Su gran pasión fueron los juveniles. Apareció en el mundo del futbol a finales de los años setenta y coincidiría con Paco Gálvez, Ambrosio Armero , Marcelino Novillo, José Andrés López Vázquez y otros dirigentes del fútbol en Tomelloso que apostaron por él. Uve fue entrenador del Tomelloso OJE  y Polideportivo Tomelloso en juveniles y también del Cervantes de Argamasilla de Alba en categorías regionales.

Pero su puesto de más larga duración sería el de delegado de los Juveniles en el Atlético Tomelloso, primero, y Tomelloso CF, después.  Esa función le permitió tener un estrecho contacto con árbitros, futbolistas, entrenadores, directivos y gentes del fútbol en general que valoraron su dedicación y entrega y esa buena mano izquierda para apaciguar tensiones. En esta etapa coincidió con otros conocidos entrenadores como Jesús Úbeda o José Antonio Losa.

También  fue destacado su paso por el fútbol-sala de la ciudad. Jugó en numerosos equipos y también desempeñó el rol de entrenador, principalmente, con el Bar Avenida, equipo que ganó una liga y varios maratones de verano en diversas localidades de la provincia y región. 

Practicó también otros deportes, como el ciclismo, y estuvo vinculado a la Peña Atlética de Tomelloso con la que mantenía siempre una fluida colaboración. Sus méritos no pasaron desapercibidos para el Ayuntamiento de Tomelloso que en una de sus Galas del Deporte le otorgó el premio al Mérito Deportivo.  Nos deja un hombre de bien, un hombre del fútbol que nunca podremos olvidar.