¡Vaya ganas de fiesta que tiene la gente de Tomelloso esta noche” repetía la de Écija que se arrancó  con uno de sus temas más conocidos, “Locamente”, aunque en realidad todos lo fueron para un público entregado que cantó todas las canciones: “Yo no quiero ser tu amante”, “Tengo que impedir esa boda” o el “Dejame volar” en el que estuvo acompañada por su joven fan, Triana, una toledana de seis años que hizo las delicias del respetable con su gracia y desparpajo. 

Y en el famoso “Achilipu” que elevó a las alturas la gran Dolores Vargas, La Húngara hizo subir al escenario a Julia que lo dio todo en el baile. Se notaba que La Húngara se sentía a gusto. Poco después bajaría del escenario para bailar entre sus incondicionales que le hicieron un pasillo y se mostraron felices con la cercanía de la artistaza.  Brazos arriba, móviles encendidos, las palmas que no cesaban, gritos continuados de “¡guapa!” y La Húngara entregándose al máximo con “Me duele el corazón de quererte tanto”, “A quien maneja mi barca”, “A tu vera” y otros conocidos temas en los que dejó su inconfundible sello. Los tonos naranjas de su vestido relucían en una gran noche de arte donde La Hungara demostró sus enormes dotes con el baile y alcanzando el cenit de sus actuación con ese cante a Capela en el que pudo lucir una voz privilegiada, llena de matices y mucho talento. 

“Todo tiene su fin” decía el título de una de las últimas canciones que interpretó para un público que seguía pidiendo más canciones. Y accedió la Húngara con “Mi niño Manuel” el tema que lanzara con su hija y otra vez con el “Déjame volar”, teniendo tiempo todavá para amadrinar una petición de matrimonio de una pareja de incondicionales. “Estas cosas sola pasan en los conciertos de La Húngara”, dijo antes de abandonar el escenario . El de la Húngara fue el broche brillante a un ciclo de conciertos que la Peña Taurina ha organizado con mucho empeño y esfuerzo, animando el verano de la ciudad con la presencia de magníficos artistas.