En una andadura de 17 años, Gfima se ha ganado el prestigio de ser una agencia responsable y competente en el mundo inmobiliario de Tomelloso y provincia. Una empresa que ofrece un completo servicio a sus clientes para darles una visión clara de los diferentes escenarios y posibilidades para que sus operaciones lleguen a buen puerto. La Voz de Tomelloso ha entrevistado a su gerente, Jesús Caro, que nos ha hablado de la evolución de la empresa y el panorama que actualmente presenta el sector inmobiliario en Tomelloso.

-¿Cómo fueron los orígenes de la inmobiliaria? 

-Empezamos en el año 2006. Mi padre y mi madre habían trabajado antes con Eustasio González que fue un referente importante en el sector inmobiliario. Mi padre luego se fue a la agricultura y mi madre continuó con Eustasio hasta la crisis del 2009.

-¿Se muestran satisfechos con la trayectoria de Gfima? 

- Logramos sobrevivir a la durísima crisis del 2009. La gran mayoría de las inmobiliarias que operaban en Tomelloso cerraron sus puertas. Nos quedamos muy pocas. La venta se paralizó por completo y nos movimos mucho con los alquileres, con clientes que querían dar salida a su vivienda y el alquiler era una opción. Prácticamente hubo que empezar de cero, pero poco a poco fuimos remontando. Empleamos actualmente a seis trabajadores  en Tomelloso y tres en la oficina de Ciudad Real que abrimos hace seis años. 

-¿Cómo analiza el actual panorama  del mercado inmobiliario en Tomelloso? 

-Está un poco raro. El año pasado, en líneas generales, fue bueno, pero este año se ha complicado por el tema de la financiación. Los bancos dan menos créditos y esto limita la capacidad de las familias para adquirir viviendas, porque necesitan esa financiación. Situación diferente es la de los inversores y de gente que tiene dinero para comprar que está mostrando interés  en invertir en vivienda porque los precios no se han disparado.

-La opción de construirse una vivienda tampoco está al alcance de todo el mundo…

-No, porque ahora mismo  resulta muy costoso hacerse una vivienda por la subida de los materiales. Hay gente que está dejando de construir y viendo mejores oportunidades en la compra de una casa ya hecha. 

-Ha habido que adaptarse a unas circunstancias completamente nuevas ¿no es así?

-Antes de la crisis, prácticamente despachábamos viviendas.  La gente entraba y compraba, sin dar tantas vueltas. En cambio, hoy en día en el que se lo piensan mucho y llegan a manejar hasta ocho o diez opciones diferentes.  Ahora ya nadie compra sobre plano como entonces, la gente quiere comprar cuando la vivienda está ya construida. La mentalidad es completamente diferente. Y la construcción de vivienda unifamiliar se ha parado por la subida de los materiales. Muchas obras se quedaron a medias por esa subida. Y el tema de las promociones es totalmente inviable ahora mismo.

-En el caso de Tomelloso hay un número importante de viviendas vacías ¿no es así?

-Sí. Podemos estar hablando de unas dos mil viviendas vacías. En la pandemia falleció gente y salieron muchas viviendas a la venta.

-Hablaba usted de la fuerte competencia que hay en el sector ¿qué debe hacer una inmobiliaria para asegurar su volumen de negocio?

-Últimamente han llegado más inmobiliarias, pero hay un porcentaje importante de inmobiliarias que no trabajan con los mínimos exigibles de profesionalidad. No tienen un respaldo por detrás, les falta preparación, tienen dificultades para explicar los cambios legislativos que se producen. De hecho, hemos tenido casos de clientes de otras inmobiliarias que han venido a pedirnos información para poder vender su vivienda. Nosotros también contamos con la ventaja de poder trabajar con muchos bancos, que al día de hoy, tienen todavía muchas viviendas y nos permite ofrecer mucho producto. Está claro que si llevamos tanto tiempo es porque hemos hecho las cosas bien y nos hemos ganado la confianza de la gente.

-¿Sigue siendo el precio el factor fundamental a la hora de decantarse por una vivienda?

-La diferencia de precio entre la vivienda de banco y la de segunda mano se nota bastante. Salen mucho más económicas la de los bancos. Está claro que la gente compra, sobre todo, por precio. 

-Obra nueva apenas hay…

No. Aunque nosotros hemos tenido la suerte de ofertar un edificio en la avenida Antonio Huertas y ahora vamos a sacar otra en un edificio la calle Doña Crisanta. Son cosas en exclusiva que anima a la gente a venir aquí. La gente busca casas seminuevas, que no exijan mucha reforma.