La inteligencia es una facultad de la mente humana que
permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y actuar; es pues aquella
que marca en buena parte la idiosincrasia y comportamiento de las personas. La
bondad por su parte, viene definida como una inclinación de la persona a hacer
el bien, virtud por otra parte fácilmente reconocida, que al decir de alguien
que es buena gente o buena persona así lo expresamos sin necesidad de más explicaciones.
La maldad al contrario, no solo es la ausencia de bondad, considerándolo como
algo neutro, kilómetro cero o limbo, sino que supone la actuación negativa de
una persona para causar daño; la maldad no es por tanto solo ausencia de lo positivo, sino
presencia expresa de negatividad.
Inteligencia, bondad y maldad, tres conceptos que siempre se
encuentran interrelacionados produciendo efectos muy distintos en el ser
humano, tanto en su mente como en su comportamiento; ambos se
encuentran presentes en muy distintos grados, interviniendo factores genéticos,
temperamentales y educacionales. De ahí que tanto la bondad como maldad innatas,
sean actitudes o inclinaciones a “conquistar” a base de esfuerzo, dedicación,
estudio y empeño que dan como resultado personas admirablemente buenas y alarmantemente
malas.
Ejemplos a través de la
historia los encontramos a manos llenas en el mundo del crimen, de las guerras,
armamento o en las corruptelas políticas. Seres que dedicaron y siguen
dedicando su intelecto a fabricar, panificar y cometer hechos deplorables,
algunos de un calado colosal; ciudadanos que optan por el lado oscuro de su
privilegiada inteligencia dedicándose a sembrar el mal, la desgracia y la
muerte. Y al contrario, personas que se dedican a ejercer el bien hasta
extremos a veces heroicos, dejando estelas y huellas de vida y paz.
Los primeros acaban ahogados
en el desasosiego, amargura y desesperación, los segundos sin embargo esa
inteligencia puesta al servicio del bien les proporciona oxígeno vital y
serenidad. Los primeros acaban siendo seres torpes debido a la toxicidad de sus
pensamientos y acciones, los segundos, al contrario, cada día son más libres y
felices.
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Martes, 7 de Mayo del 2024