El Atlético Tomelloso prosigue su escalada y se ha impuesto este domingo al Campillo por 2-1. Dos goles de renta obtuvieron los auriverdes en una excelente primera parte, en la que incluso pudieron llegar al descanso con una renta mayor por juego y ocasiones creadas. Pero los visitantes acortaron distancias en el segundo tiempo e hicieron peligrar la victoria local con un par de oportunidades en el último suspiro. El público pudo volver al Paco Gálvez en una desapacible mañana invernal, pero tuvo el premio de la victoria local y un buen partido.

Rodríguez casi repitió once con respecto al día del Herencia. Las únicas novedades fueron la presencia de Damían Montaña en el eje de la zaga junto a Antonio León, y la de Buyo en la portería. Morales y Dueñas volvieron a ser los laterales, Romera, Agustín y Loren formaron el triángulo de  volantes, Roberto y Biendi se situaron en las bandas y Amor como referencia de ataque.  

El Atlético empezó a generar juego desde el pitido inicial y una internada de Amor por la izquierda no la pudo finalizar Roberto, en una jugada en el que los dos futbolistas intercambiaron se papeles.  Solo siete minutos después, un buen lanzamiento de esquina de Loren lo remató a la red Damián Montaña que celebró con alborozo su gol. Tuvo mérito el remate del canterano, pero también el prodigioso lanzamiento del medio, cogiendo el balón un envenenado efecto hacia dentro, muy difícil de defender.

Para el Campillo fue un suplicio la defensa de las jugadas de estrategia y así otro córner originó el 2-0 con un gol en propia puerta. Y siguió el festival a balón parado de los locales en una falta que botó Loren desde la izquierda y cabeceó a la red el espigado Antonio León. El gol no subió al marcador al entender el colegiado que el central se apoyó en el hombre que le defendía. Rigurosa decisión.

Con el 2-0 el Atlético se sintió cómodo, con largas posesiones de balón para hacer correr a un Campillo que no daba señales de vida en ataque. Cuando los visitantes intentaron construir apareció Agustín para recuperar. El volante se marcó otro partido descomunal: cortó, tocó y lo peleó absolutamente todo,  muy bien acompañado por Romera y Loren en esas labores de creación y el buen trabajo en las bandas de Roberto y Biendi. Y fiel a su modo de jugar, Amor lo peleó todo y trabajó lo indecible, aunque hoy no encontró el gol. Al buen juego del equipo también contribuyeron los laterales con su salida de balón y rupturas por banda.

Cambio de decoración en la segunda parte

El decorado cambió radicalmente en la segunda parte, sobre todo a raíz del gol del Campillo. Miguel Ángel se sacó desde la izquierda un disparo imposible para Buyo y los visitantes empezaron a ver la posibilidad del empate. Ganaron segundas jugadas, se asociaron mucho mejor y llegaron con mucha gente arriba, aunque la luz se le apagaba en los últimos 25 metros de campo.  Antes del gol del Campillo, pudo marcar el tercero el Atlético después de una internada de Roberto por la derecha con pase atrás a Loren que el medio centro envió alto, quizá por no acomodar bien el cuerpo a la hora de efectuar el disparo.

Con el Campillo dominando, el Atlético se encomendó a su buen contragolpe y construyó dos muy claros para matar el partido. En el primero, Amor no logró precisar el pase para Damián Montaña en el dos contra uno  que dejaba completamente solo al defensor y en el segundo, Carlos Arroyo sirvió a Amor que no supo culminar la jugada con todo a favor.  Oxigenó el centro del campo, Juanjo Rodríguez dando entrada a Valenciano y Dani Soria y también le dio descanso a Amor para meter en el campo a un Carlos Arroyo que resolvió bien todas las jugadas en las que intervino, aguantando bien la pelota, asociándose bien y demostrando que también puede tener su hueco en el once.

Como el tercer gol no llegó, tocó sufrir y el Campillo tuvo en los minutos de prolongación dos claras oportunidades para empatar, pero sus dos remates, prácticamente en el área pequeña, no encontraron portería. Así, los puntos se quedaron en casa y sigue creciendo en la competición un Atlético Tomelloso que ya espera al Sporting de Alcázar con la moral por las nubes y  unos engranajes de juego cada  vez más pefeccionados.