Los músicos alzaron el telón con la Primera retreta de Beethoven y siguieron con las marchas de Bailén, San Marcial, La Guardia de Alabarderos o Ganando Barlovento que provocaron largas ovaciones del respetable. Fue magnífica la interpretación de la Marcha Militar de Schubert y después sonó rotunda y majestuosa la marcha Los Voluntarios con la que concluiría la primera parte del concierto.

Con El Sitio de Zaragoza tendrían especial lucimiento los instrumentos de percusión, recreando los sonidos de la batalla de una cuidada y original manera. Fue una de las obras más ovacionadas.  Y con El novio de la muerte  entró en escena la Coral. “Nadie en el tercio sabía quien era aquel legionario tan audaz y temerario que a la legión se alistó”, que continuaría dando brillantez al concierto con el emotivo  La muerte no es final. “Cuando la pena nos alcanza, por un hermano perdido, cuando el adiós dolorido, busca en la fe su esperanza”, el himno de la Guardia Civil, Soldadito Español “soldadito español, soldadito valiente, el orgullo del sol es besarte la frente” y Las Corsarias, el conocido Pasodoble de la Bandera, que banda y coral interpretaron dos veces. "Allá por la tierra mora, allá por tierra africana, un soldadito español de esta manera cantaba".

Con la interpretación del himno nacional de España se pondría el broche a un magnífico concierto y algún sector del público pidió una obra más. Pero el director recordó oportunamente que tras la interpretación del himno nacional, ya no se pueden tocar más piezas. Lo comprendió el respetable que, puesto en pie, tributó una larga ovación a los músicos y a los directores, Alejandro Montejano y Mariely Blanco por el regalazo ofrecido.