“El torneo se fue dando bien, -explica Herrera-. El nivel es muy parejo y cualquiera le puede ganar a cualquiera, pero tuve la suerte de ir ganando las partidas e ir pasando de ronda. Acabé segundo de grupo, jugué una previa, los octavos,  los cuartos y en las semifinales no estuve lejos de ganar. La verdad es que estoy muy contento”.

Herrera reconoce que las nuevas generaciones vienen apretando muy fuerte. “Son jugadores mucho más jóvenes que tienen esa preparación para ganar en reflejos y movilidad. Chavales que entrenan cinco días a la semana y que acuden a concentraciones de selecciones para seguir subiendo el nivel. Les pasa lo que a nosotros cuando éramos más jóvenes que íbamos a por todas. Los que somos más veteranos compensamos esa peor condición física con táctica y esa experiencia que siempre es un valor”.

Con este tercer puesto en el regional, Carlos Herrera se anima a seguir en la brecha un poco más tiempo. Sigue compaginando el tenis de mesa con la docencia.