Noelia Navarro Caro dirige en Tomelloso  el Centro Vital Fitness, especializado en el bienestar físico  de mujeres, y ahora también algunos hombres, que valoran el servicio, su programación y el nivel de las instalaciones. La responsable del gimnasio analiza en esta entrevista como ha influido la pandemia en un sector que cada vez goza de mayor importancia, así como la reapertura. Nos recibe nada más terminar una de las sesiones, en un agradable reencuentro del periodista con la entrevistada.  Nos muestra un reportaje anterior que le hicimos a los pocos meses de iniciar su proyecto en el año 2015.

-Dura travesía la de la pandemia para los gimnasios, ¿no es así?

-Muy dura.  Lo primero que nos planteamos en septiembre era abrir o no abrir.  No sabías que hacer, pero ¡claro! el negocio tenía que seguir funcionando  para poder subsistir y decidimos abrir, aún con todas las restricciones y limitaciones que nos habían marcado. Hicimos solamente dos grupos y afortunadamente la gente respondió bien.  Los dos grupos salieron adelante, pudiendo completar el trimestre. Tras las vacaciones de Navidad, nosotros siempre cerramos unos días, abrimos el día 11 de enero. Pero tres días después recibimos un comunicado en el que había que parar de nuevo. Estuvimos sin actividad hasta marzo y lo volvimos a intentar con la llegada de las vacunas que generaron esperanza y optimismo y pudimos acabar las clases en junio. 

-¿Se consideran uno de los sectores más perjudicados?

-Sí, sin duda. Compañeros nuestros han trabajo mucho para que esta actividad fuera declarada esencial , llevando la reivindicación a muchos sitios y recogiendo firmas. Nadie puede discutir que lo que hacemos es esencial porque una persona, y después de un virus mucho más, necesita el deporte y la actividad física. Sin embargo, ocurrió lo contrario personas que lo estaban pasando muy mal en la pandemia con problemas pulmonares o estados depresivos., no podían encontrar el desahogo y la ayuda del deporte. De hecho, han aparecido estudios con las secuelas que ha dejado la pandemia en muchas personas y que se hubieran podido contrarrestar con una mayor actividad física.

-¿Se han podido acoger a algún tipo de ayuda?

-Solicitamos una para autónomos, pero se quedó a mitad de camino y por lo visto no pudieron llegar a todos.  Las ayudas suelen tener mucha letra pequeña y lo mismo ni te interesa pedirlas porque las circunstancias van cambiando. Hemos podido subsistir gracias a los ahorros que teníamos, pero si se hubiese alargado más no sé yo lo que hubiese pasado.

-¿Está ya funcionando el centro con plena normalidad?

-Todavía no. La idea es que en septiembre, si el verano evoluciona conforme todos esperamos, el centro vuelva a estar a pleno rendimiento: con los grupos que había y retomando las clases colectivas. Estos meses los hemos centrado en el entrenamiento personal, porque la gente tenía cierto temor a trabajar con grupos y era lógico. La gente no ha querido compañía y los entrenamientos personales en solitario han sido una buena solución.

-Se ha visto la importancia del deporte para sentirse bien, no sólo físicamente, sino también mental y emocionalmente, ¿No cree?

-Claro. Lo mental y lo emocional se ha valorado mucho más que lo físico.  La gente busca un apoyo emocional, no estar bien para el verano que era lo que se buscaba en los años anteriores. El planteamiento ha cambiado. 

-Su gimnasio ¿continua orientado únicamente a mujeres?

-En las clases colectivas sí, pero en entrenamientos personales se abre la posibilidad de hacerlo mixto. Y como hemos dejado las instalaciones para las clases de judo, también vienes varones de distintas edades.

-¿Ha tenido oportunidad de intercambiar opiniones y experiencias con responsables de otros centros deportivos?

-Sí, por supuesto. He estado en contacto con la mayoría de compañeros con los que compartí formación y las conclusiones y experiencias son las mismas; ha sido muy difícil.

-¿Va a poner en marcha algún nuevo proyecto o servicio en su centro?

-Tenemos algunas ideas. Quiero abrir una sala de spinning el próximo mes de septiembre, para aprovechar una sala que teníamos cerrada. Por otro lado, una de las salas que dedicamos a clases colectivas la enfocaremos solo a entrenamiento personal. Este nuevo servicio nos obliga a cambiar también algunos aparatos. Tenemos que ir amoldándonos a las nuevas circunstancias.