La Escuela Técnica Superior
de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la UCLM en Ciudad Real inauguró
este miércoles la exposición ‘El ingeniero total’, que recoge la obra del
ingeniero de caminos e inventor Leonardo Torres Quevedo. Una exposición en la
que, a través de diferentes paneles estructurados en una serie de áreas
temáticas, se recorre la vida y obra de este verdadero erudito que permiten
comprender su figura y los inventos desarrollados a lo largo de su vida.
El
comisario de la exposición, Francisco A. González Redondo, profesor de Historia
de la Ciencia en la Universidad Complutense de Madrid, en una conferencia
previa a la inauguración dirigida al alumnado de la Escuela, explicó que Torres
Quevedo por qué es “el ingeniero total”. Este cántabro, nacido a mediados del
siglo XIX, pudo dedicarse a la construcción de puentes, carreteras,
ferrocarriles o puertos. Sin embargo, se dedicó a ser inventor, tocando todos
los ámbitos de la ingeniería, de ahí el motivo por el que se le conoce como “el
ingeniero total”.
Según
narró González Redondo, uno de los primeros inventos fue el teleférico. Este
ingeniero cántabro puso en marcha el primer teleférico del mundo para pasajeros
en el Monte Ullía de San Sebastián. Por primera vez, implantó el sistema de
transporte por un cable fuerte y seguro gracias a la incorporación de
contrapesos. Cuando el teleférico quedó en desuso, decidió trasladarlo a las
cataratas del Niágara en 1916, el cual sigue funcionando en la actualidad.
Pero Torres
Quevedo no solo creó el teleférico, sino que en 1900 inventó las máquinas
algebraicas, capaces de resolver ecuaciones complejísimas. Toda una proeza en
la época. Dentro de este apartado, 20 años más tarde, el ingeniero cántabro
construyó el aritmómetro electromecánico, la primera calculadora digital del
mundo. El sistema consistía en una especie
de máquina calculadora conectada a una máquina de escribir en la que se
tecleaban los números y las operaciones en el orden que debían ser ejecutadas.
Tras esto, se realizaban los cálculos y, al finalizar, la máquina de escribir
los reproducía en un papel.
Además, según
contó el profesor de la Complutense al alumnado de la Escuela de Caminos,
Torres Quevedo también inventó un nuevo modelo de dirigible que solucionaba el
grave problema de suspensión que sufrían los existentes hasta su hallazgo. Sus
diseños fueron usados por ingleses y franceses en la I Guerra Mundial.
Posterior a
esta invención, Torres Quevedo ideó el ‘Telekino’, estableciendo los principios
del moderno sistema de control remoto inalámbrico y creando, por así decirlo,
el primer mando a distancia. Un mando a distancia con el que controlar
dirigibles, vehículos e incluso barcos. De hecho, hizo varias demostraciones
por diferentes puntos de la geografía española.
Pero ese no fue
su último invento, Torres Quevedo también fue pionero en lo que hoy se conoce
como inteligencia artificial, a la que él mismo denominó como “automática”. Para demostrar sus teorías de automática, el inventor
construyó el año 1912 una máquina que jugaba al ajedrez por sí sola.
Según el profesor González Redondo,
Torres Quevedo hoy en día, pese a sus grandes inventos que cambiaron la
sociedad y que aún hoy seguimos utilizando gracias a él, sigue siendo un gran
desconocido, tanto dentro como fuera del ámbito ingenieril. Por ello, invita a
todos los vecinos de Ciudad Real, no solo a estudiantes, a visitar esta
exposición que estará expuesta hasta el próximo mes de abril en el Edificio
Politécnico de la UCLM en el Campus de Ciudad Real.
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Miércoles, 16 de Julio del 2025
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