Escarbando en las hemerotecas, La Voz de Tomelloso ha podido conocer algunas gestas de este corredor que era siempre uno de los destacados en la Vuelta a Castilla, prueba de prestigio que se desarrollaba en los cincuenta y los sesenta, generando siempre una gran expectación. Muchas de las etapas de esta vuelta concluían en el velódromo del Estadio Municipal de Tomelloso. Una de las crónicas cuenta que Antonio Mena sufrió una caída cuando se encontraba ya a las puertas de su pueblo y tuvo que abandonar la prueba. 

Mena pertenece a una época de esplendor del ciclismo local en el que también destacaban corredores como Vicente Heredia, Marino Jareño, Pedro Marquina o Candelejas, entre otros muchos.  Los que lo conocían cuentan que cuando realizaba el servicio militar en Toledo, se desplazaba a Tomelloso en bicicleta y aprovechaba el permiso o fin de semana para estar presente en alguna carrera.

Fichó por el equipo del gran Bahamontes y participó en numerosas competiciones. Con especial cariño siempre recordaba una carrera de Elche con grandes ases del ciclismo español de la época, entre ellos, Manzaneque , al que ganó en varias ocasiones, así como sus participaciones en la Vuelta a Andalucía o en Irún. 

José Luis Albiñana, informador muy apegado al ciclismo de entonces, lo recuerda como “un gran ciclista que sabía sufrir y que era también un buen sprinter. Competía con aquellos corredores que venían de Madrid y Albacete a las carreras de Tomelloso”. Albiñana también destaca su compañerismo “era muy amigo de sus amigos y defendía a sus compañeros en todo momento”.