La construcción ha sido siempre uno de los sectores más pujantes en Tomelloso. Y aunque fue duramente golpeado por la crisis del 2008, el sector ha seguido generando riqueza y puestos de trabajo,  dentro de unas circunstancias que, evidentemente, poco tienen que ver con la bonanza de los primeros años dos mil. La Voz de Tomelloso ha analizado la actual situación del sector hablando con diversos actores del sector: dos constructores, una arquitecta y un agente inmobiliario que, tomados en su conjunto, ofrecen un interesante análisis.

La arquitecta, Ana Palacios, considera que tanto ella como sus colegas de gremio mantienen un importante pico deactividad. “Se está construyendo mucha vivienda unifamiliar en solares o en casa viejas que se derrumban para construir nuevas. A raíz del confinamiento, mucha gente que vive en pisos ha decidido cambiarse una vivienda buscando más espacio para patio, zona ajardinada y piscina. De hecho de los diez proyectos que he realizado este año, ocho son con piscina y creo que esto tiene una clara relación con la pandemia”. Palacios considera que “la  promoción de pisos o viviendas adosadas anda mucho más atascada, algo lógico teniendo en cuenta los muchos que quedan sin vender en la ciudad” y apunta que la superficie media del solar que busca la gente puede estar en torno a los trescientos metros cuadrados.

En la misma línea, Isidoro Burillo, responsable de Construcciones CBV, también destaca esa tendencia de venta de pisos para hacerse una casa. “Se está realizando bastante obra, más en los extrarradios de la ciudad al estar el precio del suelo más barato. El tema de las reformas también esta fuerte, aunque por el miedo al covid se ha parado un poco. En nuestro caso, particular, iniciamos el año con buenas previsiones, pero luego se enfrió, no ya por cuestiones económicas, sino por el temor al virus”.

Burillo habla de un perfil de cliente joven, como profesores y otras profesiones de tipo liberal,  que están buscándose nuevas alternativas habitacionales a la de los pisos y apunta un dato importante. “Todos los albañiles de Tomelloso tienen trabajo ahora mismo. Si reclamas sus servicios para la reforma de un chalet, la construcción de una piscina o una cocinilla te darán un plazo de cinco o seis meses, señal inequívoca de que se están realizando obras”.

Según este constructor, otra pista importante sobre la coyuntura del sector la dan los proveedores de material. “Realizas un pedido y te lo sirven con retraso, porque es mucha la demanda que tienen en estos momentos”. Burillo también destaca que el nicho de mercado de Madrid y otras capitales se mantiene.

Pablo Seco de Construcciones Salvador considera que “a causa de la situación que vivimos con la pandemia existe mucha incertidumbre. Es  cierto que a la construcción le afecta menos que a otros sectores, pero son muchas las probabilidades de que te confinen una cuadrilla o te paren una obra. Si a esto añadimos la poca alegría que hay en cuanto a operaciones de compra y que la administración está sacando poca obra pública, el panorama no es demasiado alentador”.  De cara al próximo verano, Seco espera que se revitalice el sector “pero en cualquier caso será una coyuntura algo engañosa”.

José Antonio Lomas, que regenta desde hace años una inmobiliaria en Tomelloso, considera que “es muy distinta la dinámica de las grandes capitales que la de ciudades más pequeñas. Se está construyendo poco y con tanta cartelería de “se vende” los precios están cayendo en picado”.  Lomas también se refiere a una lucha desigual con los bancos. “Con los precios que sacan sus propiedades es imposible competir. Sacan precios muy bajos y encima te ofrecen la financiación”. 

Para Lomas hay otro factor que ayuda poco y es la obligación de construir en tres alturas en las zonas más céntricas de Tomelloso, “lo que está provocando que la gente se vaya a la zona de Mercadona o del polígono 20 para hacerse una casa a su gusto y con menos coste económico”.

Desde el lado de las instituciones públicas, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Tomelloso, José Ángel López, observa una tendencia positiva. "Desde los años 2015-2016 se ve una recuperación del flujo de licencias, tanto de obra mayor como de obra menor. Ha aumentado su número y también su importe económico porque son obras ambiciosas que buscan una mayor calidad de vida en las viviendas, con zonas verdes, piscina y dotación de garaje. Quizá con el confinamiento la gente ha añora los patios y espacios abiertos". López también apunta que es está viendo "un importante aumento de las reformas. No se van a alcanzar, ni tampoco sería deseable, los niveles del boom inmobiliario, pero sí es cierto que hay una tendencia positiva".

El concejal de Urbanismo considera importante que algunas de estas licencias sean para obra en el sector terciario, "con reformas de locales, aperturas  o traslado de negocios a sitios mayores. Algunos ejemplos pueden ser las obras de Mercadona en la calle Toledo o la llegada de Sprinter a la avenida de Juan Carlos I y hay otras empresas y firmas que están barajando la posibilidad de instalarse en los próximos meses", señala.