Entre los secarrales de La
Mancha,
como milagro de la naturaleza,
se puede disfrutar de su
belleza
viendo su magnitud: Ruidera es
ancha.
Como también lo son sus quince
hijas,
lagunas de un hermoso acentuado
que a aquél a quien las ve deja
admirado,
con ganas de fisgar por sus
rendijas.
El vivir a su amparo, en su
cobijo,
es de lo poco bueno de esta
vida,
una delicia nunca prevenida,
algo que obsequia un gozo
grande y fijo.
De formato y tamaño muy
diverso,
son parecidas en aguas y
hermosura,
dignas de una vivencia, una
aventura,
que dan placer si allí te hallas
inmerso.
Su sobrefaz siempre tiene
tersura,
y su color es limpio y
moderado,
se podría decir verde azulado,
con parvo cambio de
temperatura.
Es Ruidera cual moza pueblerina
que pocos saben de sus
cualidades,
que son muchas y dan
felicidades
a quien entre sus aguas se
avecina.
Al alma le hace bien y pacifica
y a la mente le muestra algo
bonito,
vivir allí se hace despacito,
aunque lo bueno no se
especifica.
Vaya pues a Ruidera mi alabanza
que hay motivos para
declararlos,
y sitios que quisieron
visitarlos:
Don Quijote a la par de Sancho
Panza.
Lagunas de Ruidera, sois
preciosas.
Lector, márchate a verlas, no
lo dudes,
sus parajes son llenos de
virtudes
y sus tierras, a cual, son más
hermosas.
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Viernes, 26 de Abril del 2024
Viernes, 26 de Abril del 2024