Cristóbal Moraga inició el pasado mes de enero una nueva etapa profesional. Abrió un despacho de abogado en la calle Concordia, justo arriba de las instalaciones de la empresa que regentan su padre y  Rafael Torres. Con ilusión  e ideas muy claras, Moraga pretende abrirse paso en el mundo de la abogacía, sin otro secreto que el del trabajo y la entrega absoluta a los casos que le encomienden sus clientes. Nos recibe en su flamante despacho en la tarde lluviosa del primer día de junio. Justo antes del comienzo de la entrevista atiende por teléfono a uno de sus clientes. Periodista y entrevistado, que se conocen desde hace tiempo, repasan algún capítulo futbolístico que tuvieron la fortuna de compartir.

-¿Qué le llevó a montar un despacho de abogado?

-Al final, todas las personas tenemos inquietudes de futuro. Yo tenía una vida muy cómoda y estable y pude desarrollar proyectos personales que, aún con sus momentos buenos y malos, disfrute mucho. Pero cuando dejé de ser presidente del Atlético Tomelloso y pasó la pandemia me vino ese chip en el que me dije que tenía que hacer algo más para asegurar mi futuro y el mi familia. Me estuve formando y preparando, tarea que compaginé con mi trabajo en la empresa familiar, mis labores de concejal y el deporte y decidí tirar por el derecho al descubrir que era lo que realmente me gustaba. He sido un estudiante tardío de derecho y fue mi padre el que me animó pensando en que puedo tener ciertas facultades para ejercer bien la profesión. A medida que avanzas en la carrera, la teoría cede paso a la parte práctica y procesal, donde ves lo bonito que es ayudar a mejorar la vida de las personas. 

-El derecho contiene diversos ámbitos, ¿se especializará en algún campo determinado?

-Me he formado en el tema de responsabilidad civil, en todo lo relacionado con indemnizaciones, resarcimientos por daños y perjuicios, valorar lesiones…que era un poco lo que hacía en la empresa familiar. Pero  tengo claro que mi despacho estará abierto a todo el mundo, no quiero superespecializarlo en algo, prefiero atender a todas las personas que me confíen sus asuntos. Un vez que este despacho disponga de una cartera de clientes que asegure su rentabilidad económica, me podría plantear en un futuro atender solo lo que más me interese y me gusta. Pero en un despacho que acaba de abrir sus puertas, lo más lógico es darme a conocer y atender a la mayor cantidad  de gente posible. De hecho, ya tengo cosas en los cuatro órdenes jurisdiccionales.

-La competencia en el mundo de la abogacía es importante ¿cómo hay que hacerse hueco?

-Es muy sencillo. Creo que hay café para todos. Se dan muchas situaciones diferentes en Tomelloso con despachos de abogados especializados, otros que llevan más tiempo, otros que trabajan desde casa y el perfil de cliente es diferente en cada caso. Y aquí la competencia no es con rivales, es con compañeros. Mantengo una excelente relación con el resto de abogados de Tomelloso y partiendo de la complicada situación que tiene la Justicia en estos momentos,  los abogados, y también los procuradores, debemos intentar hacer piña para que se vayan resolviendo los problemas que tenemos. Soy de la opinión que si yo tengo un asunto que no soy capaz de resolver, voy a encontrar algún compañero que sí lo va a resolver y  mis compañeros harán lo mismo, de hecho ya está pasando en algún caso.

-¿Cómo han sido estos primeros meses de trabajo en el despacho?

-Estoy muy contento, tocando un poco de todo y veo que tengo respuesta y movimiento.  He tenido casos desde el primer día con gente que ha confiado en mí. Soy un recién llegado y  estoy aprendiendo. Soy un esponja de todo lo que veo, de lo bueno y de lo malo. Lo más gratificante es ver que ayudas a resolver problemas de la gente y, además, me gusta mucho lo que estoy haciendo.

-¿Qué  cualidad o cualidades debe reunir un buen abogado?

-Abogados hay muchos y de muchos tipos. Creo que lo más importante es que sea consciente de que es el máximo defensor de los derechos o intereses de su cliente. Esto implica entregarte en cuerpo y alma a esa labor. El cliente confía en ti para que lo des todo en la defensa de sus derechos e intereses. Un cliente te otorga su confianza para que le defiendas y tienes que hacer lo posible y hasta la imposible, para ganar el caso si se puede o minimizar daños. Y luego está ese honestidad de que si no puedes defender a un persona, saber guiarlo para que encuentre el profesional que pueda solucionar su problema

-La abogacía exige también un reciclaje y formación continua por los frecuentes  cambios normativos…

-La formación es imprescindible y hay que dedicarle un tiempo cada día. En mi caso ocurre que no tengo demasiado tiempo en leer derecho, pero me informo a través de revistas, de comentarios jurídicos y de otros canales para enriquecerme profesionalmente.

-La digitalización y las nuevas tecnologías han sido esenciales también en el mundo derecho ¿no cree?

-Está claro. Hoy día en cualquier ámbito de trabajo el I +D+i y los servicios jurídicos no pueden ser menos. Una de las principales reivindicaciones que tenemos todos los operadores jurídicos. La Justicia no puede fallar porque es uno de los pilares de nuestra sociedad. Los gobernantes deben dotarla de muchos más medios y recursos, tanto materiales como humanos, para que pueda dar respuestas rápidas y eficaces. Evidentemente, la tecnología ayuda mucho con comunicaciones seguras que se producen al instante. 

-¿Qué opinión le merece la situación de la Justicia en Tomelloso?

´-Hay carencias importantes en instalaciones, recursos y personal. Hace falta un cuarto Juzgado y la posibilidad de algún tipo de especialización. Tal y como están las cosas ahora mismo no se puede dar una respuesta ágil. Tomelloso es cabeza de Partido Judicial y aquí se deciden problemas de muchísima gente, por tanto, hay que mejorar muchas cosas.

-Empresario, dirigente de un club, concejal, técnico deportivo ahora abogado, para ser tan joven atesora ya un gran curriculum. ¿Qué sensación le provoca el hecho de haber realizado tantas cosas en tan poco tiempo?

-Es verdad que he hecho cosas y en sectores muy diferentes. Esto me ha dado la posibilidad de conocer a mucha gente. He ido abriendo y cerrando etapas que, al fin y al cabo, te enriquecen y te forman. Saber un poco de todo te ayuda luego a dar respuesta a las necesidades y demandas de la gente. Ha sido una trayectoria de aprendizaje constante que me han valido de mucho para lo que ahora hago. Además, del estudio, la experiencia que se coge con todas estos trabajos es muy valiosa.