David nos recibe en la cueva de la familia Carrasco Valderrama, una joya de casi doscientos años de antigüedad que ofrece encanto por todos sus rincones. “Mi padre arregló esta cueva. La arregló y la limpio para rendir un homenaje a los antepasados de la familia. Se construyó alrededor del año 1830 y como aspecto curioso su jaraíz está en la parte baja, algo poco frecuente. Sus tinajas son pequeñas, de unas 230 arrobas, que eran de las primeras que llegaron de Villarrobledo”.

Carrasco explica que con su web pretende “promocionar y dar visibilidad a las cuevas de Tomelloso, sin afán de lucro. Nuestra ciudad tiene un potencial muy grande y creo que las cuevas no se conocen como se debieran conocer”.  Reconoce que tras muchos años de olvido “ahora se les está empezando a dar el valor que merecen gracias a la labor de la Asociación de Propietarios de Cuevas de Tomelloso. Hablamos de algo que se construyó a base pico y pala, unas cuevas donde cada familia elaboraba su vino”.

Su idea parte un poco del proyecto que quiso llevar a cabo Raúl Jiménez Ortega, de la asociación Tomelloso Tech. “Cuando le enseñé mi cueva se quedó fascinado y me dijo que algo así había que promocionarlo. De este modo, Raúl , que tiene una gran mente y corazón, empezó a diseñar un proyecto virtual de cuevas con el que intentó dar un impulso a lo nuestro”.

En su web aparecen fotos, datos históricos y curiosidades sobre las cuevas de Tomelloso. “Cada una tiene su propio sello o rasgo diferenciador  y hay auténticas maravillas. A mí me encanta enseñar mi cueva y sería bueno que se pusieran en marcha unas rutas de cuevas en Tomelloso. Sería un atractivo turístico muy importante para la gente que viene de fuera”. Aunque ha empezado por las cuevas, David Carrasco pretende ir aumentando los contenidos de su página con otros contenidos relacionados con las tradiciones de Tomelloso; bombos, chimeneas, museos, bodegas…”Tomelloso tiene mucho y bueno que mostrar”, concluye diciendo.