Cada verano, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro rinde homenaje a profesionales que posean un fuerte vínculo con las Artes Escénicas y con el Teatro del Siglo de Oro. El colectivo de la prensa, representado por los periodistas Rosana Torres y Julio Bravo, de los diarios El País y ABC, respectivamente, y la Asociación de Periodistas de Ciudad Real fueron los protagonistas la noche de ayer.

La ceremonia arrancó a las 21 horas en presencia de Amaya de Miguel, Directora General del INAEM; Ana Vanesa Muñoz, Viceconsejera de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha; David Triguero, Vicepresidente de la Diputación de Ciudad Real; y Daniel Reina, Alcalde de Almagro. Lo hacía con el sonido del joven virtuoso del violín, Aaron Lee, uno de los fenómenos escénico-musicales de la última temporada teatral y que intervino en distintos momentos del evento aportando luz y energía.

Ignacio García, director del Festival de Almagro, iniciaba el acto echando la vista atrás, cuando el Siglo de Oro los Corrales de Comedias fueron periodismo de la época. “Hoy han cambiado las tornas y el periodismo es vehículo de transmisión fundamental de lo que sucede en los teatros”, explicaba García, quien añadió que “la prensa libre y crítica es una garantía de presente y futuro de esta Reserva Natural del Siglo de Oro”.

A continuación, el informador Antonio Villarroel hizo la laudatio a la Asociación de Periodistas de Ciudad Real quien recalcó lo justo de este homenaje “porque justicia es acordarse de esa fiel infantería que constituye el periodismo local. El que trabaja pegado al terreno, el que nunca falla”.

El actor Carlos Hipólito hizo la laudatio al periodista Julio Bravo. Dejó claro desde el primer momento la admiración y cariño que siente por el compañero de ABC, destacando que “leer sus críticas teatrales o sus artículos informativos sobre lo que sucede cada temporada… es la mejor manera de estar al corriente de la historia de las Artes Escénicas en España”.

La escritora Almudena Grandes fue la encargada de hacer la laudatio a Rosana Torres: “mucho de lo que sé de teatro lo he aprendido de mi amiga, directamente o a través de las inolvidables veladas todas las Noches de Reyes en su piso de la Plaza Mayor” y, asimismo, sugirió que “a Rosana habría que hacerle un homenaje todos los días. Y no lo digo porque sea mi amiga, sino porque se lo merece”. Destacó de Rosana su cultura enciclopédica “fruto del estudio y de la vida”.

Tras la lectura de las laudatios, tomó la palabra la Directora General del INAEM, Amaya de Miguel, quien remarcó que “estaba convencida de que una parte importante del éxito cosechado por el Festival de Almagro a lo largo de sus más de 40 años de existencia se debe al trabajo llevado a cabo por los profesionales de la prensa, que han sentido siempre al festival como propio. Y con el que han establecido unos vínculos que van más allá del puro ejercicio profesional y adentrándose en el territorio del vínculo afectivo y emocional”.

Destacaba de los homenajeados que son representantes de un trabajo realizado con independencia, veracidad y profesionalidad, pero también con pasión. Dedicación plena y amor profundo hacia su trabajo y hacia las artes escénicas.

La parte final del acto contó con las palabras de agradecimiento de los homenajeados. La primera en hablar fue la presidenta de la Asociación de Periodistas de Ciudad Real, Mar Gómez Torrijos, que empezó su discurso explicando que “este reconocimiento del Festival de Almagro a la prensa local, comarcal y provincial nos produce sobre todo emoción. Es un orgullo porque esta noche representamos a todos los profesionales de la prensa hablada, escrita, visual y digital de Ciudad Real. Sobre todo, a quienes a lo largo de 44 años han contribuido con su trabajo a la difusión y consolidación del Festival de Almagro”. Dio “unas gracias inmensas, infinitas y sinceras. Unas gracias con mayúsculas de titular a cinco columnas porque este reconocimiento dignifica y visibiliza nuestro trabajo”.

El periodista de ABC, Julio Bravo, en sus palabras de agradecimiento por este reconocimiento, destacaba que “el teatro, las artes escénicas, y el arte en general, es necesario para el ser humano. No es una frase grandilocuente. Es una realidad que se ha dicho hasta la saciedad, pero que no está de más repetir. Y contribuir a difundirlo, a dar a conocer el talento y el esfuerzo, es una satisfacción difícil de superar para los que como yo amamos este arte y admiramos a quienes lo hacen posible”. Emocionado, terminaba su discurso agradeciendo y dedicando este homenaje a su familia, presentes entre el público.

Julio Bravo decía que estaba abrumado y Rosana Torres comenzaba su agradecimiento con un “estoy perpleja”, porque siente que tiene el síndrome del impostor. “Desde mucho antes de que se empezara a hablar de ello. A mí me han pagado por hacer lo que ya hacía antes: iba al teatro y por la noche nos íbamos a comentar al espectáculo y bajaron los actores y les preguntábamos. Y de golpe empezaron a pagarme por eso”.

Destacaba que “no he visto nunca profesión donde haya más rigor, más profesionalidad y tenacidad que en esta, que en la de los actores, directores, escenógrafos, técnicos, figurinistas…todos”.