Precisamente porque sufre y lo pasa mal cuando fracasa, el autor tomellosero, profesor de Enfermería en el García Pavón, escribió esta obra que huye de ideas fáciles de los libros de autoayuda, coaches e influencers y apuesta por saber reconocer nuestras debilidades, nuestro talón de Aquiles, y gestionar lo mejor posible las derrotas.

Al igual que cuando un niño empieza a andar, lo cual conlleva una alta probabilidad de caerse, “tenemos que asumir que sólo por el hecho de intentar algo pueda no salirnos bien”, siendo primordial saber gestionar “esa caída”, desde la comprensión de que a veces se pierde y no siempre se gana.
“Si creo que siempre todo me va a salir bien, voy mal, la vida no va de eso”, destaca sobre el “baño de realidad” de un libro que reivindica lo positivo y natural de tener miedo por ejemplo para protegernos, enfadarse ante por ejemplo no llegar al aprobado en un examen tras haber estudiado o estar triste ante la necesidad de pasar un duelo.

En el fondo, se trata de un libro “para no hacer de la derrotar un drama”, reconocer que “las personas nos equivocamos, lo pasamos mal y que, por ejemplo, por mucho que estudies no siempre apruebas, que por mucho que te esfuerces no vas a ser más rico o que por mucho que pelees por algo no siempre lo vas a conseguir”.

Sobre la aceptación de las condiciones, cualidades y destrezas de cada uno y, al mismo tiempo, saber valorar lo propio se disertó, entre otros temas, en la puesta de largo del libro que contó con la asistencia del tenista socuellamino, en lo alto del ránking de tenis en la región, Yahir Alcolea, cuya participación, en relación con los capítulos de la obra en los que aparece el deporte, sirvió para ahondar en cuestiones esenciales como la capacidad de luchar, reponerse y reconstruirse.