La
vida de Amelia Tiganus costó 300 euros. Los que pagó un proxeneta
español a las mafias de su país. Años después, tras ser obligada a
prostituirse por toda España, pudo
escapar y en la actualidad se ha convertido en una de las principales
activistas contra la explotación sexual y la prostitución. ¿Por qué?
Porque ha vivido para contarlo.
Amelia
es testigo excepcional ya que la experiencia de miles de mujeres queda
oculta bajo el peso de la extorsión, el miedo y las amenazas. Su
testimonio es muy valioso
y debe llamarnos la atención sobre la necesidad de escuchar a las
supervivientes de esta esclavitud.
Hay
que tomar conciencia de que para prevenir la trata de personas
necesitamos pasar por un proceso de seria autocrítica social. ¿Es
razonable que el cuerpo de una persona,
incluso durante su infancia, se compre y se venda como cualquier
producto en un mercado? Porque a eso nos referimos cuando hablamos de
trata y eso es lo que ocurre cuando se paga por sexo.
Prevenir
el delito, ayudar a las víctimas a salir del infierno, acabar con su
estigmatización y por supuesto, acompañarlas en todo el proceso para que
inicien una nueva
vida son los objetivos que nos debemos marcar para acabar con la
gravísima violación de los derechos humanos que supone la trata de
personas con fines de explotación sexual y que afecta mayoritariamente a
mujeres y niñas, aunque también a niños.
Esa
es nuestra obligación y para ello debemos dotarnos de instrumentos en
un país, como España, con una democracia moderna y unas instituciones
fuertes.
Instrumentos de los que hoy en día no disponemos, lo que deja en una terrible situación de vulnerabilidad a las víctimas. Según
el último Informe Global sobre la Trata de Personas 2020, de la Oficina
de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 7 de cada 10
personas traficadas en el mundo son mujeres y niñas, y la mitad de todo
el tráfico de personas tiene fines de explotación
sexual. Es más, según este mismo informe, el 92 por ciento de las
víctimas de explotación sexual son mujeres y niñas.
Estos
datos evidencian lo estrechamente relacionadas que están trata y
prostitución. Y, por tanto, la urgente necesidad de una respuesta
internacional contundente para
acabar con estas redes mafiosas que, sin ningún tipo de escrúpulos y
con pingües beneficios, trafican con personas aprovechándose de la
pobreza, la falta de recursos, y los desastres que provocan guerras y
catástrofes naturales.
Este
último año, la COVID-19 ha complicado aún más la situación puesto que
las redes sociales se han convertido muchas veces en la puerta de
entrada a los hogares de criaturas
de corta edad que, primero bajo engaño, y posteriormente bajo
extorsión, terminan siendo abusadas cibernéticamente o directamente
engañadas para su explotación sexual.
El
Gobierno de España debe actuar con rapidez y firmeza, y el resto de
instituciones debemos ponernos a su disposición porque las cifras
confirman machaconamente que nuestro
país es vía de acceso, lugar de tránsito y destino para las víctimas de
trata. Tenemos el vergonzante record de ser uno de los países con mayor
demanda de prostitución.
Urge
por tanto actuar en diferentes sentidos: primero, legislando para
iniciar el camino que lleve a la abolición de la prostitución; de forma
paralela, estableciendo las
medidas necesarias para dar una salida a las víctimas, escuchándolas y
teniendo en cuenta sus testimonios; y, finalmente, propiciando los
cambios sociales, educativos y culturales sobre los que se construyan
relaciones de igualdad entre mujeres y hombres porque
sin prostitución no hay trata.
Todo
ello bajo el paraguas del consenso político y social que debe presidir
una actuación de este calado. Y, desde luego, para devolver una vida
digna a quien se le ha
robado. Se trata de derechos humanos, tan simple como esto.
Por
nuestra parte, desde Castilla-La Mancha, a pesar de nuestro escaso
ámbito competencial en la materia, seguiremos prestando atención
especializada a las víctimas y continuaremos
trabajando de la mano de las entidades del Tercer Sector impulsando
acciones de prevención y sensibilización para acabar con la tolerancia
social hacia la prostitución. Todo ello con el máximo compromiso y
haciendo la causa propia.
Blanca Fernández Morena
Consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha
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Sábado, 4 de Mayo del 2024
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