“Si se hubiera cumplido aquél destino…”
No era destino, pues se habría
cumplido.
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Ante el silencio del presente, atisbo
el porvenir plagado de pasado.
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Cuando
llegaba el mes de mayo, que se decía “mes
de las flores”, en los colegios regentados por religiosos se cantaba el
“Venid y
vamos todos con flores a porfía,
con flores a María, que Madre nuestra es”.
Una mañana, en
el recreo, Avelino, uno de los
alumnos considerado, injustamente, como menos dotado intelectualmente de su
clase, el primer año que asistió al colegio, estaba pasando a su cuaderno la
letra de la canción que le había dejado Julio, porque había estado unos días
enfermo y no pudo copiarla cuando la dieron.
Alberto, uno de
los mayores, que solía gastarle bromas, se
acercó preguntándole:
-¿Qué
haces, Avelino, aquí solo y tan ocupado? ¿Qué escribes?
-Estoy
pasando a limpio la letra de la canción de las flores que no sé si Julio que me
la ha dejado, la tiene bien porque hay un montón de cosas que no entiendo.
-¿Qué
es lo que no entiendes, a ver?
-Pues
¿quién es Porfía? Yo estoy hecho un lio. No entiendo a quién hay que llevar las
flores, ¿a Porfía, a María, a qué María, o a nuestra madre? Que mi madre no se
llama María, que se llama Adosinda.
-
Si no fueras tan burro, y hubieras estado atento a lo que explicó el padre Eutimio el primer
día, te habrías enterado que a quién hay que llevar a las flores es a la Virgen
María, que es nuestra madre, le respondió Alberto.
-¿Y
cuando dijo eso?
-
El primer día de mayo.
-Es
que yo no vine porque estuve malo. Bueno, pero no me has dicho quien es Porfía,
¿otra virgen a la que hay que llevar también flores?, ni me has contestado a
cuándo tenemos que ir todos a llevárselas.
-Mira,
“Porfía”, que has escrito con mayúscula, -le aclaró riendo- no es ninguna
virgen ni ninguna persona, es una forma de llevar las flores.
-¿En
ramos, en cestillos?
-¿Tú
no tienes un diccionario? ¿No sabes manejarlo? ¿Te has creído que yo soy tu
profesor? Consúltalo, te enteras y me
dejas en paz, ¡pesado! ¡Quién me mandará a mí preguntarte!
Avelino, un tanto corrido, abrió
su cartera en la que llevaba el diccionario manual y buscó:
Porfía: Acción de porfiar.
-¿Y
qué es porfiar? A ver. ¡Arrea, significa tres cosas!:
1.-Discutir obstinadamente y con tenacidad.
-No creo que sea esto –pensó. Si nos
ponemos a discutir de esa manera que dice, el fraile nos arrea una castaña.
¿Cómo vamos a ir discutiendo como energúmenos a la capilla a llevar las flores
a la Virgen? Y discutiendo ¿de qué y por qué?
2. Importunar repetidamente con el fin de conseguir un propósito.
-A ver, ¿qué demonios es eso de importunar?
Importunar… Aquí está:
Incomodar o molestar con una pretensión o solicitud insistentes o poco oportunas.
-Pues me da que tampoco podemos ir,
dale que dale, pidiendo hasta molestar a la Virgen para conseguir lo que se nos
ocurra. Y por último significa:
3. Intentar con tenacidad el logro de algo para lo que se encuentra resistencia.
-O sea, ser un plasta para que la
Virgen nos dé lo que se resiste, lo que no quiere darnos. Pues sigo sin ver
cómo hay que ir a llevar flores a la Virgen, que es algo que está bien, pero
cabreándola, en plan pedigüeño y dándole la vara…pues… que no.
Pero bueno después de ver esto, no
le vuelvo a decir a Alberto que no entiendo cómo se tienen que llevar las flores a
porfía.
¡Ah, mira aquí viene “a porfía”, todo junto!:
Con emulación y competencia.
-¡Arrea!
¿Y eso que es? Se me está pasando el recreo
y no consigo enterarme.
Emulación
significa…Acción y efecto de emular.
Y emular es: Imitar las acciones de otro procurando igualarlas e incluso excederlas.
Y
competencia significa:
Disputa o contienda entre dos o más personas sobre algo.
¡Ya
estamos otra vez con la discusión! Y Oposición o rivalidad entre dos o más personas que aspiran a obtener la misma cosa.
-Pa
mi que lo que quiere decir es que cuando vayamos a llevarle a la Virgen las
flores, lo hagamos compitiendo entre nosotros, a ver quién es el que le lleva
el ramo más hermoso, pero sin cabrear a la Virgen, sin discutir ni armar camorra. Por eso decía
Alberto que era una forma de llevarlas.
Va a ser eso.
-Pero además hay otras cosas que
tampoco veo muy claras en la canción: lo que sigue:
“De nuevo aquí
nos tienes, purísima doncella,
más que la luna, bella, postrados a tus
pies.”
- Lo de “De nuevo”, será para
los mayores que se las habrán llevado otros años, porque yo es el primero que
voy a ir. ¡Mira!, esto de “purísima
doncella, más que la luna, bella”, sí
que me gusta, es bonito. ¡Ah, mira! Esto es lo otro que no entendía bien:
¿qué es postrados?
