Opinión

Árboles singulares de Tomelloso: Ailantos centenarios en la antigua estación de tren

Joaquín Patón Ponce | Jueves, 16 de Marzo del 2023
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 Tomelloso tuvo tren entre los años 1913 y 1987, una línea ferroviaria que unía esta localidad y la de Cinco Casas. Cuando se construyó la Estación de Tomellloso, la compañía que la explotaba plantó en las instalaciones gran cantidad de árboles de la especie Ailanto (Ailanthus altíssima). Desde que se cerró la línea de ferrocarril la zona ha cambiado mucho, urbanizándose en parte y otra quedando como patrimonio restaurado. Precisamente junto al antiguo andén de la Estación del Ferrocarril, restaurado y destinado a día de hoy a usos diversos, se encuentran tres ejemplares notables de Ailanto.

Tenemos que felicitar -a título póstumo- al Sr. Alcalde de Tomelloso Don Ramón González y a la corporación municipal que presidía por la restauración de varios edificios de la antigua estación del Ferrocarril. Estos lucen en la actualidad espléndidos además de que son útiles pues albergan centros oficiales en activo.

La zona de la Antigua Estación de Tomelloso es una de las que tienen mayor interés patrimonial en la localidad, pues la circulación de trenes durante más de setenta años atrajo mucha actividad económica. Los esfuerzos de Francisco Martínez Ramírez, “El obrero” dieron resultado positivo y en el año 1913 se inauguraba la línea ferroviaria entre Tomelloso y Cinco Casas, conectando Tomelloso y Argamasilla de Alba con la línea Madrid-Andalucía. Cuando la actividad fue absorbida por Renfe en 1941, se produjo un impulso notable tanto en el transporte de viajeros como en el de mercancías, sobre todo vino y productos de calidad derivados de la destilación de este.

La estación se encontraba a principios del siglo XX en un descampado a las afueras de Tomelloso y la compañía adjudicataria pensó, con acierto, que plantar árboles en la zona traería muchas ventajas. El Ailanto es un árbol que no necesita apenas cuidados, además de desarrollarse bien en todo tipo de terrenos y climas, también soporta bien suelos o ambientes contaminados, lo cual era algo a considerar en una estación, con entrada y salida constante de trenes, muy contaminantes entonces por el ruido, los humos y los restos del engrase. Hay otra cuestión: pocas especies de árboles muestran un aspecto tan bello en la segunda mitad de la primavera y todo el verano, pues las flores y vainas del fruto del Ailanto se sitúan en la parte más externa del follaje y presentan colores que van desde el verde amarillento hasta el pardo rojizo, dándole un bonito aspecto.

Se trata de un árbol dioico, pues tiene pies machos y hembras diferenciados. Hemos de citar aquí que esta especie tiene también sus detractores, por la facilidad con que se reproduce en rebrotes de las raíces y por un olor ligeramente desagradable de flor y futo de los pies machos. Si queremos plantar este árbol pondremos solo pies hembras.

Tras el edificio rehabilitado del hangar de la Antigua Estación, situado en el cruce de las calles Estación con Juan Antonio López, hay un jardín con varios árboles, entre ellos tres Ailantos centenarios. Tienen una altura cercana a los dieciocho metros, dan sombra cada uno de ellos a una superficie de 150 metros cuadrados y tienen un perímetro del tronco de 2 metros. Están en propiedad pública accesible sin problemas, así como en un entorno bien cuidado. Son árboles de hoja caduca y se pueden visitar todo el año, aunque, por razones ya expuestas, la mejor época para hacerlo es en primavera y verano.

A principios del año 2012, el Ayuntamiento de Tomelloso completó la urbanización de esta parte de los terrenos de la Antigua Estación del Ferrocarril plantando césped junto a los ailantos centenarios y colocando cerca una zona de recreo infantil, todo ello rodeado de una cerca metálica que se cierra de noche. En una parcela aledaña se ha construido el nuevo edificio del Colegio de Educación Especial “Ponce de León”, con un diseño arquitectónico futurista y muy bonito también.

La Antigua Estación del Ferrocarril de Tomelloso tiene unos excelentes accesos y estacionamientos para todo tipo de vehículos, incluidos autobuses, por la calle Estación, por el Paseo de San Isidro, por la Carretera de la Alavesa (CM-3109) o por la Avenida Príncipe Alfonso. Un paseo tranquilo por las calles citadas, o por la calle Airén u otra de las aledañas, nos llevará a visitar al menos tres ailantos centenarios, además de un patrimonio industrial difícilmente igualable en La Mancha, constituido por varios edificios perfectamente rehabilitados de las antiguas instalaciones ferroviarias, cinco destilerías de vino (dos de ellas en plena actividad), gran cantidad de altísimas chimeneas industriales, enormes torres de destilación junto a éstas y otros muchos elementos de una pasada y presente gran actividad industrial en la zona.  

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