Natividad Cepeda, nos brindó un documentado pregón con su habitual solvencia y delicadeza, aportando abundantes y curiosos datos sobre el  Patrón de los Agricultores. “La vida de los Santos parece estar ligada a la fábula y no es así. En el caso de San Isidro Labrador hay estudios muy importantes sobre su figura”, dijo. De este modo, fue repasando todas las circunstancias de su vida, desde su nacimiento hasta su muerte, pasando por su matrimonio,  lavida familiar en los arrabales de Madrid en los tiempos de la dominación musulmana, su proceso de canonización en el siglo XVI, los milagros que llevó a cabo, como el de la batalla de las Navas de Tolosa y el significado de su nombre “regalo de Dios”. 

En otra parte del pregón claramente diferenciada, Natividad Cepeda ofreció el pregón con esa prosa poética en la que tan bien se desenvuelve, que fue leyendo pausada y reposadamente. Lo definió como un “hombre humilde, vestido como vestía el pueblo llano, que no pertenecía a la clase de la nobleza, ni a la eclesiástica, era un campesino honrado y generoso que se entregó a las demás con su natural bondad. Te necesitamos”.

La pregonera pidió al Patrón para que los agricultores tengan buenas cosechas. “Somos el pueblo sencillo, sin más tributo que el de arar los campos”. Los asistentes dedicaron una gran ovación a Natividad Cepeda al finalizar su pregón y también en el momento de recibir un obsequio conmemorativo de la directiva de la Hermandad. La escritora siempre es un valor seguro en cualquier acto, le da empaque y categoría y lo volvió a demostrar con su gran trabajo.

También sería muy aplaudida, Mari Carmen Navarro, que lleva toda su vida rodeada de agricultores. “Soy hija, nieta, hermana y sobrina de agricultores. Ellos tienen que transmitir a la sociedad su buen hacer, un trabajo fundamental para nuestros pueblos. Este reconocimiento a una mujer agricultura significa mucho, pues reconoce y da valor al trabajo que realizamos”.

En el tramo final del acto las palabras cedieron el testigo a la música de la Coral de La Asunción. Sus dieciséis componentes interpretaron majestuosamente temas muy conocidos como el “Hallelujah” de Leonard Cohen, creando una sobrecogedora atmósfera en una noche especial, pues pocas horas después terminaba el estado de alarma que supone un paso adelante en esta lucha contra la pandemia que tanto ha condicionado nuestras vidas y costumbres. Pero a pesar de tantas dificultades, la festividad de San Isidro pudo tener su espacio. La imagen del Patrón junto con la de Santa María de la Cabeza fue colocada en una de las naves laterales del templo.