Sepúlveda dispuso un 1-5-3-2 con Monreal en la portería, Bonilla y Morales percutiendo en los carriles, con Juanda, Yeisson y Molinero como centrales; en el centro del campo situó a Agustín, Isaac y Marco; David Sevilla quedó como medio punta y la referencia ofensiva volvió a ser Joaquín.

Salió el Conquense dispuesto a enseñar su condición de líder desde el inicio. Ambicioso, ordenado y dominador frente a un Atlético Tomelloso que tardó en comparecer en el partido. Le metieron velocidad los visitantes a la circulación de pelota, buscando a sus corpulentos hombres de ataque. Jairo y Javi Herranz, aunque el quebradero de cabeza fue Yuya, el japonés que participó en los ataques más peligrosos del Conquense, indetectable con sus apariciones desde segunda línea, habilidoso y con diabólico cambio de ritmo. Él fue el autor del 0-1 a los diez minutos. Otra vez aparecía el lastre de encajar un gol tempranero.

Bajo revoluciones el juego de los visitantes y empezaron a armar juego David Sevilla y Marco para el Atlétio. Joaquín dispararía algo forzado tras recibir dentro del área y más cerca del empate estuvo Bonilla en un remate de cabeza que Álvaro Hormiga desvío un extremis cuando el balón entraba por la escuadra. Los últimos minutos antes del descanso volvieron a ser de dominio visitante, aunque sin ocasiones.

El segundo tiempo tuvo un cara diferente.  Molinero, tras un pase filtrado se quedó solo ante el meta visitante, pero no logró controlar un balón que le acabó cayendo a Joaquín. El disparo raso del delantero se marchó fuera.

La ocasión, a los tres minutos de la reanudación, anunciaba un Atlético Tomelloso con más llegada y mordiente en ataque, aunque no tardaron los conquenses en fabricar una oportunidad que Morales salvó debajo de los palos . La entrada de Pumareta y Franco por Morales y Agustín le dio nuevos aires al equipo local que siguió creando peligro en un centro peligroso de Molinero que no encontró rematador o una buena incursión de Juanda que pasó a ser carrilero tras la reestructuración del equipo. El Conquense también intentaba llegar para hacer ese segundo gol que le diera la tranquilidad, buscando el uno contra uno de Coba o el poderío de sus hombres altos en las jugada de estrategia, pero su ataque bajó enteros con respecto al primer  tiempo y no agobió en exceso a la defensa auriverde. De hecho, el meta Monreal estuvo menos solicitado que otros días. 

Así hasta que en el 73, Pumareta recibió entre líneas, condujo unos metros y se sacó un disparo a media altura que acabó sorprendiendo a Álvaro Hormiga. Pudo ser efímera la alegría local, si Molinero, que realizó un partido excelente, no salva en la línea de gol el tiro de Jairo.

En el tramo final, el Conquense no encontró las vías para superar la ordenada defensa de un equipo que juntó líneas, fue solidario en las ayudas y se dejó la vida en cada duelo individual. Incluso pudo ser mayor la alegría local si Casas culmina con un disparo una preciosa maniobra de habilidad dentro de área o si los delanteros auriverdes hubiesen andado listos para cazar esa pelota suelta que quedó tras un lanzamiento  de esquina. La afición local pudo ver, por fin, a Raúl Delgado que también lo intentó con un tiro lejano. La lesión de Bonilla con todos los cambios realizados, obligó al Atlético a jugar todo el descuento con diez. Pero aguantaron con oficio los auriverdes que terminaron agarrando ese merecido punto. La afición, que sigue muy enganchada con el equipo, lo celebró como si de una victoria se tratara.