-Postrar, postrar, postrar… Aquí esta:
Rendir, humillar o derribar algo. ¡No me cuadra!
Enflaquecer, debilitar,
quitar el vigor y fuerzas a alguien. ¡Menos! Arrodillarse o ponerse a los pies de alguien, humillándose o en señal de respeto, vene-ración o
ruego.
-¡Jo, podían empezar por
el final! Arrodillarse o ponerse a los pies de la
Virgen. Anda que… ¡postrarse! Mi abuela dice ponerse de hinojos.
Y
sigue diciendo:
“Venimos a ofrecerte las flores de este suelo”,
-¿Cómo que de este
suelo? ¿De qué suelo tienen que ser las flores? Si aquí no se dan más que en
las macetas y en mi casa no tenemos. ¿Es que no van a valer las que venden en
la floristería de Amalia? Habrá que preguntarle qué de que suelo las ha cogido,
no sea que después de gastarme los cuartos nos diga el fraile que no valen.
“con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo
ves.”
-¡Otra! ¿Qué es anhelo?
Y eso de “Señora, tú lo ves”...?
¡El timbre! Se acabó el recreo, ¡la jo…robamos! En casa seguiré, porque ahora
tenemos matemáticas y no puedo andar con el diccionario. ¿Y todo esto lo
explicaría el padre Eutimio el primer día? Me da que salvo que las
flores eran para la Virgen, ni hablar. Pues seguro que ni Manolo ni Jose, han
entendido la mitad. Se lo han aprendido de memoria sin saber lo que quiere
decir y lo cantan como papagayos y pasan
por ser de los listos de la clase. Lo malo es que como esto no entra en el
examen…
Al terminar la clase de matemáticas,
Avelino se fue a casa directamente con la idea de terminar de entender la
canción de las flores y aprendérsela
entera, pero sabiendo lo que decía y no como Manolo y Jose, de memorieta.
Se había quedado en “con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo
ves”. De nuevo, diccionario en ristre,
buscó anhelo:
Deseo
vehemente.
-¡Toma, con h intercalada y todo! Y qué es vehemente? ¡Jo, tengo que
saltar de la a a la v!
-Vehemente. ¡Otros tres
significados! A ver cuál me aclara algo:
1.-Que tiene una fuerza impetuosa.
2.-Ardiente y lleno de pasión.
Y
3.-
Que obra de forma irreflexiva, dejándose llevar por los impulsos.
-Esta no me vale. Y te advierto que
las dos primeras…bueno, en sentido figurado parece que quiere decir que le
ofrecemos las flores con amor, ardor y
pasión. Vale.
-Y ya termina la
canción. A ver si termino con esto y me pongo a hacer la traducción de latín
que también se las trae.
“Por ellas te rogamos, si cándidas te placen,
las que en la gloria nacen, en cambio, tú nos des.”
-A ver, que ya creí que
terminaba y esto se complica, no está nada claro: Por ellas, es decir, por las
flores de este suelo que le vamos a llevar…
pero eso de “si cándidas te
placen”, qué quiere decir? Lo de cándidas me suena de una enfermedad
que tuvo mi madre, no lo entiendo. Cándido,
cándida, quiere decir…..
Ingenuo, que no tiene malicia ni doblez.
-Hombre…las
flores…No sé.
Simple, poco advertido.
-Las
flores poco advertidas…simples…, pss.
Poét. blanco.
-¡Ah!, como es una canción, una poesía, va a querer
decir que las flores deben ser blancas. Pues, mira que si se las traigo de otro
color… la había cagao. Ya veremos los
listos de qué color se las llevan. ¡Ah, mira esto es lo que me sonaba que tuvo mi madre y para lo
que le mandó don Ángel, el médico, una
pomada!:
Hongo que produce diversas enfermedades en la piel o en las mucosas.
-Y placer
es agradar o dar gusto.
- O
sea, que lo que esto quiere decir es que a cambio de las flores que le
llevamos, que han de ser del terreno y parece que las que más le gustan son las
blancas, nos dé las que nacen en la gloria, o sea, ¡que vayamos al cielo! Pues
me ha costado, pero mañana le voy a preguntar a unos cuantos listos oficiales,
como que no sé nada, qué es lo que ofrecemos a la Virgen y qué es lo que le pedimos llevándole flores a porfía.
Avelino,
considerado entonces como uno de los menos dotados intelectualmente en el
colegio, con su paciencia y espíritu de análisis, con su constante interrogarse
el qué cuándo, quién, cómo, dónde y por
qué, tras acabar el bachillerato, estudió la carrera de Derecho y terminó
siendo un prestigioso Magistrado del Tribunal Supremo. Y colorín, colorado…
………………….
Mil puntos
suspensivos de escritura,
una columna
de espacios en blanco.
Mil notas
musicales de silencio,
en que la
soledad me recrimina
que no la
deje sola ni un momento.
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Madrid, 2 de
mayo de 2021
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Jueves, 25 de Abril del 2024
Jueves, 25 de Abril del 2024