Como decíamos ayer…. ya estamos en el Aeropuerto de Pekín a la espera de embarcar rumbo a Xian la ciudad más antigua de China y
una de las cunas de la civilización humana, hoy es el centro económico y
cultural del Noroeste de China, con sus siete-ocho millones de habitantes, el
puente financiero e industrial, entre las provincias costeras cada vez más
avanzadas, y las regiones pobres del Oeste.
Todos estos datos son resumen de la guía que nos entregan en
cada viaje para saber con “quien nos jugamos los cuartos” y que nuestro caletre
se vaya abriendo a todo lo que se nos viene encima, que no es poco ir
asimilando ese mundo tan distinto que es China, no tiene nada que ver con
nuestra cultura y costumbres y esas edificaciones milenarias en perfecto estado
de conservación.
Ya estamos en el avión, un Airbus con más horas de vuelo que
las zapatillas de El Fugitivo, por estas latitudes en los vuelos domésticos los
aviones vuelan porque tienen que volar, el mantenimiento deja mucho que desear,
las bandejas sujetas con cinta aislante, los respaldos de los asientos no hace
falta mando para tumbarlos lo hacen ellos solos, la comida en vuelo una cajita
con un rollito y una cosa de dulce y un vasito de zumo, en fin es lo que hay.
Bueno ya hemos llegado a Xian
dispuestos a ver lo que haga falta, primero vamos al Hotel a dejar los trastos
y el sudor con una buena y reconfortante ducha, ya una vez acicalados nos
reunimos todos y nos vamos acoplando en el autobús para iniciar nuestra visita,
primero vamos a la Muralla, la cual
es rectangular con 3.4.kms. de Este a Oeste y 2.6 de Norte a Sur, construida
durante la Dinastía Ming, está muy
bien conservada, de allí nos vamos a la Gran
Pagoda de la Oca Salvaje, fue construida por el Emperador Gao Zong, en el año 648, ya nos quedamos
por allí a ver tiendas y pasamos a una “farmacia”, por decir algo a comprar
unas tiritas y no tenían, frascos con bichos y cosas raras las que tu quieras,
pero como medicamentos, nada de nada, todo medicina “natural”. Ya empezamos a
volver hacia el Hotel para la próxima salida en la que teníamos mucha ilusión,
ver los Guerreros de Terracota, cenamos en el Hotel, otro remojón y a la cama a
reponer fuerzas.
Ya estamos en pie, al desayuno, siempre “americano”, y
deseosos de ver a los guerreros, ya en el bus, cada uno se hace sus cuentas de
cómo será eso, nosotros vimos un adelanto en una exposición que hubo en
Valencia unos meses antes en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y ahora lo
veremos en vivo y en directo. Entramos al recinto del Museo del Ejército de Terracota, enorme allí hay mucha gente, sobre
todo ancianos, muy ancianos, haciendo ejercicios de todas clases, yoga, kung
fu, gimnasia… por fin llegamos a la entrada del Museo, nos quedamos con la boca
abierta, unas naves impresionantes totalmente diáfanas, les llaman fosas, la
primera es la mayor de todas ahí se encuentran SEIS MIL figuras a tamaño natural de guerreros y corceles al igual
que numerosas armas antiguas, a mi me dio la impresión que todos los cuerpos
eras iguales,
lo que cambiaba era la
cabeza, imagino que harían miles de cuerpos y luego le acoplaban a cada uno su
cabeza, es mi particular forma de ver, las otras dos fosas tenían muchos guerreros,
pero sin “calificar” y amontonados entre la arena, pero eso es un espectáculo
único, no es fácil de olvidar. Decían que este hallazgo arqueológico está
considerado como “La Octava Maravilla del Mundo”.
