Descubriendo Tomelloso

De los apellidos de Tomelloso (XVIII): Perona

Ángel Martín-Fontecha | Jueves, 25 de Mayo del 2023
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Un nuevo apellido “tomellosero” en esta sucesión de monográficos para conocer detalles de las sagas familiares que durante siglos han conformado la vida social, política y económica de la localidad.

Profundizamos en el apellido Perona, un apellido de origen toponímico cuyos principales asientos se encuentran en las provincias de Ciudad Real, Cuenca, Murcia, Valencia, Alicante, Barcelona y Madrid, siendo menor su presencia en Albacete, Castellón, Jaén, Baleares, Sevilla, Cáceres, Zaragoza, Huesca… Una versión histórica indica que los Perona llegaron a Asturias procedentes de Francia, mientras que otra línea genealógica sitúa el origen de este apellido en el topónimo Perona, que es nombre de una población perteneciente al municipio de San Clemente (Cuenca), cuyo nombre sería un derivado en femenino del latín Petrus -piedra-, que generó otros nombres en castellano como Per, Pere, Pedro, Pero, etc.

A finales del siglo XV, el apellido Perona aparece en el censo aragonés de hogares (1495), con casas en Zaragoza y en Belchite (Zaragoza).

En el “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” de Vicente de Cadenas, podemos ver el escudo de armas correspondiente a este apellido y cuya descripción es: Escudo partido,1º en gules un castillo de oro, y en plata, dos lobos de sable, andantes y en palo.


No se han encontrado referencia de tomelloseros con este apellido en los orígenes poblacional del lugar. Las primeras referencias hay que situarlas en la aparición de nuevas sagas familiares que a partir del siglo XVII se fueron asentando en Tomelloso.

Como muestra tenemos a Andrés de Perona, vecino de Tomellloso, nacido a mediados del siglo XVII en la localidad, y que se casó con la también tomellosera María Burillo. Un hijo de ambos fue Andrés de Perona Burillo, que el 25 de julio de 1695 casó en Socuéllamos con la socuellamina Isabel Alonso López de Nieva Rodríguez, hija de Antonio y Quiteria.

Como era frecuente en el Archivo Parroquial de Socuéllamos la procedencia tomellosera del contrayente o de su familia, se indicaba con el apunte de ser “naturales de el Tomilloso”.


De mediados del siglo XVIII; y a partir de los datos de Catastro de Ensenada, por su importancia económica podemos destacar a Diego Perona que aparece como un importante propietario de tierras   en la localidad y además es dueño de hasta 7000 cepas, en localidades vecinas. Diego Perona era propietario de una casa, con cueva y pozo, en la Calle del Beneficio Curato (actual calle Independencia). También es importante mencionar a Isabel Perona, “viuda de Carretero” que era propietaria de un horno de pan en la Calle del Campo.

De finales del siglo XIX, en el listado de contribuyentes con el apellido Perona nos encontramos con los siguientes propietarios tomelloseros: Bonifacio Perona Sánchez (en Calle Calvario), Domingo Olmedo Perona (en Calle Paloma), Lorenzo Perona Cadenas (en Calle Alcázar) o Pedro Perona Casero (en Calle Campo).

Una propiedad del tomellosero Juan José Perona, alias “Rondín”, en concreto una huerta, serviría de referencia para la creación de una calle en la localidad, se trata de la actual Calle de la Noguera (con origen, según el estudio de las calles de Tomelloso de Ángel y Vicente Morales, en 1881 aproximadamente). Como ocurre en otros muchos casos, el cambio de nombre a lugares tradicionales de un lugar suele tardar en asentarse entre los vecinos del mismo. Así, en este caso, aún en 1932, con motivo de la instalación del alumbrado en la citada calle de la Noguera, se seguía recordando el enclave como “la calle de la Huerta de Rondín”.

Otra vía del callejero tomellosero tiene a un Perona como protagonista. Se trata de la Calle San Lorenzo (anteriormente conocida como calle del Lobo) que adquirió su nombre en junio de 1916 en honor a Lorenzo Perona Gallardo, a petición de sus vecinos por considerarlo “una buena persona” que había cedido los terrenos para su apertura.

De este personaje, Lorenzo Perona, sabemos por las investigaciones de los ya citados Ángel y Vicente Morales que estaba domiciliado a finales del siglo XIX en la Calle de Alcázar número 11. Era una casa de más de 6000 metros cuadrados. Lorenzo se casó con Alfonsa Moreno y su hija, Juana Perona, falleció en la calle San Lorenzo número 6 (año 1943).