El azar ha querido que esta investigación haya sido liderada por el inspector Paco Sánchez, hijo del jefe de la policía de Cuenca que interpuso la denuncia del robo de la década de los ochenta.

El privilegio figuraba en una lista de objetos robados de Interpol y no se sabía nada desde el año 1989, cuando se encontraron indicios de que se encontraba en Bogotá, estaba siendo ofrecido en canales no habituales de compra de arte y manuscritos por un precio de unos 25.000 euros.

Fue el deán de la Catedral de Cuenca, José Antonio Fernández, quien hace unos meses supo que el documento estaba en circulación gracias a la llamada de una persona que le informó de que le habían ofrecido adquirirlo en un congreso.

También se averiguó que un catedrático de Historia Medieval de Barcelona fue contratado para emitir un certificado de autentificado de autenticidad.

La Catedral ha jugado un papel muy destacado en la investigación, ya que contactaron con los compradores para llevar a los investigadores para llevarles hasta el documento, que se encontraba en un despacho de abogados de Barcelona.

El privilegio fue recuperado tras una orden de registro y hay dos personas investigadas por receptación de documentos robados.

Este miércoles la Policía Nacional ha devuelto este histórico pergamino del año 1195 a su legítimo propietario, la Catedral de Cuenca.

"UN PEDAZO DE HISTORIA"

El obispo de Cuenca, José María Yanguas, ha comentado que "es prácticamente una reliquia" y "un pedazo de la historia de España".

Ángel Martínez, responsable del archivo, ha subrayado el valor que tiene este privilegio rodado, en el que el monarca castellano cede una parte de sus diezmos al cabildo, como objeto a disposición de los investigadores de la época.

El comisario José Luis Serrano ha querido destacar el buen estado de conservación en el que se encontraba a pesar de que han pasado cuarenta años de su sustracción.

Además, ha subrayado la coordinación de diferentes unidades y efectivos de Cuenca, Madrid y Barcelona, además de la implicación de la fiscalía y la judicatura.

Miguel Ángel Espada, inspector jefe de la brigada de Patrimonio, encargada de la investigación de estos delitos, ha destacado su satisfacción por esta operación por su doble vertiente de policía y de conquense, natural de Pedro Naharro.

Faltan al menos 36 documentos por recuperar de aquel robo de 1980 y la recuperación del privilegio abre la puerta a que se pueda averiguar el paradero de alguno más.