Tienes un árbol. Con él,
compartes tus ilusiones,
tienes sueños a montones
y le das buena vivencia;
lo has convertido en tu amigo
y estás en su compañía
bastantes horas al día,
lo que te da complacencia.
Lo tratas como a un hermano,
le explicas o le preguntas,
y en tu corazón apuntas
sus razones y consejos.
Buena nota tomas de ello
ya que su conocimiento
encuentra en ti buen asiento
y puede llevarte lejos.
No abandones la costumbre
que esa amistad no es locura;
y aunque no sea sinecura
te da un escaso trabajo
y un enorme beneficio,
pregúntale a cualquier hora
sin tardanza y sin demora
con un orden o a destajo.
Él te da mucha enseñanza,
inmensa sabiduría,
debes buscarla a porfía
aunque crean que estás loco.
Lo estarías si no lo hicieras,
que obviar la naturaleza
es siempre una gran torpeza.
Háblale aunque sea poco.
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Jueves, 8 de Mayo del 2025