada. Así se llegaba al descanso todavía con el cero a cero en el luminoso aunque con buenas sensaciones por parte de ambos.

En la segunda mitad ambos técnicos movieron sus banquillos en busca de un revulsivo que rompiese la dinámica del encuentro. El Manzanares se lanzó desesperadamente en busca de la puerta contraria, asumiendo muchos riesgos y dejando muchos espacios atrás para que el Almansa saliese al contragolpe. Salían bien los visitantes al contragolpe, sobre todo aprovechando la velocidad de Fer, que incluso tuvo una buena ocasión para adelantar a los suyos en el minuto 58, pero acabó enviando el balón fuera.

Cada equipo buscaba el gol a su manera, el Manzanares corriendo a la desesperada y el Almansa buscando el contraataque. Y sería el equipo visitante el que al final consiguiese el premio en el minuto 78, en una falta en el pico del área. Una falta directa que ejecutaba el capitán, Septién, a la perfección, con un disparo ajustado a la base del poste al que no pudo llegar el meta local.

Con el 0-1 en el luminoso el Almansa dio un paso atrás y cedió más protagonismo al Manzanares, que lo intentó hasta el final, aunque lo suyo fue siempre un querer y no poder y una y otra vez los locales se estrellaron ante la bien plantada zaga del cuadro almanseño.