Después de pasar dentro más de tres horas, salimos a los
jardines a respirar aire puro y calor a pleno sudor, estábamos dando un paseo,
y por allí vi un Gong, grande, como decimos en Tomelloso “mu grande”, estaba
colgado sostenido por dos cuerdas y al lado una maza a medida del gong, cuando estábamos
todo el grupo reunido el guía llamando y nadie le hacía caso pues eso no se me
ocurre nada mejor que coger la maza pegarle un viaje al gong que sonó que creo
lo oyeron hasta en Pekín, todo el mundo se quedó quieto, todos los gimnastas,
todos menos dos policías que se dirigían derechicos a mí, yo pensé estos me
llevan a galeras pero no, fueron dentro de sus férreas costumbres muy amables,
me dijeron: “no tocal, plohibido”, yo me disculpé como pude, nos hicimos las correspondientes reverencias y ya en el
autobús recibí la reprimenda de Florita, bastante más fuerte que de las fuerzas
armadas, me fue dando la vara hasta el Hotel.
Ya la ducha, estirado de piernas, cena y a descansar.
Hoy es un día de transición nos vamos a Louyang este viaje lo hacemos en tren, en este paquete tenemos
cuatro traslados en tren, tres diurnos y uno nocturno.
Ya en Louyang,
visitamos las Grutas de Longmen, o Grutas de la Puerta del Dragón, su
construcción comenzó a finales del siglo V y generaciones de escultores
tallaron en la roca de la ladera más de 100.000 imágenes de Buda, la más
importante de las Grutas es la Fengxian, construida por orden
del Emperador Wu Zetian, la estatua
principal es la Vairocana de 17
metros de altura, es un rostro perfecto, luego visitamos la Ciudad Antigua, donde se ve la China profunda, no sé si lo
comenté anteriormente, se ve mucha, mucha pobreza, pero la miseria de la India
yo al menos no la percibí, de allí nos fuimos para visitar el Templo del Caballo Blanco es el primer templo Budista construido en China en el año 67
para albergar las escrituras budistas traídas de la India, desde ahí nos
trasladamos a la estación de ffcc en
dirección a Nanjing, donde pasaremos
la noche a bordo del tren, tenía compartimentos de dos, de cuatro y de seis,
nosotros fuimos en el de dos, muy bien acondicionados, con su termo de agua
caliente para el té, eso lo tienen todos los trenes, y sus azafatas por el
pasillo, pero que azafatas, verdaderas preciosidades, bueno ya en el compartimento
nos preparamos para dormir o al menos intentarlo, el ruidete de las ruedas era
cansino, sobre las 2 o 3 de la madrugada
ya me venció el sueño, pero claro a mí todo no me puede salir a pedir de boca,
cuando estaba en los profundos brazos de Morfeo suena el móvil, dicho aparato
no lo desconectaba por tener contacto con mis hijos por si había alguna
incidencia, dejo que suene varias veces y ya con la voz de ultratumba contesto:
-Dígame
-Florita, cuando vas a venir a medirme las cortinas, que
tengo al escayolista y le tienes que marcar los cortineros.
-Le digo, pero criatura estoy en China y voy en tren y son
las 2 de la madrugada, y claro no podremos ir.
-Hay perdona, perdona, ya hablaremos.
Claro para ella eran las 8 o 9 de la tarde, no digo quien, pero
ella si me lee se acordará.
Llegamos a Nanjing,
vamos al Hotel a tomar posesión de nuestras estancias, ducha, cambio de ropa y
al comedor, comida entre Pinto y Valdemoro, aceptable, una vez acomodados en el
bus salimos hacia el Puente de Hierro,
tiene un kilómetro y medio de longitud y es el más largo de los emplazados en las orillas del río Yangtze y ya por fin empezamos a ver a
chinos enterrados, yo creía que los chinos no se morían, en Tomelloso hay muchos chinos y yo soy por
desgracia habitual consumidor de consultas del Sescam y he visto de todas las
nacionalidades pero chinos ni uno, nunca, pues visitamos el Mausoleo del Doctor Sun Yatsen, el monumento de 80.000 metros cuadrados, para
acceder al mausoleo hay una escalera de 392 escalones que conducen al salón
donde descansan los restos del difunto, y después el Camino Sagrado de la Tumba del Emperador Zhu Yuangzhang de la Dinastía Ming, y como dije anteriormente al fin
vimos algún “defuncionado chino”.
