Hoy abordamos con Tonino Tarquini, psicólogo sanitario, sexólogo clínico y experto en terapia de pareja, el tema de los celos y las infidelidades, uno de los motivos más frecuentes en consulta psicológica. Con fundamento científico y rigor profesional ofrece interesantes reflexiones y conclusiones.
El profesional empieza precisando los términos sobre lo que se entiende por infidelidad.”Cuando hablamos de infidelidad nos referimos a la rotura de un acuerdo, o mejor dicho, de un pacto implícito o explícito entre los miembros que forman una pareja. Conceptuar la infidelidad y marcar los límites es muy complicado ya que pueda variar de pareja a pareja”.
Entiende Tarquini que las infidelidades, sean físicas o emocionales, tienen que estar relacionadas con lo que establezca la pareja.”Los límites suelen ser procesos dinámicos, y en la mayoría de las circunstancias, la exclusividad y la confianza representan su piedra angular. Los límites de tolerancia son propios de cada pareja, no son determinados ni escritos, ni establecidos por terceras personas, instituciones o leyes universales” y añade otro argumento importante, “cuando hablamos de infidelidades siempre hay que evaluar el marco cultural, social, religioso y familiar de la pareja”.
Según las últimas publicaciones parece evidente que la igualdad entre hombre y mujer, ha llegado también en el ámbito de la infidelidad. “Hombres y mujeres son infieles por igual en cantidad, pero no en calidad. Las mujeres suelen ser mucho más precavidas y sutiles, buscando una infidelidad más emocional y una experiencia sensorial. En cambio, los hombres tienen una relación de infidelidad fruto de un aprendizaje histórico que ha visto está práctica como algo normal o consentido, fruto de la testosterona que lo empujan hacia la lujuria”. Tarquini subraya que “a nivel cultural y educacional siempre se ha premiado la conquista masculina a diferencia de la femenina. Algo relacionado con el mito del cazador que exhibe sus trofeos de caza”.
El psicólogo parte de la base de que las infidelidades están directamente e indirectamente relacionadas con los celos. “Los celos son una respuesta emocional completa, -señala-. Todos hemos experimentado celos en mayor o menor medida frente a la posibilidad de perder algo valioso en nuestra vida y que sentimos como nuestro”. Tarquini considera que los celos pueden y suelen tener una función adaptativa “pero es verdad que a veces degeneran y suelen provocar o conducir hasta consecuencias relevantes o inesperadas, como problemas psicológicos o psiquiátricos relevantes y afectara diferentes áreas como la personal y profesional del individuo que los padece”.
Asegura Tarquini que los celos no entienden ni de sexo, ni de orientación sexual, ni de cultura y habla de diferentes tipos de celos. “Por un lado, está los celos adaptativos, que son aquellos que bien gestionados refuerzan o cimientan una relación de pareja, e incluso llegar a valorar lo que tenemos a nuestro lado y despertar deseo y ponerle chispa a la relación. Por otro lado, están los celos patológicos, la celotipia, que representa el nivel más alto de celos, y por suerte no todas las personas llegan a desarrollarla”.
Tarquini habla desde la experiencia y asegura que la celotipia puede propiciar el desarrollo de cuadros psicóticos graves como delirios o alucinaciones. “Personalmente en consulta me he enfrentado a construcciones irracionales, percepciones que pacientes viven o experimentan como algo real, cuando no se corresponden con ninguna verdad. El día a día de una persona que sufre celo patológico gira alrededor de la pareja en una constante búsqueda de pruebas que reafirmen su idea de infidelidad. Un patrón que se refleja en un control excesivo de la pareja, un comportamiento obsesivo y al mismo tiempo asfixiante”.
Pero no resulta fácil tratar este tipo de celos. “A la mayoría de los pacientes les cuesta reconocer que tiene un problema y que tiene que ser abordado cuanto antes. La víctima de estos celos es una persona que vive constantemente controlada, con miedo, siempre bajo sospecha, infeliz y frustrada”, indica.
Aunque la mayoría de las parejas terminan por romper la relación, a veces no es tan sencillo. “Los celos patológicos son fruto de un avance paulatino, reforzado y afirmo casi interiorizado a lo largo del tiempo, hasta el punto que se asume todo este proceso como algo normal”, afirma Tarquini.
“Las personas que sufren celotipia no quieren romper la relación, su principal objetivo es destapar el desengaño; su vida, sus acciones, sus pensamientos se centran en esto. En casos puntuales pueden producirse episodios de agresiones verbales o físicas, hacia el supuesto amante o la propia pareja”, añade.
Tonino Tarquini cree que el concepto de propiedad en la relación “es muy arcaico, pero está más presente de lo que se pueda imaginar en la sociedad actual. Son patrones que se empiezan a notar desde la adolescencia y se repiten en la vida de pareja de los adultos”.
Termina remarcando el psicólogo que “los celos y las infidelidades están relacionados con la inseguridad, la baja autoestima, la educación, la fragilidad emocional o los agentes culturales u sociales, además de los estilos de apego generados durante la infancia con la figura de referencia en las primeras etapas del desarrollo”. Y en relación con esto, recuerda la importancia de una adecuada educación sexual y emocional desde las etapas más tempranas “con el fin de favorecer la autoestima y seguridad individual, sin olvidar los conocimientos básicos referentes a una sana vida en pareja”.
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Martes, 13 de Mayo del 2025
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