La  glorieta María Cristina. Sin duda alguna, los jardines de la Glorieta María Cristina, son de los más representativos y visitados por ser la antesala del Museo López Torres y ubicarse en una encrucijada de calles muy estratégicas. Su remodelación se produjo en el mandato de Javier Lozano y Fernando recuerda algunas dificultades en el diseño del proyecto y una polémica con la  tierra aportada que procedía de la vega del Guadiana, un tierra más cenizosa y gris, cuya calidad se cuestionó. "De este modo, hubo que realizar  una analítica  para demostrar que era buena”.

Las labores fueron complejas puesto que hubo que quitar gran cantidad de tierra  de un recinto que fue un antiguo cementerio y aportar la nueva de la vega del río. Se construyeron unos muretes  de contención para que el aporte de tierra fuera aún mayor, elevándose muchísimo la cota del terreno. El diseño fue obra de una empresa de Madrid y lo dirigió un arquitecto paisajista. Explica el técnico que el “jardín está pensado para que estuviera íntimamente ligado al museo. En su perímetro destacan los rosales trepadores y pusimos también yucas, aunque poco a poco las fuimos restringiendo porque pinchan mucho y había que evitar problemas con usuarios. En esta glorieta se empezaron a plantar arbustos poco conocidos hasta entonces como las photinias y aucubas”.

Se respetaron los árboles primitivos de la Glorieta que según cálcula Fernando Peco, pueden sobrepasar los cien años de edad en algunos casos. Hay moreras, pero el técnico nos pide que nos fijemos en un ailanthus altissima que  describiremos más detalladamente en la última entrega de esta serie sobre el patrimonio verde de Tomelloso que se centrará en los árboles más singulares de la ciudad.

En la glorieta se pusieron un gran número de cipreses estricta que se retocan cada tres o cuatro años. El viento tiró varios, pero los que se mantienen presentan un aspecto espectacular.  Otra especie que abunda en el recinto son las palmeras chamaerops excelsa,  y que por vez primera en este jardín se pusieron en grupos. Hay más de una veintena. Fernando subraya que “el espectacular crecimiento de los árboles y los arbustos de la glorieta viene dado  por un emplazamiento rodeado de pisos. Además, está muy bien orientada porque en la parte por donde entra el sol de la mañana, no hay edificaciones de altura”.

Asimismo, la glorieta cuenta con muchos tapizantes para evitar el excesivo consumo de agua y el enorme trabajo que exige la flor de temporada. En los jardines se introdujo también una paulonia, un árbol que trajo el que fuera concejal, Eugenio Ruiz. “Es un árbol joven, que tiene entre diez o quince años, que ha crecido de manera exponencial porque en su sustrato había una fuga de agua. Es un árbol que se siembra para biomasa porque da mucha madera. Su floración es espectacular”. En uno de los vértices observamos del palmeras canarias que donó la familia Marta y del primer jardinero de la glorieta, Tomás Sevilla, que fue el que cuidó maravillosamente estos jardines hasta que se jubiló. Vuelve a acordarse Fernando de la gente que ha pasado por el área.

Por su ubicación y también por el hecho de contar con horario de apertura y cierra, la glorieta apenas sufre vandalismo. El entorno de la glorieta se va a remodelar y quedará más integrada en el conjuntok. 

Jardines de El Obrero y Plaza de España. Los jardines del Obrero se ubicaban inicialmente junto al edificio del BBVA. Los mayores llamaban a esta zona la Glorieta de San Francisco porque allí hubo una ermita. Cuando se hizo la remodelación aparecieron unos enterramientos en la tosca. “Superado este obstáculo se hizo un ajardinamiento sencillo con césped y fue la primera donde plantamos rosales paisajísticos, hasta entonces se plantaban los llamados rosales de luna que era de distintos colores y florecían una vez al mes. Pero ahora la idea es poner rosales por color, para que la masa, en su conjunto, tenga un  color determinado”, explica Peco. En este plazoleta se puso también un árbol liquidámbar que tiene una forma piramidal y un llamativo cromatismo en otoño y una morera péndula. 

Por otro lado, está el conjunto de árboles que hay en la Plaza de España en paralelo a la fachada del Casino San Fernando. “No son de esta remodelación, sino de la anterior, cuando se hizo la fuente. Es una alineación de coluteria paniculata, más conocido como jabonero de china, que tiene una característica curiosa. Cuando se les cae la hoja y se queda solo la semilla, el aire las agita y emite un sonido parecido al de un sonajero. Es un árbol que ví por primera en mi pueblo, me gustó mucho y me empeñe que en Tomelloso tuviéramos ejemplares”.

Zonas verdes de las calles Domecq, Concordia y Paseo de Las Moreras. En la calle Domecq estuvo muchos años el típico  seto en forma de triángulo con unos chopos dentro que se hacía en la década de los setenta. “Se dejaron los  chopos que estaban bien, se remodeló la plazoleta, se instalaron columpios y se plantaron varios tipos de arbustos porque vamos hacia una jardinería más moderna y sostenible, con menos necesidades hídricas. Y algo importante, debemos huir de grandes dimensiones de césped”. Finalmente, Fernando habla del Paseo de Las Moreras, que en realidad es un paseo de plátanos hispánica, “la denominación puede que obedezca a que anteriormente hubiera moreras. Con la remodelación de la zona, se podaron y ahora están algo debilitados. Justo al lado en la calle Concordia  pusimos una photinias de una variedad especial, red robin, que ofrecen una llamativa hoja rojiza en primavera. En realidad, es un arbusto que tiene forma de árbol que preparan en los viveros y que nosotros recortamos cada dos o tres años".