Nada menos que cuarenta años han pasado de aquella intentona
golpista que tuvo lugar el 23 de febrero del año 1981. Todos los que vivieron “el
episodio más triste de nuestra reciente democracia” recuerdan como tras el voto
en contra a la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo del diputado socialista,
Manuel Núñez Encabo, varios guardias civiles al mando de Antonio Tejero
irrumpieron a ráfagas de metralleta en el Congreso de los Diputados.
Esa misma noche, cuando estaba en juego el incipiente
régimen parlamentario, el Ayuntamiento de Tomelloso, presidido por Clemente Cuesta
y con el beneplácito de todos los portavoces, celebró el pleno ordinario de
febrero. En esa sesión tomó posesión como concejala en la bancada del PSOE, Victoria
Jimena.
Explica Clemente Cuesta a este periodista que el pleno
estaba convocado para esa noche “con la suficiente antelación” y como la
intentona golpista fue “un hecho imprevisto” todos los ediles acudieron a la
citación. “Toda la Corporación se reunía en el despacho del alcalde antes del
pleno por su había alguna novedad. En ese momento, no puedo precisar quien, un
concejal que estaba siguiendo con un transistor los acontecimientos, advirtió
que la situación en Valencia era complicadísima, con tanques por las avenidas
más importantes de la ciudad”.
A través de la radio, los concejales tomelloseros conocieron
que el intento de golpe de estado “se estaba consolidando de una manera muy
seria” en la capital valenciana. Lo que en principio era una intentona “se
estaba convirtiendo en un hecho cierto”. La Corporación se planteó que “si se
celebraba el pleno o se suspendía, dada la situación. A través de la radio se
transmitía que el golpe, sobre todo en Valencia, era un hecho cierto”.
Tras un breve cambio de pareceres “se decidió por
unanimidad, cosa que en mi Ayuntamiento se hacía con bastante frecuencia, que
se celebrara el pleno; y no había vuelta de hoja”. La sesión se celebró desarrollando
todos los puntos del orden de día “y con una extraordinaria coincidencia que
siempre he aplaudido, pues fue una muestra de valor y entereza muy grande. Con
la que estaba cayendo, tomó posesión como concejala, esa misma noche, Victoria
Jimena, del PSOE”.
Hubo también sitio para el humor “en este caso negro”,
relata Clemente Cuesta, en aquel pleno al que solo acudió la Corporación, la
secretaría, el interventor y el personal municipal necesario. Uno de los ediles
señaló que “habría que llamar a casa para que no nos esperen pues de allí nos iban
a llevar a todos presos a la plaza de toros”. Y es que, “dentro de la tristeza
y la amargura que estábamos viviendo en aquellos momentos se le dieron unos
enfoques de tranquilidad y humor muy aceptables y necesarios en ese momento”.
Cuando acabó la sesión plenaria “cada uno nos fuimos a casa
a dormir y a la mañana siguiente todo había pasado. Fracasó el golpe del señor
Tejero”. Cuesta incide en que en aquella corporación que él presidía “éramos
concejales y amigos. Tuvo tres colores, pero el único que primaba era
Tomelloso, algo que se notó desde el principio”.
Para acabar, el primer alcalde de este periodo democrático
considera “una tristeza” que los que rigen los destinos de nuestro país “no
sean capaces de unirse, ni siquiera para criticar aquel doloroso acontecimiento
de hace cuarenta años. El 23F fue, para mí, el episodio más triste de nuestra
reciente democracia”.
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Jueves, 25 de Abril del 2024
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