El Atlético jugó  de salida con Javi García, Torres, Bódalo, Ponce, Ballesteros, Alberto Serna, Luismi, Paraiso, Héctor, Deyvid y Jesús Olmedo. En el segundo tiempo entraron Sergio Alarcón, Pulpón y Garci.

Tuvo claro lo que tenía que hacer el Atlético para contrarrestar a los  toledanos, que fortuna aparte, son un buen equipo. Juntaron líneas los auriverdes, bien puestos en un 4-1-4-1 para defender, con ayudas permanentes y gran actitud en los duelos de uno para uno. Cuando recuperaban los  de casa, siempre se producía un desmarque de ruptura que hacía mucho daño al Argés por los muchos metros que dejaba a su  espalda. Este fue el guión del primer gol, recuperación, gran desmarque por la derecha de Álvaro Torres y un centro perfecto que controló Dayvid, para girarse y conectar el disparo del 1-0. Una preciosidad de gol.

Y pudo aumentar su ventaja el Atlético en otra ruptura por banda, Paraiso elevó la pelota por encima del portero, pero al meta toledano le dio tiempo a perseguir la pelota y desviarla a corner cuando estaba a punto de entrar. Lástima. Un segundo gol hubiera cambiado las revoluciones del partido.

En la segunda mitad, el Atlético acusó el esfuerzo de presión que hizo en la primera parte y los toledanos encontraron más espacios para jugar entre líneas y llegar con mucho peligro por las bandas. Empató Diego Carballo en el 50 y por el Paco Gálvez planeó la impresión de rodillo visitante. Pero el Atlético superó el mal trago y volvio a igualar a su rival. Durante muchos minutos el partido estuvo para  cualquier cosa ya que el peligro rondaba una y otra portería. En cualquier caso, el menor combustible físico de los locales se acabó notando.

No fue justo ese gol postrero del Argés en una jugada en la que Álvarez encontró demasido espacio para girarse y armar el tiro. Llegó a tocarla Javi García, pero no pudo impedir el gol. Demasiado duro para un equipo que necesita puntos para conseguir esa confianza y moral tan necesarias en el juego. La derrota no debe tapar el buen primer tiempo, donde brilló un buen Paraiso, con un polivalente Luismi en el medio y la clase exquisita de Deyvid que siempre mejora la jugada. Queda  toda una segunda vuelta y hay argumentos para salvar la categoría.