Pilar Serrano de Menchén,
está en el ADN de los encuentros Oretania de poetas que, en el año 2009, se
iniciaron en Almodóvar del Campo bajo el epígrafe de “La palabra ante todo”, en
aquella ocasión le acompañaron la poeta Elizabeth Porrero y los poetas Luis
Romero de Ávila, Luis Díaz-Cacho, José González Ortiz y el siempre querido y
recordado Nicolas del Hierro.
Pilar
Serrano de Menchén,
nació en Argamasilla de Alba, es Diplomada en Historia, Técnico Superior en
Derecho Tributario y Asesoría Fiscal. Ha realizado trabajos de Archivera de
documentación antigua del Ayuntamiento de su localidad. Consejera de Número del
Instituto de Estudios Manchegos, presidenta de los Académicos de la Argamasilla
y directora del Grupo Tiquitoc-Teatro. Pertenece al Grupo Literario GUADIANA y
cultiva la poesía, la prosa y artículos periodísticos por los que ha recibido
numerosos premios literarios y distinciones de diversos Colectivos Sociales y
Culturales. Hija Predilecta de Argamasilla de Alba; y en el año 2010 se
le otorga la máxima distinción que concede el Instituto de la Mujer de
Castilla-La Mancha. Es autora de siete libros de poesía, otros tantos de ensayo
histórico y tres de relato y novela. Su obra literaria está incluida en varias
antologías y ha sido traducida al francés y al portugués.
Buscar
la armonía de lo positivo
en lo cotidiano, sobre todo en lo cultural, le lleva a implicarse y participar
en multitud de actividades. La palabra y la poesía le acompañan desde su niñez.
Pilar escribe poesía, sobre todo, porque necesita hacerlo, para ella la
poesía es un sentimiento, y esa necesidad le lleva a expresar lo que, en
realidad, es inexplicable. En nuestra entrevista de hoy, vamos a conocer un
poquito más a una poeta en continua y profunda indagación de lo que siente y
piensa.
Si
le parece, comenzamos la conversación por su infancia. Háblenos de esa etapa.
-Mis
recuerdos de la niñez me llevan a una casa de familia numerosa: somos cinco
hermanos y mis padres vivían con unos tíos abuelos de mi madre que nos mimaron
con su cariño. También recuerdo la alegría de los juegos con mis hermanos y
primas; y con amigas y amigos que, aún, afortunadamente, seguimos
compartiéndonos con cariño y amistad.
¿Qué
persigue ahora?
-
Tener salud, vivir en paz y compartir con mi familia el día a día. También
busco, y lo procuro, encontrar la amistad y la armonía de lo positivo en lo
cotidiano; sobre todo en la cultura, pues permite la unión con distintas
personas, aportándome capacidad de diálogo, comprensión y la cercanía con los
demás, a través de múltiples cualidades puestas de manifiesto en actividades;
por ello me implico y las comparto, sobre todo las culturales en Argamasilla de
Alba y en otros lugares.
¿Qué
ama más?
-La
vida, el amor, la familia... Y a una serie de personas que me han dado ejemplo
de cómo se ha de vivir la vida.
¿Cómo
le cogió el gusto a la poesía? ¿Por qué escribe?
-La
poesía me acompaña desde niña: ya en el colegio escribía pequeños poemas y
textos en prosa en una revista que creamos: era manual, la hacíamos a
multicopista y se titulaba ALERTA. Para mí la poesía es un sentimiento y una
necesidad que me lleva a expresar lo que, en realidad, es inexplicable. Escribo
poesía porque necesito hacerlo.
¿En
qué cosas está más cerca y en qué cosas está más lejos del poeta que era de
joven?
-Aunque
de una forma diferente sigo estando al lado de la poeta que era y soy; porque
cada etapa, además de enriquecerme interiormente, me ha llevado a seguir
expresando sentimientos por medio de la palabra.
¿Qué
dimensión le da la poesía al ser humano?
-La
palabra “dimensión” tiene variados sinónimos: extensión, superficie, espacio,
estancia, duración... En cuanto a la “dimensión” de la poesía, lo que llega en
verdad al corazón del lector, es importante por inabarcable. Por mi parte es
una búsqueda interna, una indagación profunda de lo que siento y pienso. La
palabra poética nace en el corazón; porque la verdadera poesía nos hace bucear
en nuestro interior, buscar la verdad de lo que somos.
Usted
va a participar en el próximo encuentro de poetas cuyo lema es ‘Palabras a la
muerte’. Antes de este encuentro, ¿se colaba la muerte en sus poemas?
-Tristemente,
por circunstancias familiares, he vivido la muerte muy de cerca en más
ocasiones que hubiera pensado y querido. Quizá por ello no he indagado y
escrito sobre “el fin del aliento”: expresión que me dijo era la muerte una
persona muy cercana en un momento triste. Admiro a los poetas que son capaces
de escribir sobre el punto final de la vida. Grandes autores lo han hecho, como
mi admirado Borges. Igualmente, Santa Teresa escribió los famosos versos de
todos conocidos: “Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero
porque no muero”.
¿Se
siente más cerca de la muerte o de la infancia?
-Esta
pregunta tiene trampa, porque físicamente, por mi edad, estoy más cerca de la
muerte; pero, a su vez, trato de compartir la infancia por medio de diversas
actividades, ya que me emociona ver la espontaneidad infantil; sobre todo por
la inocencia y la felicidad que los niños nos regalan. Dualmente, a la vez,
pienso en los niños que no tienen ni lo básico y están ajenos a lo que nosotros
consideramos una niñez feliz.
¿Qué
es para usted la vida?
-La
vida, para mí, es un tiempo de experiencias y aprendizaje; un camino en el que
se nos muestra la grandeza de la creación y la del ser humano por medio de
cualidades y defectos; también ilusiones y sueños que, a veces, se nos permite
realizar. Llevar lo que consideramos bueno a la práctica, obviando los
constantes obstáculos que nosotros mismos nos ponemos, es una proeza; sobre
todo, porque a veces, tenemos que hacer una revisión de lo que, tan
generosamente, nos ha sido donado. Pero ¿lo hacemos?... Tengo un amigo que se
llama Cipriano, que muchas veces dice, que se reconcilió con su nombre cuando
supo que san Cipriano decía “Aquí se pierde o gana la vida”.
¿Qué
es para usted la muerte?
-El
fin de la vida física y el principio de una vida que me cuesta entender.
¿Qué
le duele más de la muerte?
-
Aunque ya dijo Leopoldo Panero que “estamos siempre solos”, me duele el adiós y
el alejamiento físico de las personas que amas, piensas y recuerdas; pero no
las puedes abrazar. Javier Marías, tan recientemente fallecido, escribió:
"Lo que me hace levantarme por las mañanas sigue siendo la espera de lo
que está por llegar y no se anuncia”.
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Jueves, 2 de Mayo del 2024
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