En este verano de tantas y felices reapariciones, también volvía este jueves la Velada de Monólogos de Nuevas Generaciones del PP en Tomelloso que, como siempre, contó con una buena respuesta de público.  La Terraza albergó el espectáculo realizado a beneficio de AFAS y Cáritas en la que fueron protagonistas cuatro grandes cómicos: Ramón Guama, Enrique Grande, David Andrés y Antonio Moya. La velada fue presentada por Álvaro Márquez y Jesús Perona que también aportarían grandes dosis de humor y risas. 

Rocío Valentín, secretaria de Nuevas Generaciones en Tomelloso celebraba el regreso de la velada después de dos años sin poder celebrarse. “Teníamos muchas ganas de volver a organizarla, de volver a reír y colaborar con la entidades sociales de nuestra ciudad. Este año hemos dispuestos de menos tiempo, pero al final hemos trabajado para contar con estos cuatro grandes monologuistas que nos harán pasar una magnífica velada”.

Entre bambalinas pudimos hablar con los cuatro cómicos. Ramón Guama, de León, confesaba que en los instantes previos a subirse a un escenario “tengo siempre una sensación de susto, pero estamos encantados de estar en Tomelloso. En función del público que asista iré contando mis historias, aunque cuando veo más de tres personas juntas, ese miedo siempre está presente”. 

El albaceteño, Antonio Moya, actuó por segunda vez en la gala y expresó su alegría por poder volver a Tomelloso  “para  hacer feliz a la gente un ratito y si encima colaboramos  con una buena causa mucho mejor”. Moya aseguraba también que el éxito de los monólogos “tiene mucho que ver  con esa necesidad de reír que tiene la gente en un mundo que parece ir de mal en peor. Las noticias nos deprimen  y necesitamos desconectar y reír”.

Enrique Grande se definía como “cómico y aparte gracioso” y se mostró a gusto en Tomelloso “donde ya estuve años atrás. Los monologuistas somos como camellos de la risa, tenemos material y lo repartimos”. Por su parte, David Andrés, albaceteño también,  reivindicaba esa importancia de la risa y el humor en los tiempos actuales. “Con los monólogos hacemos reír a la gente de una manera distinta, no son los típicos chistes de toda la vida, sino que contamos historias del día a día, muy cotidianas, en la que todo el mundo se siente reflejado”.

Cuatro grandes actuaciones 

Ramón Guama fue el primero en subir al escenario caricaturizando diferencias entre el ayer y hoy, sacando punta a las historias de la familia real y hablando también de un padre muy peculiar, todo ello con una constante interactuación con el público. Enrique Grande se adentró en las relaciones matrimoniales, y aunque inicialmente le costó arrancar aplausos del público, acabó convenciendo al respetable. 

Antes del descanso  intervendría  el presidente local del PP, Javier Navarro, que elogió las iniciativas solidarias que llevan a cabo los jóvenes, mientras Jesús Perona empezó a mostrar ese bolardo (alusión a las obras de la calle Independencia)  que le acompañaría buena parte de la noche. Los presentadores reclutaron a cuatro espectadores para ensayar varios pasos de ballet, que luego adaptarían para canciones más marchosas.

David Ándrés rompió tabús sobre la discapacidad y abordó situaciones que se dieron en la pandemia y en el actual panorama de subida de precios. “Reíros de lo que podáis y de lo que no, también” fue la frase con la que se despidió. Y echaría el cierre un buen Antonio Moya que analizó las diferencias de los métodos de educación de antes y ahora, sorprendiendo por sus cambios de registro de voz  e interactuando mucho con los espectadores. “Me hice cómico porque en ningún trabajo duraba más de un mes”, terminó diciendo para poner broche a una gran velada.