Ramón R.T., el vecino de Tomelloso que convivió con su expareja, M.J.L.R., semanas después de que ella lo denunciara por una paliza (junio de 2019) y se dictase orden de alejamiento, ha sido absuelto de los delitos más graves de los cuatro por los que lo acusó la fiscalía: delito continuado de violación (12 años) y delito continuado de revelación de secretos (4 años).

El acusado, que llevaba más de un año en prisión preventiva por esto, ha quedado en libertad este mismo martes, por decisión de la sección segunda de la Audiencia Provincial que juzgó su caso la semana pasada.

El tribunal lo ha encontrado culpable de los delitos de quebrantamiento de condena por saltarse la orden de alejamiento (diez meses) y conducción temeraria (quince), por huir de la policía cuando lo localizaron en Ciudad Real, intentando contactar con su ex en su trabajo. Son veinticinco meses de cárcel, de los que  parte de ellos ya ha cumplido, por lo que este martes se ha reunido con su familia en Tomelloso (la fiscalía solicitó 18 años y medio de prisión).

«He pasado catorce meses de prisión por celos»

“Estoy contento entre comillas, he pasado catorce meses de prisión por celos”, asegura, y se queja “del daño a mi imagen de esta denuncia falsa, cuando mi único problema es haber estado con una mujer muy conflictiva que toma mucha medicación y cocaína”.

Ofendido por la acusación de violación

Ramón R.T., de 58 años y con antecedentes por otros delitos, entre ellos tráfico de drogas, violencia de género (de otra mujer) e intento de homicidio, se ha sentido ofendido por haber sido acusado de agresión sexual. “Detesto eso y que me acusen de un delito tan bajo y ruin, que se mira tan mal, es asqueroso; esto me está matando, estoy tomando medicación, lo que en mi vida. No duermo, no descanso, si lo hubiera hecho lo reconocería y como un hombre lo asumo, pero de esto soy inocente”, insistió al final del juicio que se celebró la semana pasada en la Audiencia.

La defensa cree que el quebratamiento ha sido  riguroso

Pedro Román, su abogado defensor, está satisfecho con la absolución de los delitos más graves, pero no termina de ver la condena por quebrantamiento, “no se lo notificó la orden de alejamiento después de la denuncia de junio”, dice. También considera excesiva la pena de quince meses y tres años de retirada del carné, por un delito de conducción temeraria en el que no hubo heridos.

“No sé si recurriremos, lo tengo que consultar con mi representado”, ha explicado en declaraciones Lanza.

No se ha probado que se fuera coaccionada

El tribunal considera probado que en los meses de julio, agosto y septiembre de 2019 Ramón R.L., y la que había sido su pareja durante un año, M.J.L.R., siguieron viéndose, convivieron juntos y mantuvieron relaciones sexuales en diferentes hostales de la provincia, pese a que desde el 17 de junio existía una orden de alejamiento del varón respecto de la mujer, sin que se haya probado que ella actuara coaccionada (un guardia civil la llamaba con frecuencia para seguir su caso, que se consideraba de riesgo).

Tampoco se considera probado que los videos sexuales que el acusado grabó en esos encuentros, al menos dos de ellos con el consentimiento de la denunciante, se utilizaran para chantajearla con sus hijas.

En cuanto a que quebrantó la orden de alejamiento para seguir viendo a su expareja y que huyó de la Policía Nacional en una persecución temeraria por Ciudad Real el 28 de septiembre de 2019 el tribunal lo considera probado.

Otro juicio por malos tratos con la víctima

Con esta sentencia, que todavía no es firme, Ramón R.T. no se libra de seguir pleiteando con su expareja, con la que tiene pendiente otro juicio por lo penal por los presuntos malos tratos que le propinó el 17 de junio de 2019 y que desencadenó este segundo pleito.

La presunta víctima de este caso, que ejerció la acusación particular, ha sufrido en al menos tres ocasiones más violencia de género de otras parejas, de las que también ha tenido órdenes de alejamiento.