En 2021, los incendios forestales ya han liberado más de 505 millones de
toneladas de CO2, sobre todo en Siberia, California, países mediterráneos,
Australia y sudeste asiático. El año aún no ha terminado, habrá que seguir lo
que sucederá en Australia y Brasil. Pero quedémonos con esta cifra: en 8 meses
505 millones de toneladas de CO2 emitidas solo por incendios.
Los científicos de la ONU que estudian el cambio climático lo confirman:
para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, las emisiones deben
caer rápidamente a 25 gigatoneladas para 2030. ¿Cuál es el desafío? Con los
rácanos compromisos de los gobiernos actuales, las emisiones están en camino de
alcanzar 56 Gt de CO2 para 2030: más del doble de lo que deberían ser.
Necesitamos compromisos, políticas y acciones que reduzcan las emisiones un
7,6% cada año entre 2020 y 2030. Sólo así podemos limitar el calentamiento
global a 1,5 °C. Retrasar la acción sólo retrasa lo inevitable. Postergar las
medidas necesarias aumentará el coste de construir defensas costeras, proteger
la seguridad alimentaria y adaptar las infraestructuras. Mientras esperamos,
las emisiones continúan liberándose a la atmósfera, y el coste y la dificultad
para reducirlas se volverán más desafiantes. Es probable que los insectos,
vitales para la polinización de cultivos y plantas, pierdan la mitad de su
hábitat en el escenario de 1.5 °C. Volvamos a los 505 millones de toneladas
de CO2 emitidas por culpa de los incendios: es el 0,18% de nuestro presupuesto
de carbono restante para estar un 83% seguros de permanecer por debajo de
+1,5C. Por desgracia, los circuitos de retroalimentación no nos
favorecen: son los bosques los que arden, no las centrales eléctricas de carbón
o de gas.
CASTILLA LA MANCHA TENDRÁ MUY PRONTO UN CLIMA SAHARIANO
Lo ha dicho Marta Gómez, directora general de Economía Circular del
Gobierno Regional. Lo ha explicado en la cadena Ser el 11 de septiembre, donde
queda constancia “que los diferentes informes sobre el impacto del cambio
climático en la región ya apuntan años más secos y veranos más largos.
De hecho, los datos revelan que el centro de la Península Ibérica tendrá un
clima sahariano”.
¿Y a qué espera el gobierno Regional para tomar medidas radicales para que
esto no llegue a suceder?
¿Para cuándo un programa de fondos para reconversión agrícola que ayude a
los agricultores a dedicar una parte importante de terrenos agrícolas a
reforestación? ¿Para cuándo la prohibición de aumentar la superficie de regadío
y la conversión de todo el riego por aspersión en riego por goteo? ¿Para cuándo
un programa de rehabilitación de viviendas que las prepare para soportar 50
grados de temperatura con un consumo energético bajo? ¿Para cuando una reforma
fiscal que obligue a los más ricos a aportar más para afrontar el choque
climático que está a nuestras puertas? ¿Para cuándo una red regional de
ferrocarril que integre a todas las localidades de más de 5.000 vecinos?
INFLUENCIA DE LA REFORESTACIÓN EN LAS NUBES BAJAS Y EN ATRAER LA LLUVIA:
ESTUDIOS SIN PRECEDENTES
Un equipo de investigadores europeos ha demostrado recientemente que,
en el 67% de la superficie terrestre, la reforestación aumentaría la cantidad
de nubes bajas y, por tanto, tendría un efecto de enfriamiento en el clima
global. Estos resultados confirman que la reforestación y la preservación de
los bosques son formas eficaces de combatir el cambio climático y adaptarse a
él.
El informe (elaborado a partir de observaciones globales por satélite y
publicado en Nature Communications el 15 de julio) muestra que las nubes
bajas aumentan por término medio en las zonas reforestadas, tanto en las
regiones tropicales como en las áridas y templadas. En el caso de Europa,
este efecto es particularmente cierto para los bosques de coníferas. Los científicos
han calculado que el aumento de la nubosidad de baja altura puede ser de hasta
un 15%. Como las nubes reflejan la radiación solar, su aumento se asocia a un
déficit de energía que entra en el sistema climático, es decir, a un efecto de
enfriamiento, algo vital en estos tiempos de calentamiento global.
Los bosques ayudan a limitar el cambio climático y a adaptarse a él
Esta influencia, presente durante todo el año, es más numerosa sobre el
terreno abierto. "Nuestros resultados sugieren que el efecto climático de
los bosques a través de los cambios en la formación de nubes bajas está, en
general, en consonancia con el secuestro de carbono para enfriar la
Tierra", concluye el trabajo. "Si se tienen en cuenta los servicios
ecosistémicos adicionales que proporcionan los bosques (como la prevención de
la degradación del suelo y la mejora de la biodiversidad) nuestros resultados
refuerzan los argumentos para apoyar las acciones de lucha contra la
deforestación, la restauración de los bosques y la reforestación”. La ciencia
lo confirma: necesitamos árboles, bosques, muchos bosques.
No es solo eso: otra investigación (publicada el 5 de
julio en Nature Geoscience) del Instituto de Ciencias Climáticas y
Atmosféricas de Zúrich, utilizando un modelo estadístico basado en datos de
observación forestal, ha estudiado la influencia de la cubierta forestal
en las precipitaciones en todo el continente.
