Tomelloso

Los bombos de Tomelloso, construcciones de piedra únicas integradas en el paisaje manchego

Francisco Navarro | Domingo, 23 de Mayo del 2021
{{Imagen.Descripcion}} Foto: Carlos de la Osa Foto: Carlos de la Osa

El bombo es una de las señas de identidad de Tomelloso. Su abovedada silueta se distingue en la llanura y es un signo de que la tierra que lo ampara es o ha sido de un tomellosero. Son los bombos refugios agrícolas, levantados en piedra seca, esto es, sin ningún tipo de argamasa, perfectamente integrados en el paisaje manchego

El llorado Lorenzo Sánchez aseguraba en su libro “El bombo tomellosero, espacio y tiempo en el paisaje”, al que seguramente volveremos en el artículo, que debería ser la lítica construcción la verdadera imagen de La Mancha, dado que los molinos de viento fueron importados por flamencos del séquito del emperador Carlos.

Los bombos son refugios, viviendas en la mayoría de las ocasiones, de los labradores tomelloseros. Estas obras de arquitectura popular tienen mucho que ver con la roturación de las tierras baldías para ponerlas en labor. Al ararlas emergían a la superficie las grandes lanchas de piedra caliza que aquellos pioneros, con mucho esfuerzo, retiraban de sus parcelas. Posteriormente se descubrió la posibilidad de que aquellas piedras planas fueran el material con el que se edificaran los bombos.

Según expone Andrés Naranjo —un tomellosero querido por todos, que se llevó la pandemia— el uso de los bombos se inicia en el siglo XVI. El aumento de la plantación de la vid en la segunda mitad del siglo XIX provoca el auge de los bombos. Al mismo tiempo que proliferaban las viñas, aparecían estas obras en piedra seca. El carácter emprendedor de las gentes de Tomelloso y lo escueto del término municipal hacen que los tomelloseros planten viñas lejos de casa y, por tanto, necesiten donde guarecerse.

Piedra sobre piedra

El bombo esta hecho piedra sobre piedra, con una técnica muy depurada. El profesor Lorenzo Sánchez explica que las piedras más grandes se colocaban abajo, formando dos muros que se rellenaban con piedra suelta. Es a partir del metro y medio cuando comienza el arranque de la falsa cúpula. Ahí, el “bombero” hacía volar ligeramente cada hilada, haciéndola más pequeña. La última forma un anillo de pocos centímetros, rematado por una piedra gruesa.

En el interior se puede encontrar la chimenea, un alambor donde colocar los elementos del menaje, pesebres, algunos tienen cuadra y la mayoría poyos donde sentarse y poner la cama. En la pared suele haber estacas para colocar los aparejos de las caballerías o la ropa. La construcción de los bombos se fue perfeccionando, pasando de simples chozos a verdaderas casas de campo, con hasta tres cúpulas y otros tantos departamentos.

En el patio del Museo del Carro hay un soberbio bombo construido como homenaje a aquellos hombres y mujeres de Tomelloso que con tanto esfuerzo permitieron que la ciudad progresase. El majestuoso bombo fue construido por Pablo Moreno, “Cota”, y necesitó para hacerlo más de dos millones de piedras.

Senderismo entre bombos

Tomelloso tiene definidas cuatro rutas de senderismo que transcurren por lugares y parajes que han albergado durante más tiempo estas emblemáticas construcciones. Son rutas sin mucha dificultad, la distancia y la climatología manchega, que recorren el corazón de La Mancha, navegando por el mar de viñas que rodea la ciudad de Tomelloso.

Una de esas rutas, concretamente la Ruta 2, ha sido homologada esta semana por la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha. Eso va a permitir incluirla en los listados y promociones de la Federación Española de Senderismo y también en el programa de la Diputación Provincial “Caminamos por nuestros senderos”.

Se trata de una ruta circular con salida y llegada desde el Santuario de Pinilla de 17 kilómetros de longitud. Discurre por la zona norte del término municipal que coincide con la mayor concentración de bombos, la mayoría de ellos en buen estado, visitables y cercanos al camino. Otro aspecto interesante es que atraviesa un inmenso paisaje de viñedos salpicado por impresionantes bombos en buen estado, pozos artesanos y la propia ermita de Pinilla como elementos principales y de interés de la propuesta.

Ruta homologada

Recorremos precisamente esa ruta con el concejal de Turismo, Raúl Zatón. Salimos de Pinilla camino de La Zanahoria para admirar los majestuosos bombos. Para el edil, es muy importante poner en valor los bombos “uno de los elementos que mas han ayudado a Tomelloso a que esté en el nivel que se encuentra en cuanto a la vid y el vino. Sin ellos, no habrían sido posible las semanas de quintería y la ciudad no habría podido estar donde está”.

Hay bombos donde los tomelloseros han tenido y tienen viñas, recordaba el concejal durante el recorrido, “pero es algo que han construido únicamente los agricultores de aquí y, por tanto, son una seña de identidad clara de Tomelloso”. En ese sentido, el edil aclara que esta ruta transcurre íntegramente por el término municipal de Tomelloso. “Hemos querido que la ruta esté en el catálogo de la Diputación para ahondar en el atractivo turístico. Y se ha homologado por la Asociación de Senderismo de Castilla-La Mancha para que seamos conocidos también es este aspecto y sean muchas las personas que la hagan”.

“Hablar de los bombos es hablar de tradición, de modernidad en la época de su construcción. El bombo es un logro que permitió tener un espacio habitable donde dormir y comer, refugiarse de las inclemencias o guardar a los animales”, asegura Zatón.

Destacan los bombos en parajes conocidos de la ruta, El Pardo, El Basto, Riega. Sorprende el mimo con el que los agricultores cuidan las viñas, ya con una longitud considerable de los tallos. Las viñas están perfectamente aradas, sin una sola mata de hierba, que los viticultores de Tomelloso mantienen con el esfuerzo propio de un meticuloso jardinero.

Nos encontramos en un lugar en el que se conjugan dos de los elementos singulares del paisaje de Tomelloso: los bombos y las viñas. El campo está exuberante, los sembrados verdeguean y la naturaleza revienta en este mes de mayo. Además de los bombos, encontramos en nuestro recorrido majanos y pedrizas generados por la retirada de piedras de los terrenos. Los primeros son montones de roca y las segundas son una especie de vallas levantadas con losas. Estas mismas piedras fueron las que posibilitaron la construcción de los bombos.

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