Opinión

La roca caliza que no consiguieron triturar los picapedreros de los años cincuenta en la “Carretera de Manzanares”

Salvador Jiménez Ramírez | Lunes, 9 de Enero del 2023
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Como en otros puntos del planeta, en la península ibérica, desde tiempos inmemoriales, se ha venido aprovechando gran cantidad y variedad de piedras; utilizadas en moradas, acueductos, monumentos, esculturas, pavimentación de calzadas etc. En el capítulo económico, la vasta industria de la piedra ha tenido y tiene una gran trascendencia o importancia. A principios de los años sesenta, en España había más de mil industrias relacionadas con la explotación de la piedra; piedras preciosas aparte. En aquellos tiempos, en los que se encuadra la crónica de la roca en cuestión, en la península se movían unos ochocientos millones de pesetas; correspondiendo a la piedra aserrada (mármoles), las cantidades más significativas; incluida la piedra tallada y pulida, mármoles también. Otros materiales pétreos manejados eran la piedra granítica, la caliza pulida, tallada, la arenisca aserrada, pizarras de construcción y piedra triturada. En aquella época, en la producción de cemento y en productos derivados, se consumían ingentes cantidades de piedras calizas, piedras volcánicas (puzolana), cretas, margas…

Anualmente, las cantidades de piedra consumidas (Enciclopedia de la Cultura Española) eran: unos siete millones de toneladas de piedra caliza; 700.000 toneladas de margas, más de 20.000 de piedras volcánicas y para la elaboración de “cemento natural”, cales y yesos se gastaban al año más de 750.000 toneladas de margas; más de 500.000 de piedra caliza y alrededor de millón y medio de toneladas de piedra de yeso. Piedra artificial, se producían más de 120.000 toneladas, por un importe económico de unos 165 millones de pesetas. Del volumen de piedra triturada o “machacada”, en aquel periodo, para la pavimentación, empedrado-asfaltado de carreteras y caminos; así como del número de canteras, no nos ha sido posible obtener datos.

En la geología de estos parajes predominan amalgamas de calizas, margocalizas, dolomías, arcillas pizarras y cuarcitas. El peñasco de las fotos, (de unos dos metros y medio de diámetro) es una masa de carbonato de cal; correspondiente a la combinación de ácido carbónico y óxido de calcio. Es el tipo de piedra más utilizado en construcción… Todo apunta a que, junto con grandes cantidades de roca, fue extraída allá por los años cincuenta, bien de la “Cantera del Juncal del Pozo del Ojo”, radicada a unos dos kilómetro de la localidad de Ruidera, dirección Albacete o de “Loma Pedragosa”; menos importante y distante unos cuatro kilómetros de dicho pueblo, rumbo a Manzanares.  Ambas canteras fueron explotadas en tiempos de la posguerra civil; cuando se elaboró el “Circuito de Firmes Especiales”, para mejorar un grupo de carreteras con tráfico de primer orden… En 1941, se aprobaba el Plan General de Obras Públicas y en diciembre de 1950, se aprobó el Plan de Modernización de la Red de Carreteras Españolas.

Tanto por los recuerdos de la niñez, como por lo narrado por mis progenitores y vecinos, supe que “El Patudo”, oriundo de Tomelloso, y Ramón Vitoria, alias “Fuche” eran los barreneros de las mencionadas pedreras, aprovechadas por Obras Públicas. Y los picapedreros de más nombradía, “Los Capotes” del pueblo de Alhambra. Por entonces comenzaban las obras del nuevo firme, con riego asfáltico, de la actual Carretera Nacional Badajoz-Valencia. Tiempo ha, oíamos narrar: “… y el picado de la piedra se hacía a mano con martillos, sobre el firme de tierra de la carretera vieja y los capataces de Obras Publicas, de vez en cuando, medían el garujo con un cajón de madera de un metro cuadrao y calculaban los montones… El metro picao, lo pagaban sobre peseta y media. (…). Cuando la piedra era blanda, los picaores paraban y hacían un zurra y se jugaban algunos montones a las cartas y porfiaban por romper un risco que se les hizo un bolo, que ni los más farrucos de la cuadrilla y de Ruidera, lo pudieron partir…”.

A través del tiempo, hemos tratado de no perder de vista la pétrea esfera, que a veces parece que hubiera sido empujada y cambiada de lugar hasta por el avaro Sísifo. Hoy se encuentra cerca del cementerio de Ruidera. Dados los muchos tumbos, arrastres hasta con maquinaria pesada y el paso del tiempo, el pedrusco, a excepción de alguna fisura causada por cristales de presión a causa de fenómenos térmicos, mantiene su morfología de todo un esfuerzo sin culminar, del trabajo mucho… Y toda una serie de confusos intervalos humanos, secuencias de hechos y vidas que ya no existen.


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