Lo primero que llama la atención es su impecable estado de conservación.  Sus paredes están encaladas, no hay desprendimientos, ni tampoco brotes de humedad. El propietario explica que el sol entra por la escalera de entrada y una puerta de reja contribuyen a que esté aireada y seca. La anchura de la escalera revela que las tinajas de cemento entraron por aquí, aunque una obra posterior estrechó el primer tramo. En un punto intermedio, nos  topamos con la fresquera que contiene un botellero, bombonas y otros recipientes de cristal. Los peldaños, revestidos de cemento, permiten bajar con total seguridad.

La cueva contiene tinajas de cemento, cinco y de barro, cuatro, curiosa mezcla que viene a reflejar la evolución de la viticultura de la ciudad. Las de barro son de distintas capacidades y las  de cemento son de 450 arrobas de capacidad.  Nuestro experto tinajero, José María Díaz, descubre que las tinajas de cemento fueron obras de Fermín, que aprendió el oficio de los Ferris, pioneros en la construcción de cuevas de cemento en Tomelloso. El techo aparece en la pura tosca, en una zona de la ciudad en la que tiene mucho grosor. Está horadado por una única lumbrera que no sale al exterior, se queda en el porche del patio.  El balaustre aparece en perfecto estado y observamos también un hueco por donde la canaleta llegaba a las cuevas. Se ven restos de la canaleta, construida  con tejas árabes, pero ahora solo está la forma porque las tejas ya no están. José María, como siempre aporta el dato curioso: las canaletas solían hacerse con yeso de albariza que se obtenía de una cantera de Guadalakara.

Junto a las grandes tinajas, la cueva todavía conserva las tinajas del gasto y el vinagre, una de ellas tumbada. A la arquitecta, Ana Palacios, le llama la atención la ubicación de una de las tinajas de cemento,  que se encuentra en el medio, probablemente fruto de un añadido posterior ante la necesidad de más envase.

Se conserva bien el empotrado, y también una lograda moldura que le da un coqueto aspecto a esta hermosa cueva como podrán descubrir nuestros lectores en el magnífico reportaje fotográfico que ha realizado Ana Palacios.