A la doctora, Emilia Novillo, responsable de Clínica María Cristina le sorprende lo rápido que han pasado veinte años de andadura de un proyecto que inició con gran ilusión y compromiso. “Supuso un gran cambio para mí y recuerdo las dificultades y las dificultades que siempre acompañan a un nuevo negocio, a lo que se añadía el hecho de volver a Tomelloso, tras una década en Madrid, estudiando y trabajando”, empieza diciendo.

Pero las dificultades se fueron empequeñeciendo en relación a los logros de una clínica que ha prestado un gran servicio a los tomelloseros, siempre con vocación de entrega y profesionalidad. “Abrir un negocio no resulta nada sencillo, pero puedo afirmar ahora, con el paso del tiempo, que lo difícil es mantenerlo y adaptarlo al paso del tiempo, formándonos, invirtiendo y adaptándonos a un sistema económico en continua evolución. Un negocio, una actividad comercial es algo que tiene vida, nace, crece y se desarrolla”.

Asegura Novillo que algunas cosas no han cambiado en esta larta singladura. “Las ganas, el espíritu, la pasión, el compromiso y sobre todo la satisfacción de trabajar en algo que te llena y te hace sentirte feliz”. Reconoce que no todos pueden decir que disfrutan del trabajo que realizan a diario, “tal vez el secreto para superar crisis, dificultades y momentos de incertidumbre se encuentra en la ilusión de trabajar en algo en lo que crees fuertemente”, remarca

Hoy Clínica María Cristina es un centro de vanguardia en los servicios ópticos, destacando en ámbitos como la contactología y la optometría infantil. De hecho, la doctora, Emilia Novillo, es una indiscutible referencia de la investigación en estas ramas, con varias publicaciones en revistas científicas de impacto, además de artículos y participaciones en congresos.

 Recuerda uno de los primeros  estudios realizados en Tomelloso sobre el aumento de la miopía e hipermetropía después de la cirugía refractiva cuando esta última estaba en pleno auge y de moda en nuestro país. Los ojos y  voz de la doctora transmiten cierta emoción recordando los años pasados con niños del colegio de educación especial Ponce de León, con los que trabajó en un proyecto  experimental para mejorar la calidad de vida en niños con discapacidad, por medio de estimulación sensorial y la terapia visual y que fue presentado en la Delegación Provincial de Educación de Ciudad Real. 

También diseñó un programa preventivo visual para los colegios de  educación primaria de Tomelloso y comarca. Los resultados del estudio longitudinal de 5 años de duración sobre el aumento de la miopía fueron presentadas en varias revistas y congresos. “Casualidad es, que diez años después y tras la pandemia, todo el mundo esté con el tema del aumento de la miopía, definiéndola como la pandemia del siglo”, dice.

Su tesis doctoral sigue siendo de referencia en el panorama científico sobre  la adaptación de lentes de contactos progresivas, diseños y comportamiento. “Muchos trabajos, muchas horas, semanas  y meses de esfuerzo que, tal vez, no siempre han tenido la justa consideración. Nunca he sentido el apoyo directo ni el reconocimiento de instituciones, sobre todo locales. Todos los trabajos de investigación, estudios, publicaciones, han sido financiados con recursos propios y  me siento muy orgullosa, pero como suele decirse, nadie es profeta en su tierra”, dice.

La Óptica de hoy día poco tiene que ver con la de hace veinte años. “Ha crecido, ha progresado y ha evolucionado gracias un gran equipo de profesionales que ha ampliado las especialidades que ofrece. La óptica sigue siendo la piedra angular del proyecto, pero se ha aumentado la oferta con los servicios de audiología, optometría pediátrica, control de miopía, terapia visual, unidad de ojo seco o la contactología, entre otras”.

Junto con la doctora Novillo parte clave del proyecto es Tonino Tarquini, socio y fundador, que se ocupa de a psicología, además de dirigir el centro de expedición y renovación de los permisos de conducir. “Todo esto no hubiera  ser realidad sin contar con el espléndido equipo humano que nos acompaña desde hace muchos años y que me parece justo nombrar, empezando por Eva Lara Alcolea, óptico optometrista que colabora directamente conmigo en la especialidad de contactología; Carmen Carretero González, una gran optometrista que destaca por su profesionalidad y excelente trato humano, ocupándose también de la rama audiológica y Arancha Benito Castellanos una estupenda administrativa y comercial con grandes habilidades  sociales y humanas que coordina tola la estructura comercial de la actividad”, subraya.

Se percibe a las claras que esta mujer siente pasión por su trabajo. Haber alcanzado 20 años de andadura no lo considera una meta, “simplemente una etapa que nos obliga a seguir con la misma ilusión del principio, pero contando con el reconocimiento y el cariño de todas las personas que han confiado y siguen confiando en nosotros. Aunque hemos alcanzado muchos logros, quedan otros por los  cuales merece la pena seguir trabajando, siendo fieles a nuestros valores, que no se mueven únicamente por lo económico, también nos mueve el afán de ayudar y mejorar la calidad de vida de quien decide pasar y volver por esta humilde clínica”.

La doctora, sin poder ocultar su sonrisa y la felicidad que le reporta este aniversario, asegura también que “cada paciente,  cada paciente que ha pasado por la clínica ha sido el mejor regalo, la mejor oportunidad de crecimiento que hemos tenido. Les estamos inmensamente agradecidos, sin ellos todo lo hecho no hubiera sido posible”.

“Me siento una mujer muy afortunada  por haber podido aportar  mi pequeño granito de arena a Tomelloso y su comarca”, concluye mientras retoma su actividad en las modernas y agradables instalaciones de su clínica en la  calle Juan Pablo, justo al lado de La Glorieta que le da nombre.