Otra vez de marcha por los caminos de hierro, salimos de Nanjing destino a Suzhou, una de las ciudades más singulares de China, y es conocida
por la Venecia de Oriente, visitamos el Jardín del Administrador Humilde, menos mal que era humilde, es de los
jardines mayores y más famosos de China, es una verdadera maravilla.
Ya por la mañana nos vamos al noroeste de la ciudad para
visitar la Colina del Tigre y dicen
que es parecida a un tigre, de ahí que el emblema de Suzhou es la Pagoda de la Colina del Tigre,
construida en el año 959, eso sí las Pagodas y los Templos son preciosas, pero
escalones tienen para dar y tomar, por la tarde fuimos al Jardín del Pescador
muy pequeño pero es precioso.
Vuelta al Hotel al aseo correspondiente, descanso necesario,
cena, y tertulia y vuelta a cerrar maletas para mañana.
Otra vez de marcha, hoy vamos con destino a Wuzhen, es la ciudad de los puentes con
más 2000 años de historia, y cosa rara en China es una pequeña aldea de casitas
de madera rodeada de canales, y está
considerada por la UNESCO como una de las ciudades culturales del mundo. Fuimos
a visitar el Museo del Matrimonio, el de las Camas Tradicionales,
el del Teñido de Telas y lo que más les gusta a los chinos visitar es la
casa del escritor Mao Dun y el Museo de
Las Bodas Tradicionales, a la salida fuimos a un mercado de artesanos
trabajando en la fabricación de objetos diversos, pero con técnicas de
fabricación que pertenecen al pasado y muy curiosas de observar.
Salimos de Wuzhen
con destino a Hangzhou que es una de
las ciudades más bonitas de China, yo no sé porque digo de las más bonitas, es
que todas son a cual más bonita, todas tienen su encanto y es muy difícil
decantarse por una. Llegamos al Hotel y lo de siempre, pero esa noche salimos
otra vez de marcha a buscarnos el sustento y pasamos por una calle que había un
montón de tenderetes de comida “rápida” tenían para todos los gustos de ellos,
brochetas de langostas, de gusanos, de bichos e insectos de todas clases muy
apetitosos pero nosotros pasamos de largo hasta encontrar otro VIP que al fin
encontramos y éste era bastante curioso y eso sí todos pedimos lo mismo
rollitos, arroz cocido con una salsa que hacen muy rica y por supuesto con
nuestra cerveza San Miguel y sin sobresaltos. Al Hotel y a descansar nuestros
huesos que falta les hace.
Descansados y desayunados vuelta al bus y nos vamos a dar un
paseo en barco por el Lago Oeste,
situado en el Parque Hua Gang, donde se concentran los puntos
más turísticos de Hangzhou, dentro
del lago hay cuatro islas, la principal es la llamada Colina Solitaria y el Templo del Alma Escondida, uno de los Templos
más importantes de China, donde veneran la estatua del Buda Sakamuni de 19.6 metros de altura y la Pagoda de las Seis Armonías
construida en el año 970, su nombre
tiene que ver con las predicaciones del budismo, armonía del cuerpo, de la
mente, de las palabras, de las opiniones, la pobreza y la abstinencia. Una vez
empapados de historia china y de sudor regresamos al hotel. Esa noche no
salimos de marcha, después de cenar nos quedamos en un salón a comentar las
compras que cada una adquirió en los ratos libres, y a comparar precios uno
decía: he comprado 6 Lacoste por 30 euros, otro que si un reloj Rolex por 40, y
así y lo que veía es que algunos ponían cara de decir coño yo soy más tonto que
fulano, entre esos estaba yo que no atinaba con los precios, y ya les dije:
vais a enseñar las compras pero por favor no digáis los precios, menos mal que
hicieron caso y ya por lo menos se nos iba a algunos la mala uva.
