Uno de los aspectos que más preocupa a las familias es la alimentación de sus hijos. Aunque la alimentación es una actividad básica de la vida diaria y parece algo sencillo, deben tenerse en cuenta muchos factores para que este proceso se lleve a cabo de forma eficaz. Dentro de la disciplina socio-sanitaria, el terapeuta ocupacional es uno de los encargados de abordar estas situaciones. Hay terapeutas ocupacionales especializados en pediatría con formación específica en alimentación que pueden llevar a cabo una valoración de todo el proceso.En la clínica AMAS se ofrece el servicio de terapia ocupacional pediátrica, con especial atención al área de alimentación.
Así, hemos hablado con Laura Rodríguez, terapeuta ocupacional que lleva en AMAS casi un año y atesora un importante curriculum con cursos de intervención pediátrica, intervenciones con niños del Trastorno del Espectro Autista, especialista por la Universidad de California en métodos de intervención sensorial y actualmente se está formando en trastornos de la alimentación que será el motivo fundamental de esta entrevista.
Rodríguez ve totalmente lógico y entendible que los padres se preocupen por la alimentación de sus hijos “porque viene a ser la base de todo. Si no nos alimentamos bien, no tenemos los nutrientes necesarios y, por tanto, no tendremos la energía suficiente para afrontar nuestra labor del día a día. Ya desde la lactancia se pueden detectar problemas, pero la lactancia es algo complejo que requiere una especialización aparte. Mi labor empieza cuando termina ese periodo”, subraya.
La terapeuta lleva a cabo un repaso de los problemas más frecuentes que se plantean. “Puede haber problemas en la transición de purés a sólidos, en la introducción de nuevos alimentos porque hay niños que no aceptan algunos alimentos o texturas. Ocurre que si el médico nos muestra unos percentiles que van entrando dentro de su rasgo de edad, se aparca el problema. Porque aunque estemos en peso, podemos tener problema de falta de nutrientes o no hacer una buena digestión. La alimentación es un tema muy complejo, influyen muchos factores, y hay que detectar dónde está el problema para después trabajar”.
La importancia de la alimentación se acrecienta si vemos la gran cantidad de actividades que realizan los niños hoy en día, algo que abordamos con la profesional. “Hay que tener muchas cosas en cuenta. Suele haber mucho porcentaje de obesidad porque un alto porcentaje de la comida que ingerimos es comida rápida y comida basura. Esto viene determinado por el ritmo de vida que llevamos y esa comida basura está confeccionada para que te guste y te llame la atención, pero está lejos de ser una comida saludable. Contiene unas grasas vacías que no nos reportan ningún beneficio, simplemente nos engordan”, explica.
Laura Rodríguez pone como ejemplo el tema de los dulces que tanto se consumen en la infancia. “Son azúcares que potencian nuestro nivel gustativo y tienen un sabor muy explosivo. De este modo, si luego si al niño le ponen un calabacín no le gusta”. Al preguntarle por una dieta saludable para los niños, asegura que “hay casos y casos. La dieta la hace el nutricionista, mi función consiste en determinar si con lo que come el niño adquiere las kilocalorías necesarias para realizar todas las actividades del día. Según el resultado, lo derivaré al nutricionista o al médico”.
Nos explica esta joven y preparada profesional que no se ocupa de temas relacionados con la obsesión por el peso y ese culto al cuerpo que tan latente está en la sociedad de hoy. “Trabajo en el rango de edad que va de los 2 a los 9 años que es cuando se pueden adquirir unos hábitos alimenticios adecuados. El otro problema entra más en el terreno de la psicología”.
Importancia de las familias
Una parte esencial en la alimentación del niño son las familias, su entorno más cercano y Rodríguez ofrece un consejo. “Es clave que la familia que detecte cualquier anomalía en alimentación, indague y se ocupe del problema. No hace falta que venta a terapia, simplemente con información lo puede ir solucionando. No es recomendable eso de “ya comerá cuando sea más grande”. Hay que dar las pautas necesarias para crear esos hábitos alimentarios adecuados”.
En el plano más personal, Laura Rodríguez, realiza un balance muy positivo de su estancia en AMAS. “Estoy muy contenta porque hay un equipo de grandes profesionales que te ayuda y que te la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos y llevarlos a cabo. Profesionalmente te enriqueces mucho, al fin y al cabo, muchas de nuestras estrategias se resuelven de una forma multidisciplinar, sobre todo en lo que a alimentación se refiere que se puede abordar desde el punto de vista de un médico, el psicólogo, un nutricionista o un terapeuta ocupacional”, concluye.
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Jueves, 26 de Junio del 2025
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