-¿Desde cuándo lleva Javier Cabañas en Harúspices? 

- Llevo en la peña prácticamente toda mi vida. Empecé muy jovencito, descansé en los años que estudié fuera y volví en la segunda etapa de la peña, también como directivo. Más de veinte años.

-De momento, su “Herejía” está causando sensación, ¿qué destacaría de su puesta en escena?

-Esa era un poco la idea, romper los esquemas y causar sensación sin faltar el respeto absolutamente a nadie. Contamos una parte de la historia que es la inquisición, un tema que la peña ya tocó años atrás. Le hemos dado una vuelta y lo hemos modernizado. Ya hemos cosechado dos primeros premios en Malagón y Villarrubia y gusto mucho en Daimiel donde fuimos subvencionados por el Ayuntamiento.

-Lo de ustedes es un espíritu de superación constante y cada año ponen el listón más alto ¿no cree?

-Harúspices siempre quiere innovar y romper esquemas, hay que reinventarse continuamente, llevando a nuestro terreno cualquier tema y sacarle el mayor partido posible.

-Las espectaculares representaciones de Harúspices exigen un gran trabajo previo y la implicación de muchas personas. ¿Considera que está reconocido tanto sacrificio?

-Sobre todo nos sentimos orgullosos de expresar y sacar a la calle una idea, que en un momento determinado, parece que es imposible. Son muchos meses de trabajo y sacrificio del tiempo personal de cada uno  de los peñistas, especialmente, las cuatro o cinco personas que empezamos a trabajar ya en octubre para que esa idea se convierta en realidad.

-Además del que se celebra en Tomelloso, ¿qué carnaval le gusta más?

-Tomelloso es especial porque es el nuestro y es el que más disfrutamos. Nos ve nuestra gente y estamos obligados a darlo todo. Luego hay sitios con mucha tradición y cultura carnavalera como Herencia, Miguelturra o Ciudad Real que nos esperan con los brazos abiertos. En realidad, cada carnaval tiene su propio toque particular y en todos nos acogen muy bien.