La energía nos permite garantizar unas necesidades
básicas (calefacción, higiene, cocina, agricultura, industria) que pueden
calificarse de esenciales. En situaciones como la actual, con una subida del
precio inasumible para muchos hogares, la congelación de los precios de gas y
electricidad es una urgencia inevitable. Pero la energía, también se usa
para el ocio, viajes de placer, coches de gran tamaño, yates de lujo, aviones
privados, piscinas de invierno, segundas residencias ¡turismo espacial! … y
para el capricho de aquellos que pueden pagar cualquier precio. ¿Vamos a pagar
entre todos el combustible de coches de alta gama que solo poseen los más
ricos? ¿Van a subvencionar los gobiernos, con los impuestos de todos, el
kilovatio/hora tanto si se utiliza para cocinar la comida diaria como para
calentar la piscina privada de invierno de algún millonario? ¿Vamos a pagar con
dinero de todos prácticas energéticas incompatibles con la emergencia climática
y los compromisos aprobados por el parlamento?
Distinguir entre necesidades básicas y consumo no
esencial
Como argumenta en Le Monde del 1 de abril Mathilde
Szuba (profesora de sociología política en Sciences Po Lille), “…es
fundamental distinguir entre el consumo esencial y el no esencial… mediante una
tarifa progresiva, en la que los primeros kWh consumidos sean baratos, pero en
la que el precio aumente después de forma escalonada… así se protegen las
necesidades esenciales, al tiempo que hace recaer el coste sobre los grandes
consumidores. Como el consumo de energía está fuertemente correlacionado con la
renta (cuanto más rico eres, más energía consumes), una tarifa progresiva es
también una tarifa socialmente progresiva.
La subida de los precios de la energía es sólo una
parte del problema, que no debe enmascarar dos grandes crisis que se ciernen
sobre nosotros: la fragilidad de nuestro abastecimiento energético… y la
necesidad, por el clima, de organizar una gran revolución energética, que pasa
necesariamente por la sobriedad. Tratar de corregir el problema de la subida de
precios sin considerar estas dos cuestiones haría que se perdieran recursos y
tiempo preciosos. Planificar, organizar y distribuir la reducción del consumo
sería mucho más ambicioso para abordar tanto el problema de los precios de la
energía como el de la cantidad que consumimos. ¿Imposible? En realidad
no…”.
En Europa ya se han producido episodios de
racionamiento energético
En 1939 en Gran Bretaña, durante el período de guerra,
el petróleo fue el primer producto que se racionó. Se proporcionaban cupones
para gasolina, a un precio bloqueado, que permitía circular un máximo de 250 km
al mes. Fue una auténtica oportunidad para las bicicletas, que durante los
bombardeos podían escapar de los atascos en los que quedaban atrapados los
coches). La gasolina "general” estaba coloreada y la gasolina para los
"servicios esenciales" no; estos (policía, médicos…) tenían una
asignación extra.
Durante la crisis del petróleo de 1973, el Reino
Unido, Alemania, Italia, Suiza y Noruega regularon el uso de aviones, coches y
barcos. Suecia racionó la gasolina y el gasóleo de calefacción. Los Países
Bajos legislaron penas de prisión a quienes consumieran más de su ración de
electricidad.
A diferencia de 1973 (en el que hubo
racionamiento temporal por razones geopolíticas) en 2022 el "pico máximo
de producción de petróleo" ya ha pasado: Según la Agencia Internacional de
la Energía desde 2.008 cada año se produce menos petróleo que el anterior.
Salvo la aparición de nuevos superyacimientos, muy improbable, el
racionamiento, quizás permanente estará muy próximo por varias razones: falta
de inversión, agotamiento de los yacimientos de extracción barata, demanda
descontrolada de India y China... Los gobiernos deberán evitar un estallido
social, y asegurar una cuota de energía para todos de forma igualitaria.
