Han pasado casi veinte años de mis inicios en Manos Unidas.
Primero estuve un tiempo de voluntario conociendo la ONGD y su funcionamiento,
después unos años compartiendo responsabilidades con las compañeras que por entonces
estaban al frente. Y los últimos años siendo responsable y coordinador de las
campañas en este arciprestazgo.
Desde que empecé he tenido la oportunidad de irme formando en
todos los planos en los que trabaja Manos Unidas, Desde tener una mínima idea
de que es la ONGD, hasta visitar proyectos y ser ponente en las jornadas
nacionales. He vivido experiencias en primera persona, como poner cara a las
beneficiarias de los proyectos y a lo largo de los años he mantenido muchas
conversaciones de las cuales quiero destacar algunas. Las vividas en Betania
con aquella monja nombrada heroína nacional de EEUU, o una que mantuve con un
migrante congoleño, o la que tuve con dos esclavas sexuales de Boko Haram y las
muchas mantenidas con las responsables de los proyectos, los agentes locales y
misioneros. Todo esto me han servido para conocer la realidad de los países del
sur y al mantener un contacto continuado con ellas, tengo la posibilidad de
saber en tiempo real la situación de las zonas en las que estamos presentes. Lo
principal que he aprendido de todo esto, es a no juzgar.
En mi etapa en la que colaboraba con el equipo responsable,
tuve la oportunidad de trabajar también como voluntario en Cáritas en los
planes de hombres y en el inicio de Modas Re y Reinicia. Esta etapa también me
dio la oportunidad de formarme y conocer el tipo de pobreza de occidente, la
que afecta a los países desarrollados en general, también mantener esta
relación con Cáritas me mantiene informado de la situación real que nos rodea.
Gracias al esfuerzo y colaboración del equipo de Manos
Unidas en el arciprestazgo del que he tenido la suerte de terminar
representando, a lo largo de estos años hemos podido financiar proyectos por
más 600.000 euros, asistir a más de veinticinco mil beneficiarios directos en
su gran mayoría mujeres y niños y más de ciento quince mil indirectos. Personas
a las que hemos ayudado a poder seguir viviendo en su tierra y evitarles engrosar
las listas de los miles y miles de personas que se ven obligadas a abandonar su
tierra y someterse a la migración. Estos datos me dejan un sabor agridulce, ya
que íbamos consiguiendo bajar las cifras de pobreza en el mundo, por culpa de
la pandemia que hemos sufrido todos y con una guerra abierta en Europa, las
cifras reales sobre pobreza en el mundo a día de hoy son más altas que las de
hace veinte años cuando empecé con esta tarea.
Después de acabar mi periodo, ha llegado el momento de dar
un paso a un lado y dejar las funciones en el arciprestazgo y en el equipo de Tomelloso.
Entre todos hemos elegido al nuevo responsable del equipo, con la garantía que desde
ahora en adelante, Manos Unidas seguirá con su misión en este arciprestazgo, innovando
y consolidando su labor como parte de la iglesia.
Mi misión continúa en la delegación de Manos Unidas Ciudad
Real, en el departamento de sensibilización, que iremos dando forma. Con ilusión
y esfuerzo iremos dando a conocer en los distintos ámbitos otra de las tareas
de MMUU que es la sensibilización.
Son muchos los agradecimientos y en primer lugar tengo que
dar las gracias a mi mujer y mi hijo por
mis ausencias y su paciencia en los momentos no tan buenos, también tengo que agradecer
a lo largo de estos años el apoyo y la
confianza que han depositado en mi las compañeras del equipo, los sacerdotes del arciprestazgo, colegios, institutos, ayuntamientos, medios de comunicación, empresas colaboradoras y tantas y tantas personas que siguen confiando en nuestra labor, es por esto que a lo largo de esta nota
informativa, la cual me veía en la
obligación de hacer, no he dado ningún
nombre, ya que poner algún nombre sería
injusto, porque todo esto ha sido
posible gracias a todos y cada un de
vosotros.
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Viernes, 3 de Mayo del 2024
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