El 3 julio de 1965 apareció el número 3 del periódico Voz de Tomelloso que dirigía Clemente Cuesta. La publicación destacaba en su portada la inauguración de Entrelados, el emblemático establecimiento de Ruidera que iniciaba su andadura con un proyecto en el que se había depositado mucho esfuerzo económico e ilusión. Pero, sin duda, la noticia que despertó mayor interés fue la de la helada de las viñas. Según explicaba Juan Torres Grueso en un artículo la pérdida de cosecha se podría estimar en un ochenta por ciento. Es decir, de los 100 millones de uva que entonces se recolectaban en la ciudad, solo se podría coger 20. Unas péridas que se cifraron en quinientos millones de pesetas y que obligaron a muchos tomelloseros a buscar el sustento en otros lugares como Madrid, Levante o Cataluña. Torres consideraba fundamental que el Gobierno decretara alguna ayuda económica para paliar el desastre.