Con su habitual elegancia y hospitalidad, Rafael Torres, nos invita a entrar en su despacho de la segunda planta en las oficinas de la Bodega Almazara Virgen de las Viñas. En una soleada mañana de enero, la luz que entra por las ventanas ilumina la estancia que da evidentes pistas sobre la pasión por la cultura de un hombre que lleva ya 16 años al frente de esta gran cooperativa; los cuadros del certamen cultural, llenos de colorido y talento; una fotografía en la que aparece con los Reyes el día de su histórica visita a la bodega; libros, dibujos y alguna fotografía que descubren su debilidad con todo lo que tenga que ver con la creatividad humana. Son los últimos compases de la jornada de mañana y se muestra muy amable con nosotros. Nos sentamos en el coqueto sofá del fondo del despacho e iniciamos la entrevista.

PREGUNTA: —La cooperativa siempre en obras y desarrollando proyectos, ¿en qué están trabajando ahora?

RESPUESTA: —Los tiempos nos obligan a modernizarnos constantemente, a renovar maquinaria, equipos y edificios. Hemos comprado naves y terrenos colindantes para seguir expandiéndonos e invirtiendo. Nuestros clientes nos piden que les sirvamos el vino en las condiciones más óptimas y es necesario revestir las naves con aislantes para que tenga siempre la temperatura adecuada. Esto es una demanda de los clientes, por tanto, una necesidad y no un capricho. Al mismo tiempo, estamos  ampliando la embotelladora y también vamos a construir un museo en las antiguas galerías, con una sala de proyección y una zona de cavas. Será una forma de rendir homenaje a los antepasados que hicieron esto a base de músculo y que será un buen recurso para el enoturismo.

Mucho más a largo plazo sería bueno disponer de un concentrador y rectificador de mostos, que nos permitiría diversificar nuestra producción. Pero ahora mismo no podemos. Proyectos siempre hay, pero no debemos embarcar a nuestros socios en gastos que no puedan asumir. Ellos están valorando muy bien que les estemos pagando muy bien la uva, al mismo tiempo que mejoramos las instalaciones.

P: —Las cooperativas y bodegas han experimentado una impresionante transformación en las dos últimas décadas….

R: —El sector en el que nos movemos es muy exigente, te obliga a modernizarte y ser competitivo, además todo cambia de un día para otro y hay que  adquirir siempre la mejor tecnología punta. En nuestro caso, con producciones medias que oscilarán entre los 250 y 300 millones de kilos anuales tenemos que renovar la maquinaria constantemente y aumentar la capacidad. Uno de nuestros grandes retos sería que la mitad de nuestra producción saliera embotellada.

P: —¿Mantendrá la cooperativa su política de fusiones con otras bodegas?

R: —Sí, la competencia nos obliga.  No es bueno que el sector esté tan atomizado. Soy partidario al cien por cien de las fusiones y los grupos de comercialización. Esto no siempre es posible porque hay que ver la situación e infraestructuras de la bodega con la que te quieres fusionar, pero nosotros lo intentamos.

P: —¿Cómo analiza la situación del sector en estos momentos?

R: —Los precios han experimentado una tendencia al alza y parece que está algo más animado, aunque el sector del vino siempre tiene un límite. Somos optimistas y esperamos que se mantengan las cotizaciones, pero dependemos de otros mercados cercanos como los de Francia e Italia, países que han tenido una cosecha menor y que ha propiciado el alza de precios.  

P: —Acaba de finalizar la campaña de aceituna, ¿cuál es el balance de la almazara?

R: —La producción ha sido un 60 por ciento menor que la del año pasado, con un producto de muy buena calidad. Nuestra apuesta por el aceite llegó a través de una fusión, y dado que las instalaciones de esa almazara eran muy obsoletas tuvimos que hacer una nueva.

P: —Uno de los sellos distintivos de Virgen de las Viñas ha sido su decidida apuesta por la cultura, ¿cómo ha resultado su simbiosis con la economía?

R: —Hemos querido revertir a la sociedad parte de lo mucho que nos ha dado. Hemos logrado hacer realidad uno de los museos de arte contemporáneo más importantes de nuestro país, una infraestructura que le ha dado un gran marketing a la cooperativa, a la ciudad y a Castilla-La Mancha. La idea es que albergue cuatro exposiciones al año, la del Certamen y otras tres más. Próximamente expondrá Ángel Pintado, luego vendrá Antonio Rojas, y ya en el 2019 tendremos a Cristina Gamón, una pintora abstracta de gran prestigio que ahora está mostrando su obra en Estados Unidos.

P: —¿Han sido muchas las reticencias que ha tenido que vencer para hacer realidad este gran proyecto económico y cultural?

R: —Al principio sí, pero el socio ha valorado siempre las inversiones con cargo a nuestra Obra Social  porque son muchas las personas que vienen a ver las instalaciones, y de paso, conocen nuestros vinos. El Certamen no hubiera sido posible sin el apoyo de los patrocinadores y colaboradores. Ha dado cabida a artistas de todos los puntos del país y también del extranjero: alemanes, japoneses, franceses, chinos, etc. La proyección que da algo así es evidente.

P: —Y no hay que olvidar el Certamen Periodístico que también ha tenido ilustres ganadores, ¿no cree?

R: —Es verdad que el Certamen lo han conseguido escritores y periodistas de reconocido prestigio. El premio es atractivo y son muchos los escritores que se presentan. De esta manera, contribuimos a fomentar el trabajo de las mentes creadoras.

P: —Desde un prisma más personal, ¿qué han supuesto para usted estos 16 años al frente de la cooperativa?

R: —Sobre todo una gran satisfacción por el trabajo y la espectacular transformación que ha experimentado la entidad. Ha habido que dedicarle muchas horas, con sus satisfacciones y también sus disgustos, pero nunca he desfallecido en el trabajo, de lo contrario no podría haber ocupado este cargo. Me enorgullece estar al servicio de esta gran institución de la que dependen tantas familias de nuestra ciudad.

P: —Y por si fuera poco, ha compaginado el cargo con sus responsabilidades en Globalcaja y su Fundación Horizonte XXII…

R: —Globalcaja es una cooperativa de crédito que apostado siempre por el sector agrario y ahora está abierta al resto de sectores de la economía. Su papel en el desarrollo económico regional ha sido y es indiscutible. Y en cuanto a la Fundación he de decir que su filosofía es el desarrollo socioeconómico de Castilla-La Mancha, y en esta tarea nos aplicamos rodeándonos  siempre de los mejores profesionales para impartir los cursos, jornadas de trabajo,  masters etc. Solamente así podremos alcanzar la excelencia en nuestras enseñanzas.