Mayo ha llegado puntual como todo aquello que escapa al poder humano. Y las rosas han vuelto a aparecer para que nuestras vidas se llenen de sentido. Un rosal de mi jardín hoy me lo ha dicho.
La primera flor nacida entre las hojas de abril, siempre me pone la misma condición: no me dejes marchitar en el rosal, llévame para que tu madre me reciba, porque, no lo dudes, las flores del amor han de ofrecerse siempre en vida, después ya solo son sombras tardías, cuando no plástico eterno de impávido recuerdo.
Hoy es verdad, tenemos muchas rosas todo el año, rosas cautivas del tiempo y del espacio, hermosos seres vivos transportados a un tiempo que no huele, impropios testimonios de unas estaciones que apenas tienen vida.
Hoy estamos empeñados en poseer nuestro diario paraíso a todas horas, queremos tener a la naturaleza sometida a los placeres. Queremos que las flores sean rosales que no huelan ni pinchen sus espinas.
Mayo, un mes que huele a rosas, rojas, violáceas, rosas, amarillas…todas ellas tan naturales y reales como la vida misma.
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Martes, 24 de Junio del 2025
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