El historiador Isidro Sánchez recorre la historia de las publicaciones en papel en su último libro, ‘Ciudad Real y su prensa (1811-2021)’, que presentará este miércoles en el Convento de la Merced. A lo largo de dos siglos, recoge 22 diarios y 700 publicaciones de diversa índole, desde informativas hasta políticas o culturales. Recorre la etapa más negra, el Franquismo, y también habla del papel del “periodista vocacional”
Sonaban los ecos de la Guerra de la Independencia a principios del siglo XIX cuando Ciudad Real acunó la primera publicación, La Gaceta de la Junta Superior de La Mancha, que nació en Elche de la Sierra y pasó por Alcaraz en Albacete antes de parar en Ciudad Real. Es una de las historias que rescata el profesor, historiador y divulgador científico Isidro Sánchez en ‘Ciudad Real y su prensa (1811-2021)’, libro que presentará este miércoles, a las 19 horas, en el Convento de la Merced.
Veintidós diarios y 700 publicaciones. Sánchez hace un repaso por 210 años de “historia informativa en la capital” a lo largo de dieciséis capítulos que incluyen textos originales, un análisis de las publicaciones periódicas y una descripción de la ciudad. Todo ello está contextualizado con una relación de alcaldes, presidentes de la Diputación, obispos y una cronología final, “una herramienta muy útil para los periodistas de la actualidad”.
Lo primero que advierte Isidro Sánchez es que “sería más correcto hablar de publicaciones periódicas”, que de prensa, porque el libro no solo recoge la vertiente informativa, sino también los ejemplares publicados por “partidos, asociaciones o cofradías”. Títulos como Pandorga, la última publicación de la Hermandad de Pandorgos, se mezclan con otros como Lanza, según el autor, “el diario más importante que ha tenido la ciudad” y al que concede un anexo especial.
Notables liberales, conservadores, republicanos o socialistas estaban detrás de las primeras publicaciones en el siglo XIX. Isidro Sánchez habla del “periodista vocacional”, personas que tenían una profesión que les daba unos ingresos económicos, que eran “abogados, profesores de instituto, veterinarios o sacerdotes”, pero que luego plasmaban sus “afanes informativos, ideológicos o literarios en la prensa”.
“Normalmente eran personas que tenían un credo político, porque en el siglo XIX en Ciudad Real no podemos hablar de partidos”, señala. Es el caso de El Labriego, propiedad de Ceferino Sauco y Díez, político y farmacéutico. Aparte del Boletín Oficial del Obispado, la Iglesia también controlaba El Pueblo Manchego, el segundo diario con “vida más larga” en la capital después de Lanza, que existió entre 1911 y 1936.
En Madrid, Barcelona o Valencia existían ya los periodistas profesionales, pero hasta bien entrado el siglo XX en Ciudad Real se contaban con los dedos de una mano. El socialista Francisco Colás, conocido como “el médico de los pobres” y por poner en marcha la Casa de Socorro, por ejemplo, creó Libertad en 1930. También estaba el abogado Arturo Gómez-Lobo, que dirigió La Tribuna -medio que existió entre 1892 y 1929- y fue presidente de la Asociación de la Prensa y del Casino.
Ambos periodistas, en palabras de Isidro Sánchez, “que tienen pendientes homenajes en la capital”, fueron fusilados por sus ideas en 1939 y 1940. Sin duda, “la etapa más negra de la prensa en Ciudad Real fue la Guerra Civil y el Franquismo”, reconoce el autor. Fueron años en los que ser periodista era profesión de riesgo, para izquierda y derecha, pues también perdieron la vida ‘plumillas’ de El Pueblo Manchego.
Con prólogo de José María Barreda, con el que ya colaboró en un trabajo sobre la prensa en la provincia de Ciudad Real a principios de los 80, el libro editado por Serendipia es fruto de una larga investigación que le ha llevado por las hemerotecas digitales del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha y la Biblioteca Nacional, además de los fondos de la Biblioteca Pública del Estado y colecciones particulares.
“La prensa de Ciudad Real ha tenido pocas carencias, al margen de periodos como el Franquismo, porque ha habido publicaciones de todo tipo”, desde trabajos de liberales, carlistas y anarquistas, a otros de comerciantes, delineantes y veterinarios. Las casi 600 páginas que tiene el libro están dedicadas a publicaciones impresas, aunque el último capítulo habla de ‘La crisis del papel’ y de la aparición digitales, con referencias de nuevo a Lanza, que dio el salto completo a la red en 2017.
Resumir estos dos siglos de publicaciones en una frase “es difícil”, reconoce Isidro Sánchez, al mismo tiempo que añade que “se podría hablar de que representan el trabajo de una larga serie de personas por informar de lo que ocurre en la ciudad”. Eso sí, después de este largo proceso de investigación que le ha llevado varios años, Isidro Sánchez concluye que “antes de la Guerra Civil la prensa de Ciudad Real se ocupaba más de la vida cotidiana”.
En 1962, cuenta que hubo una “gran huelga en Puertollano” que los periódicos obviaron. “Durante el Franquismo, casi todo estaba basado en una mentira. Podías coger un periódico y no enterarte de lo que ocurría en la provincia”, confiesa. No se queda ahí y da un tirón de orejas a los periodistas de hoy en día, que bajo su perspectiva, “están más atentos a los comunicados de prensa y a la actividad de los gabinetes que a lo que ocurre en la ciudad”.
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