En la mañana de este martes se ha celebrado el funeral de Luisa María Cepeda en medio de un incontenible clima de dolor y llanto. Familiares, amigos, compañeros de trabajo y vecinos de Tomelloso han despedido a Luisa, la mujer de 48 años asesinada el pasado domingo en su centro de trabajo. Cuatro sacerdotes han oficiado el funeral en la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. La afluencia ha sido masiva y algunas personas han tenido que esperar fuera del templo para dar el pésame a la familia. Entre los asistentes, ha estado la alcaldesa, Inmaculada Jiménez, además de concejales de la Corporación y numerosos representantes del tejido social y empresarial de la ciudad.
En la homilía, el sacerdote, Antonio López, ha calificado los acontecimientos que han acabado con la vida de Luisa como diabólicos, lo que le ha dado pie a contraponer la figura del diablo, “que hace daño y siempre divide voluntades”, con la del Cristo que “une y nos predispone para el amor”. Especialmente intenso ha sido el momento en el que la madre de Luisa ha subido al altar para agradecer el apoyo de tanta gente en estos duros momentos. “En medio de tanto dolor, reconforta recibir tanto apoyo. Agradecemos el trabajo y cariño que nos han dado la funeraria, los sacerdotes y todo el pueblo de Tomelloso”. Los fieles que abarrotaban el templo han irrumpido en un largo aplauso.
Un segundo aplauso se ha repetido cuando el féretro, portado a hombros por familiares, ha salido de la Iglesia. Los familiares se han colocado a las puertas del templo para recibir las condolencias de un gran número de personas. Posteriormente, los restos de Luisa han sido trasladados al cementerio donde les han dado sepultura. Allí descansará eternamente y su memoria permanecerá en el recuerdo de las muchas personas que la conocieron.
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Viernes, 16 de Mayo del 2025
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