La investigación concluye que un incremento del 20% de
la cubierta forestal aumentaría las precipitaciones en las regiones costeras en
invierno y, sobre todo, en las regiones ventosas en verano. Resultado
interesante cuando el cambio climático augura que las sequías aumenten y se
intensifiquen.
Las razones de este fenómeno aún no están claras, pero
los bosques pueden desencadenar la lluvia por la tendencia de los nuevos
bosques a liberar más humedad a la atmósfera que las tierras agrícolas.
ARBOLAR EL TERRITORIO CON MUCHA FINANCIACIÓN EUROPEA
La Comisión Europea quiere reforzar el papel de los bosques en la
transición hacia una economía más sostenible y sin CO2. Propone plantar 3.000
millones de árboles más en la Unión Europea para 2030 (media: 6 árboles por
persona). Un superacelerón que duplicará la velocidad habitual de plantación.
Bruselas espera aportar financiación, un marco de acción y asistencia técnica a
las iniciativas ciudadanas locales para alcanzar ese volumen. Los bosques son
también una fuente de actividad económica, con 3,6 millones de empleos directos
e indirectos asociados en la UE. La Comisión Europea quiere que las masas
forestales se exploten siguiendo el “principio de cascada”.
BOSQUES URBANOS PARA CUIDAR LAS CIUDADES
La ciudad de Madrid ha puesto en marcha un Bosque Metropolitano: una
infraestructura verde que se extenderá a lo largo de 75 kilómetros que
circunvalará la ciudad de Madrid, contribuirá a la reducción de las emisiones
de CO2, a la lucha contra el cambio climático, a la restauración ecológica y
paisajística de zonas degradadas y a incrementar la oferta de itinerarios
peatonales y ciclistas, así como beneficiar a la salud de la población. Es
un bosque que actuará de cinturón ecológico, como barrera efectiva contra la
desertización y mejorará la calidad del aire en toda la ciudad de Madrid.
Además, esta nueva “infraestructura verde” actuará como herramienta de
vertebración y reequilibrio territorial.
Estará compuesto de especies autóctonas (adaptadas a las condiciones del
centro de España y a los escenarios de cambio climático previstos) como
encinas, álamos, acebuches, madroños, pinos piñoneros y carrascos, algarrobos,
sauces, fresnos, olmos y otras especies arbóreas, acompañadas de retamas,
majuelos, adelfas, romeros, tomillos, enebros, jaras y otros arbustos y
matas.
Las masas forestales se acompañarán de senderos para el paseo y práctica
del deporte, zonas recreativas y equipamientos que contribuyan a su uso y
disfrute por parte de la ciudadanía. Se contemplan también ecoductos (puentes
verdes) que permitan salvar las principales infraestructuras de transporte en
determinados puntos y contribuyan a la continuidad ecológica y funcional del
corredor y las piezas que lo conforman. Si en Madrid se puede ¿Por qué no en
nuestras ciudades?
BOSQUES PARA EVITAR NUEVAS PANDEMIAS
“El 70% de los últimos brotes
epidémicos han comenzado con la deforestación”. Así lo afirma en El País del 5
de febrero María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS.
Neira explica cómo los virus del ébola, el SARS o el VIH han saltado de los
animales a los humanos después de la destrucción masiva de selvas y bosques
tropicales. Neira afirma que el cambio climático es un problema de salud
pública, no una cuestión de ecología o activismo. La científica, master en
salud pública y nutrición, propone una revolución que tenga como pilar
fundamental la rápida transición hacía energías limpias. Neira asegura que los
países que pasen rápidamente del petróleo y el carbón a la energía solar y
eólica acelerarán su crecimiento y disminuirán la pobreza y la desigualdad.
La doctora concluye que “Las prácticas de deforestación intensa, que se
hacen siempre en nombre de la economía a corto plazo, tienen efectos
devastadores para el futuro de la humanidad. Al cortar la selva para
remplazarla por agricultura intensiva y contaminante, los animales que viven en
esos lugares donde el hombre no ha entrado sufren profundas transformaciones.
Aparecen especies con las que no estábamos en contacto y que nos pueden
transmitir enfermedades. Pasar de tener una foresta tropical a un cultivo, con
abonos y pesticidas que nunca habían entrado a ese ecosistema, altera el tipo
de vectores que pueden transmitir los virus. La deforestación es una forma de
tumbar esa barrera ambiental entre especies que nos protege de forma natural”.
CONCLUSIÓN
Por nuestra salud y la de nuestros seres queridos necesitamos reforestar el
territorio. Por nuestras casas, nuestros negocios, nuestras ciudades,
necesitamos reforestar el territorio. A quienes le importen sus hijos, sus
padres, sus nietos, sus familiares y amigos: sin caer en la ecoansiedad, pero
con firmeza, “martilleen” (en el más noble y pacífico sentido de la palabra)
los oídos de concejales y alcaldes; “martilleen” los oídos de diputados y
senadores de todos los colores políticos, “martilleen” los oídos de gobernantes
ociosos e irresponsables con estas palabras: ¡Árboles, árboles, árboles,
ÁRBOLES!
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Miércoles, 27 de Marzo del 2024
Jueves, 28 de Marzo del 2024
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