Ahora sí que se nos acaban las vacaciones, hoy ya damos el
último salto ya estamos en la estación de f.c., para subirnos al tren con destino
a Shanghai, es un desplazamiento no
muy largo, 180 kms., ésta es la Ciudad más poblada de China son sobre quince millones de habitantes, y es el
centro económico y financiero del país, es una ciudad enorme sus calles parecen
hormigueros hay gente por todos lados, coches, motos y bicicletas, muchas
bicicletas, y todos pitando, en la estación nos espera un autobús para
trasladarnos al Hotel y sin apenas darnos tiempo salimos para efectuar una
visita panorámica de la Ciudad, Shanghai,
cosa que es harto difícil pues en día y medio que permaneceremos ahí, pero
bueno veremos lo que se pueda de momento empezamos por visitar el Templo de Buda de Jade, relativamente
joven fue construido a principios del siglo XX y alberga dos estatuas de Buda
de jade blanco, traídas desde Birmania por el Monje Hui Gen, de ahí salimos
para ver el Jardín Yiyuan, se encuentra situado en el
centro antiguo, de la antigua ciudad rodeada por la muralla. Alrededor del
Jardín hay numerosos restaurantes de todas las nacionalidades y centros comerciales
de todas las marcas, claro para poder atender a quince millones de habitantes
tienen que tener alguna tienda que otra. Desde aquí vamos para el Malecón, que tras la Guerra del Opio lo
tomaron los ingleses para sus actividades comerciales, esta ciudad que estuvo
vedada a los chinos, dicen que en un Parque estaba escrito “Prohibida la
entrada a los chinos y a los perros”, ya a mediados del siglo XX construyeron
los edificios más emblemáticos de la ciudad y la famosa calle Nanjing de seis kms.,
la Torre de Televisión Perla de Oriente,
creo que está como el tercero más alto del mundo, ya ahora no se le habrán
ganado los árabes en Dubai y según veo ya es la 35 y el edificio Jin Mao que entonces era el cuarto
ahora es el 34, en esa parte del Malecón parece que estamos en Nueva York, todo
son rascacielos, y ya que estábamos allí, cómo no subíamos al Jin Mao, nada
ochenta y ocho pisos, el ascensor parecía un cohete, llegamos con dolor de
oídos pero merecía la pena las vistas inenarrables, en una zona de la última
planta el piso es de cristal y se ve de arriba para abajo como un tubo a los
que tienen vértigo no les recomiendo su visita,
pero sí es muy interesante.
Todavía nos dio tiempo para ir al Teatro y ver una parte del
Circo del Sol, que allí tienen como una sección permanente y todos los
integrantes son chinos, nos dejaron alucinando.
Ya se nos acaba el tiempo y solo nos queda hacer unas compras
de emergencia dar nuestro último paseo en tierra China y echar las miradas a
nuestro alrededor con tristeza, pues han sido días que aparte de ver las
maravillas que hemos visto, también aprendido algo de las costumbres y forma de
vivir en esa lejana parte del mundo tan distinta de la nuestra, pero como todo
en la vida tiene un principio y un final,
y dándole gracias a Dios por habernos hecho posible el poder realizar uno de
nuestros sueños: viajar a China.
Ya estamos en el Aeropuerto, nos esperan 10.300 kms., 14 horas de vuelo de una tacada, es directo de Shanghai a Madrid, comimos, cenamos y desayunamos en el avión y todo de día, pues cuando iba a anochecer, nos empezaba el amanecer, también un espectáculo, eso sí llegamos a Madrid hechos un cuatro, pero muy felices y pensando en el próximo.
Nota:
Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, las de La Voz de Tomelloso. Las cartas remitidas a este medio deben ir debidamente firmadas y con el DNI.
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Jueves, 2 de Mayo del 2024
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