Podemos imaginar escenarios mágicos: “no hay problema,
ya se arreglará”, en el que el descenso del petróleo se produce a un ritmo
lento que permite la adaptación sin tener limitaciones. Escenarios en el que la
geoingeniería colocará fabulosos toldos de millones de kilómetros cuadrados en
la atmósfera para frenar el calentamiento. También puede uno creerse que el
euromillón le va a tocar 3 veces seguidas. Pero los datos dicen lo contrario:
- Arabia Saudí habló recientemente de un riesgo de
"colapso" (total) del suministro de petróleo debido a la falta de
inversión crónica;
-el sector petrolero comprometió una inversión récord
en exploración a principios de la década de 2010 (unos 700.000 millones de
dólares al año entre 2010 y 2014), pero no han encontrado casi nada.
- La industria está priorizando el pago de dividendos
a los accionistas. Paradójicamente, como el sector invierte mucho menos, es
rentable. La inversión ha caído un 60% desde el máximo de 2014.
Así que estamos en una situación en la que hay poco
petróleo aunque se invierta mucho, y en la que invertimos la mitad que hace 10
años. Abróchense los cinturones.
El gran problema del diésel
-Una gran parte del diésel que se consume en Europa se
fabrica a partir de petróleos pesados rusos. Pero como Europa ha impuesto, con
buen criterio, sanciones a Rusia (por la guerra de aniquilación que lleva a
cabo la Federación Rusa contra Ucrania) Europa está huérfana de gasóleo. De
todo lo que Europa importaba en 2019 la mitad procedía de Rusia.
-Otra dificultad es que Europa también importa de
Rusia productos petrolíferos procesados para que las refinerías puedan
convertir el crudo en gasóleo. Además las refinerías europeas tienen problemas
para destilar gasóleo debido al aumento de los precios del gas. Gas que se
utiliza para generar hidrógeno que sirve para eliminar el azufre del gasóleo o
para producir fertilizantes. En las condiciones actuales, el proceso es
económicamente poco viable.
-Europa podría importar petróleo con menos azufre.
Pero tanto Angola como Nigeria son incapaces de aumentar sus extracciones: otra
puerta que se cierra. Arabia Saudí, y en menor medida los Emiratos Árabes
Unidos, Venezuela e Irán (si se levanta el embargo de Estados Unidos), podrían
teóricamente producir más, pero su petróleo tiene demasiado azufre. Volvemos al
principio.
-El director general del mayor
comerciante independiente del mundo, Vitol, en la Cumbre Global de Materias
Primas del Financial Times de hace unas semanas, dejó entrever un posible
racionamiento: "El déficit sistémico de gasóleo está ahí". Su
homólogo en la empresa Gunvor remacha "Este es un problema global, pero
para Europa es muy duro porque Europa es muy escasa (en diésel)"
-Shell y la austriaca OMV AG han empezado a restringir
sus suministros al por mayor. A finales de 2021,
Pekín introdujo un racionamiento para los camiones con un límite de 100 litros
al día. En Inglaterra ya se habla de racionamiento de gasóleo próximo.
Según el presidente de BlackRock, Rob
Kapito, deberíamos prepararnos para la escasez: “Por primera vez, esta generación
puede entrar en una tienda y no conseguir lo que quiere", advirtió en una
conferencia el 30 de marzo. Como las reservas mundiales de diésel están en su
nivel más bajo, no hace falta ser muy listo para entender que es muy probable
que, antes o después, vayamos al racionamiento del diésel en muchos países
occidentales.
Otra posibilidad es dejar que los oligarcas y muy
ricos continúen con la fiesta del despilfarro de energía, malgastándola
en coches de gran cilindrada, yates y aviones privados. O lo que es lo mismo
quitándoles el pan de la boca (el combustible) a camioneros, agricultores,
taxistas, autónomos y currantes que lo necesitan a precios razonables para
su trabajo. La percepción del empeoramiento real de los trastornos
climáticos está reforzando la aceptabilidad del racionamiento. La idea
que empieza a circular por Europa es el racionamiento como una medida de
gestión de la crisis y como una medida de justicia social y un incentivo a la
innovación y la eficiencia. Por lo tanto, no sería "punitivo", sino
estimulador. En todo caso “Abrochémonos los cinturones porque esto es algo
nunca visto".
En la próxima entrega hablaremos de ese empeoramiento
real de los fenómenos climáticos extremos que se están produciendo en todo el
planeta y de las graves pérdidas económicas que generan.
{{comentario.contenido}}
"{{comentariohijo.contenido}}"
Domingo, 11 de Mayo del 2025
Domingo, 11 de Mayo del 2025